WorldWideWeb conectó a la humanidad con Internet en 1990, dando paso después al dominio de Mosaic, Netscape Navigator, y especialmente Internet Explorer, en la navegación por la red al final de la década. A principios de este siglo compañías como Mozilla y Apple desafiaron el poder de Microsoft con Firefox y Safari en un mercado que a partir de 2008 pasaría a estar acaparado por Chrome, de Google, que transformó la ventana de acceso a internet popularizando funciones como pestañas, extensiones y el modo de incógnito.
Los sistemas de IA que Google y Microsoft están incorporando a sus navegadores y motores de búsqueda parecen llamados a dar un salto cualitativo en los resultados
Desde aquel momento, poco ha cambiado en la forma en que navegamos por la red y realizamos búsquedas de información. Ahora, los sistemas de inteligencia artificial que Google y Microsoft están incorporando a sus navegadores y motores de búsqueda parecen llamados a dar un salto cualitativo en los resultados y la experiencia de las búsquedas, pero hasta que la tecnología se popularice y termine de democratizarse, hay otras herramientas alternativas que están abriendo un amplio abanico de posibilidades a los usuarios a la hora de personalizar los resultados y organizar la información.
Waldo y un mayor control sobre el filtrado de resultados
Una de estas soluciones que han ido apareciendo en el panorama es Waldo, un motor de búsqueda creado por Justin Wohlstadter, fundador del servicio de información bajo demanda Wonder. Waldo, cuyo nombre proviene del nombre anglosajón del libro ‘¿Dónde está Wally?’, se presenta como un motor búsqueda para profesionales. “Busque en la web el doble de rápido con potentes herramientas que lo ayudan a encontrar exactamente lo que necesita y transformar esos hallazgos en contenido listo para presentaciones”, explica su página web.
Ta y como recoge Fast Company, usa índices de búsqueda extraídos de Google, Bing y otros motores, para empaquetar los resultados en un tipo diferente de interfaz que permite optimizar y personalizar la búsqueda atendiendo a una serie de parámetros. El usuario de Waldo puede destacar los resultados por palabras o expresiones, elegir el tipo de archivo que desee o resaltar número y porcentajes y destacar comillas en segundos. Así, brinda mayor control sobre los resultados, facilitando la ampliación de cada uno de ellos sin necesidad de llegar a abrir distintas pestañas.
Es decir, una vez que se obtienen los resultados de la consulta, se puede presionar la tecla "d" se resaltarán todos los datos en la búsqueda. En cambio, si se pulsa "a" y le dará una vista previa de varios párrafos que puede expandir y leer fragmentos. Al elegir el apartado "lentes" solo le mostrará resultados de determinadas fuentes. En esencia, Waldo ofrece la capacidad de buscar datos y filtrar resultados según el tipo de fuentes que se deseen, lo que puede ser de gran utilidad para cualquier persona cuyo trabajo requiera información confiable, datos e información sobre tendencias.
Actualmente Waldo está disponible en como una extensión de navegador y es gratuito, aunque es posible que en el futuro algunas funciones pasen a ser de pago. Cuenta con cierta curva de aprendizaje, pero está acompañada de tutoriales prácticos e interactivos gracias a los cuáles lograr un acceso más rápido a los mejores resultados.
Arc, el navegador “todo en uno”
Desde el año pasado, Arc también ha acaparado la atención de miles de usuarios en todo el mundo. Se trata de un navegador creado por la start-up The Browser Company que aspira a convertirse en una suerte de sistema operativo para la web. Tal y como recoge The Verge, ha sido desarrollado sobre Chromium, la base de código abierto para desarrollar otros navegadores web como Chrome, y toma de este algunas de sus características como la función “autocompletar” o la compatibilidad con las extensiones.
Uno de los principales rasgos de Arc es que ordena las pestañas y marcadores en una barra lateral vertical
Uno de los principales rasgos de Arc es que ordena las pestañas y marcadores en una barra lateral vertical, que también hace las veces de “iniciador de aplicaciones” (app launcher). Es decir, cada elemento de la barra lateral representa una página web abierta, pero algunos también son una aplicación a la que se puede regresar rápidamente y encontrarla tal como se dejó.
Arc permite agregar hasta ocho aplicaciones en la sección de Favoritos para facilitar el acceso, así como anclar pestañas para facilitar el acceso o crear carpetas de pestañas y carpetas dentro de dichas carpetas. Además, uno de los principios de Arc es velar por la simplicidad y el orden, por ello, de manera predeterminada, cierra todas las pestañas abiertas y no fijadas cada 12 horas, aunque se puede elegir que esto suceda cada 24 horas o cada 30 días, o nunca.
Por otro lado, uno de los principales atractivos de este novedoso navegador son los Espacios, algo similar a los paneles de Trello. De esta forma, es posible crear conjuntos diferente de pines y pestañas -incluso diversas cuentas de usuarios-, distinguibles por una barra lateral de distintos colores. Así, sería posible crear espacios diferentes para la vida personal y para la vida profesional, por ejemplo. Además, cuanta con la funcionalidad de dividir pantalla, de tal forma que se puede tener dos pestañas abiertas simultaneamente en la misma vista.
Además, Arc cuenta con navegación picture-in-picture es decir, si se cambia de pestaña mientras se está reproducción un vídeo de YouTube o una canción de Spotify, aparecen un pequeño reproductor en la parte inferior que permite pausar u omitir pistas. Algo similar ocurre con los sistemas de videoconferencias, cuyos controles para micrófonos y altavoz se trasladan a la barra lateral. Arc cuenta también con un apartado para almacenar y explorar las descargas o las capturas de pantalla, así como la posibilidad de crear Notas y Pizarras, para hacer anotaciones -a modo Word, Pages o bloc de notas- y para hacer composiciones -como Numbers o Paint-.
“Estamos imaginando un navegador que puede pensar tan rápido como nosotros, quitarnos el trabajo de encima”
“Estamos creando un nuevo navegador, al que llamamos Arc, porque creemos que los navegadores pueden hacer mucho más para empoderarnos”, explica The Browser Company en su página web. “Estamos imaginando un navegador que puede pensar tan rápido como nosotros, quitarnos el trabajo de encima y hacer avanzar nuestra creatividad. Un navegador equipado para la forma en que usamos Internet ahora y fundamental para la forma en que esperamos usarlo en el futuro”.
Brave y la apuesta por la privacidad
A lo largo de los últimos años, Brave es otro nombre que se ha hecho un hueco en el ecosistema de navegadores de internet gracias, principalmente, a su fuerte apuesta por la privacidad, la seguridad online y el bloqueo de gran parte de la publicidad digital -en ocasiones muestra anuncios textuales en el resultado de búsqueda en Google-. Desarrollado en 2016 por la empresa Brave Software Inc, también se apoya en Chromium y, en consecuencia, es compatible con sus extensiones.
Entre sus características, brinda altos niveles de velocidad al eliminar muchos de las imágenes y códigos asociados a los anuncios online. También destaca el uso predeterminado el HTTPS para forzar a los sitios web a usar conexiones en páginas seguras, no almacena ningún registro del historial de navegación de los usuarios y bloquea las cookies de terceros.
No obstante, uno de sus rasgos más particulares es la reinvención de un modelo publicitario a partir de los tokens y el blockchain. Y es que Brave compensa a los usuarios por dejar que se le muestren anuncios, que pueden ser imágenes patrocinadas en la pantalla de inicio del navegador o notificaciones push nativas. son los denominados Brave Ads, esto es, publicidad basada en los intereses según se el comportamiento de navegación.
El usuario puede configurar cuántos anuncios ve cada hora, y por ello recibe la criptodivisa BAT, acrónimo de token de atención básica. Estos tokens se acumulan del mismo modo que los puntos de fidelidad más tradicionales y se pueden por tarjetas regalo de prepago, comprar NFTs o en aplicaciones descentralizadas de la Web 3, o para dar propina a creadores verificados.
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