El mes de septiembre estaba marcado en el calendario laboral como la fecha de regreso a las oficinas en la mayoría de las compañías, sobre todo en aquellas en las el trabajo remoto estaba más asentado. El proceso no necesariamente supondría el retorno al completo de las plantillas en todo momento, pero sí un paso hacia la presencialidad perdida durante la pandemia. Sin embargo, las grandes empresas han retrasado oficialmente la vuelta a sus sedes con la expansión de los contagios de la variante Delta.
La decisión es firme en las principales tecnológicas de Estados Unidos, mientras que en las grandes compañías españolas se han establecido procesos flexibles de retorno, aunque con el trabajo en remoto siempre como opción, incluso recomendada en algunos entornos. Una de las últimas en comunicar el aplazamiento en el regreso físico a sus oficinas ha sido Apple, que ha comunicado a sus empleados que no regresarán a Apple Park hasta, por lo menos enero de 2022.
Esta decisión llega después de meses de conflicto entre los trabajadores y la dirección de la tecnológica, que había anunciado inicialmente el regreso a sus oficinas para septiembre de modo obligatorio tres días a la semana, ofreciendo la opción remota para el resto. La decisión abrió un cisma en la plantilla, que tachó a los ejecutivos de la compañía de Cupertino de “estar desconectados con la realidad”, a la vez que defendieron las bondades del teletrabajo en la productividad, el aspecto que siempre se tiene en cuenta para ponderar la vuelta a la presencialidad.
Todo esto en lo relativo a los empleados que trabajan en Apple Park, una decisión que no afecta a los trabajadores de las tiendas minoristas y otro tipo de oficinas, que no cerrarán, según ha informado la compañía por medio de Deirdre O’Brien, una de las responsables de su departamento de Recursos Humanos, desde el que también se ha trasladado la necesidad de que todos los empleados se vacunen, aunque sin el carácter obligatorio de Google y Facebook, que han pedido a sus trabajadores que tengan la pauta completa para poder volver a las oficinas.
Google y el debate de la remuneración del teletrabajo
Precisamente Google ha sido otra de las compañías que más firmemente se ha posicionado en el dilema que plantea el trabajo y su versión en remoto. Ha dado esa opción a sus empleados casi desde el inicio de la pandemia, pero igualmente ha sido la primera empresa en plantear que determinadas modalidades de teletrabajo deberían tener una menor remuneración. Google ha comprobado como algunos de sus trabajadores, ante la imposición y normalización del trabajo a distancia, se habían mudado a localidades fuera de las grandes ciudades, en las que el precio de la vida es más barato, por lo que ha plantado pagar menos a esos empleados, defendiendo que dentro del salario también está incluida una valoración de lo que cuesta la vivienda o la alimentación en las grandes urbes.
Otra de las empresas que exigirá a sus empleados que se vacunen para el regreso al trabajo presencial es Facebook, que también ha ido retrasando los plazos de regreso a las oficinas. Después de una primera previsión de retorno para septiembre se fijó un segundo plazo para el 18 de octubre que finalmente ha quedado anulado para fijar la vuelta a las oficinas en 2022, mismo plazo para Amazon, que ya en agosto hacía oficial que sus trabajadores no volverían de modo presencial hasta el año que viene, cuando inicialmente había marcado un deadline para el 7 de septiembre.
“Continuaremos siguiendo las recomendaciones del gobierno local y trabajando estrechamente con los principales profesionales de salud, mientras avanzamos para asegurar que los espacios de trabajo cuenta con una seguridad óptima”, explicaban desde Amazon nada más tomar la decisión. En el caso del gigante del comercio electrónico no se ha exigido por el momento la vacunación obligatoria para el regreso a las oficinas, como sí ocurre también en Twitter, que ha decidido reabrir sus oficinas centrales, pero solo para empleados con pauta completa, algo que también ocurre en Adobe.
España apuesta por el modelo de trabajo híbrido entre casa y oficina
Mientras las tecnológicas estadounidenses han apostado por mantener el teletrabajo hasta el año próximo como forma prioritaria, las principales compañías españolas han propuesto soluciones diversas en el regreso del curso, marcado en cualquier calendario laboral para el mes de septiembre, al que España llegará rozando o cumpliendo con la meta del 70% de la población vacunada, barrera que determina la tan ansiada inmunidad de grupo. En principio, el entorno laboral de las principales empresas de nuestro país será híbrido, aunque la intención es volver a la normalidad presencial lo antes posible, dejando el teletrabajo como una opción.
Por ejemplo, en Telefónica más de 10.000 empleados podrán teletrabajar dos días desde casa, con carácter universal y voluntario. La dirección del operador y los sindicatos pactaron además recoger además en el nuevo convenio un piloto de tres meses de duración para establecer una jornada flexible con 32 horas de trabajo de lunes a jueves, que, lógicamente acarreará una rebaja de salario.
“El futuro del trabajo será mucho menos ortodoxo de lo que es ahora, tanto en tiempo como en lugares. Cambiará la forma de organización, no solo con los intereses de la producción, que exigen ciertas modificaciones desde el punto de vista de la agilidad, pero también habrá que adaptarse a las demandas de las personas”, contaba a Reason.Why Javier Blasco, Director de The Adecco Group Institute, con relación a cómo evolucionará el mercado laboral español.
En el caso de la banca, que está sufriendo importantes ajustes en los últimos tiempos, cabe citar casos como el de BBVA, que a partir de septiembre pondrá en marcha un modelo híbrido, que permitirá a los trabajadores combinar asistencia presencial con teletrabajo, modelo que viene aplicándose de forma voluntaria desde hace meses, pero que tendrá ahora carácter general.
Para el Banco Santander, la cuestión del teletrabajo es una recomendación, pero la intención es que las oficias centrales de la entidad no tengan más del 60% de ocupación. La compañía apuesta por un modelo híbrido y flexible que irá variando conforme avancen los meses, para poder establecer un protocolo más definido hacia 2022. Para otra entidad bancaria como Bankinter, el teletrabajo ya era una opción antes de la pandemia y aunque al principio de la crisis se recurrió por completo a esta modalidad, la mayoría de su plantilla se ha incorporado, aunque volverán a hacer en breve una evaluación del modelo.
En el sector de las energéticas se ha ido apostando paulatinamente por la reincorporación física a los puestos de trabajo, como viene sucediendo en Iberdrola, donde el teletrabajo será un complemento al presencial que puede ser de hasta dos días según el empleado. Y es que esta compañía ha pasado de tener un 95% de la plantilla en trabajo remoto hace un año al prácticamente 100% de reincorporación actual. En el Grupo Red Eléctrica se ha combinado el trabajo en remoto con la presencialidad para parte de la plantilla y a partir de septiembre se mantendrá este sistema, pero para el total de los empleados.
En Repsol, el establecimiento de las nuevas rutinas ha supuesto una evolución de prácticas implantadas desde hace años, en las que ya se combinaba el trabajo en remoto dentro de los equipos. Ahora están alternando la presencia física en las oficinas con el empleo remoto y en el regreso del curso seguirán manteniendo sus oficinas con un aforo máximo del 50%. Por su parte, en Acciona la vuelta al empleo presencial se produjo hace unos meses, pero se hizo de la mano de un programa que permite teletrabajar un día a la semana.
En el ámbito de las consultoras, KMPG ha introducido el teletrabajo parcial y ha tomado una medida que también se está viendo en el cambio de cultura corporativa de muchas empresas como es la reducción de viajes. Las restricciones digitalizaron relaciones, presentaciones y todo tipo de eventos, modalidades que han permitido igualmente generar marca y engagement, por lo que en algunas compañías apuestan por generalizar esta fórmula que además supone un ahorro de costes. Lo mismo ha sucedido en otra de las firmas importantes de este sector, PwC, que ha apostado por limitar los desplazamientos y trabaja por el regreso gradual de sus empleados, que en verano han trabajado y teletrabajado en una proporción 50/50.
Precisamente, ha sido en el ámbito de las consultoras donde ha tenido cabida una de las iniciativas más disruptivas. En junio, Deloitte anunciaba que permitiría a sus 20.000 empleados en Reino Unido elegir la frecuencia con la que acuden a la oficina, pero también les da la opción, en la teoría, de poder escoger si quieren o no acudir a su centro de trabajo en lo que Deloitte ha definido como un modelo “ultraflexible” que ha nacido de un profundo debate interno en el que se han puesto sobre la mesa cuestiones como la conciliación o la productividad de los empleados.
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