Joint Venture

Su significado en inglés es aventura conjunta o conjunto empresarial.

Es un tipo de acuerdo comercial en el que se unen dos o más empresas por un tiempo limitado para realizar una inversión conjunta y operaciones complementarias en un negocio determinado. Lo hacen para introducirse en un nuevo mercado, ya sea porque requiere una alta inversión en dinero y tiempo o por las dificultades que tengan en ese nuevo mercado, siendo por ejemplo en un país diferente, y cuyo objetivo es la obtención de beneficios.

También hace referencia a cuando se unen para formar una nueva empresa para elaborar algún producto basado en las mejores tácticas de mercadeo. En ningún momento cualquiera de las compañías participantes pierden su identidad corporativa, es decir que continúan su actividad empresarial independientemente del proyecto que realicen. Las empresas en esta unión comparten sus conocimientos tecnológicos, de mercado o sobre el producto además de sus objetivos finales y el control sobre el proyecto común.

El inconveniente que se da es que cada entidad tiene su propia política y cultura lo que puede dificultar el trabajo conjunto.

Ejemplos y más información

En España están reguladas por el Código de Comercio, la Ley de Sociedades de Capital y el Código Civil en su art.1255 así como por la Unión Europea en lo que refiere a una competencia y mercado justos.

Es importante mencionar que las joint ventures no son estructuras legales independientes, sino más bien acuerdos contractuales entre dos o más empresas. Dependiendo de la jurisdicción, pueden tomar diferentes formas legales, como sociedades anónimas, sociedades limitadas o incluso acuerdos sin formar una nueva entidad jurídica. En algunos países, como en Estados Unidos, las joint ventures pueden verse afectadas por las leyes antimonopolio, especialmente si la colaboración implica una concentración significativa de mercado que pudiera afectar la competencia justa.
En cuanto a la fiscalidad, las empresas participantes en una joint venture pueden optar por estructurarse de manera que maximicen las ventajas fiscales. Dependiendo de la estructura jurídica y el país, los beneficios generados por la joint venture pueden tributar a nivel de la entidad creada o distribuirse entre las empresas, quienes los declararán como ingresos propios.

Uno de los casos más conocidos es el de Sony Ericsson, una joint venture entre la japonesa Sony y la sueca Ericsson, formada en 2001. El objetivo era combinar las fortalezas de Sony en productos electrónicos y de consumo con la experiencia de Ericsson en telecomunicaciones para fabricar teléfonos móviles. Esta colaboración permitió a ambas compañías competir de manera más efectiva en el mercado de móviles durante años. Sin embargo, la joint venture concluyó en 2012 cuando Sony compró la participación de Ericsson, integrando la marca dentro de sus operaciones.

Otro ejemplo es el de Solar360, una joint venture creada en 2022 por Telefónica y Repsol con el objetivo de ofrecer soluciones integradas de energía solar fotovoltaica para clientes residenciales, pequeños negocios y empresas en España. La colaboración entre estas dos grandes compañías españolas combina la experiencia tecnológica y de conectividad de Telefónica con el conocimiento de Repsol en el sector energético y la transición hacia fuentes de energía renovables. Esta joint venture sigue activa y forma parte de los esfuerzos de ambas empresas por contribuir a la transición energética y la sostenibilidad, alineándose con los objetivos globales de reducción de emisiones de carbono. Este es un ejemplo claro de cómo dos empresas de sectores diferentes pueden unirse para abordar el creciente mercado de las energías renovables y crear soluciones innovadoras para los consumidores.

Tipos de Joint Venture

Las joint ventures pueden clasificarse en varios tipos dependiendo de la estructura del acuerdo y la naturaleza de la colaboración entre las empresas. Los más comunes son:

  1. Joint Venture Contractual (Non-Equity Joint Venture)
    En este tipo de joint venture, las empresas involucradas no crean una nueva entidad legal independiente. En su lugar, se basan en acuerdos contractuales que definen los términos de su colaboración. Cada empresa mantiene su propia estructura jurídica, operativa y financiera, y simplemente acuerdan trabajar juntas en un proyecto específico, compartiendo los beneficios, riesgos y recursos.
    Un ejemplo de una joint venture contractual podría ser un acuerdo entre una compañía tecnológica y una empresa de distribución para desarrollar y comercializar un nuevo producto sin crear una nueva empresa. Ambas empresas continúan operando de manera independiente y solo colaboran para el proyecto en cuestión, dividiendo los ingresos según el contrato.
     
  2. Joint Venture de Equidad (Equity Joint Venture)
    Este tipo de joint venture implica la creación de una nueva entidad legal (por ejemplo, una sociedad limitada) en la que las empresas participantes poseen una parte proporcional de las acciones, según el acuerdo establecido. Las empresas contribuyen con capital, tecnología, conocimientos técnicos u otros recursos a la nueva entidad, y participan en la gestión y toma de decisiones según su participación accionaria.
    Un caso típico de joint venture de equidad es la colaboración entre Sony y Honda para formar Sony Honda Mobility, donde ambas empresas crearon una nueva entidad legal para desarrollar vehículos eléctricos y compartir riesgos, inversión y ganancias.
     
  3. Joint Venture Horizontal
    Una joint venture horizontal ocurre cuando dos empresas competidoras en el mismo sector se unen para desarrollar un proyecto conjunto. Estas empresas generalmente compiten en los mismos mercados, pero se unen temporalmente para aprovechar sinergias en una actividad o proyecto específico. Esto puede implicar compartir recursos o conocimientos, y suele estar motivado por la necesidad de innovar o reducir costos.
    El caso de BMW y Toyota es un ejemplo de una joint venture horizontal. Ambas compañías compiten en la industria automotriz, pero se unieron para desarrollar tecnologías avanzadas, como motores híbridos y baterías para vehículos eléctricos.
     
  4. Joint Venture Vertical
    En una joint venture vertical, las empresas participantes provienen de diferentes fases de la cadena de suministro. Por ejemplo, un fabricante puede formar una joint venture con un proveedor o distribuidor para mejorar la eficiencia operativa o asegurar el suministro de materias primas. Este tipo de colaboración ayuda a integrar y optimizar el flujo de productos desde la producción hasta la distribución.
    Una joint venture vertical puede surgir entre una empresa de tecnología que produce dispositivos electrónicos y un proveedor de componentes esenciales. Al trabajar juntos, aseguran un flujo continuo de suministros, y ambas empresas se benefician de una cadena de producción más eficiente.
     
  5. Joint Venture Internacional
    Las joint ventures internacionales son muy comunes cuando una empresa quiere expandirse a un nuevo mercado extranjero pero enfrenta barreras regulatorias, culturales o de conocimiento local. Para superar estas barreras, la empresa forma una joint venture con una compañía local que tiene experiencia y acceso al mercado. De esta manera, la empresa extranjera puede minimizar los riesgos y aumentar sus posibilidades de éxito.
    El caso de PepsiCo y Tata Group en India es un ejemplo de una joint venture internacional. PepsiCo formó una alianza con Tata para aprovechar su conocimiento del mercado indio y lanzar productos de bebidas adaptados a las preferencias locales.
     
  6. Joint Venture de Investigación y Desarrollo (R&D Joint Venture)
    Este tipo de joint venture se enfoca en el desarrollo de nuevas tecnologías, productos o soluciones innovadoras. Dos o más empresas se unen para compartir conocimientos técnicos, científicos o de mercado, con el objetivo de desarrollar productos o soluciones que podrían ser demasiado costosos o arriesgados para una sola empresa.
    Un buen ejemplo es la colaboración entre GlaxoSmithKline (GSK) y Pfizer en 2019 para formar una joint venture con el objetivo de desarrollar y comercializar productos de cuidado de la salud de venta libre, combinando su experiencia en investigación y desarrollo farmacéutico.

Ventajas de una Joint Venture

Las joint ventures ofrecen múltiples ventajas a las empresas participantes. Uno de los principales beneficios es el acceso a recursos complementarios. Las empresas que forman parte de una joint venture pueden aprovechar las fortalezas de sus socios, ya sea en tecnología, capacidad de producción, distribución o conocimientos de un mercado específico. Esto permite una expansión más rápida y eficiente, especialmente en mercados internacionales.

Otra ventaja importante es el reparto de riesgos. Al ser un proyecto compartido, los riesgos asociados a la inversión inicial y la operación se distribuyen entre las empresas participantes. Esto reduce el impacto financiero que podría tener una sola empresa si afrontara el proyecto de manera independiente.

Además, las joint ventures pueden ofrecer sinergias significativas. La colaboración entre empresas puede generar economías de escala y optimización de procesos, lo que resulta en una mayor eficiencia y menores costos de operación.

Desventajas y desafíos de una Joint Venture

Sin embargo, las joint ventures también presentan desafíos. La gestión de esta alianza puede ser compleja, ya que requiere un alto grado de coordinación entre las empresas participantes. Las diferencias en la cultura corporativa, los objetivos a largo plazo y las estrategias de negocio pueden generar conflictos que afecten el éxito del proyecto.

Otro desafío es la pérdida de control. En una joint venture, las decisiones clave suelen ser tomadas en conjunto, lo que puede ralentizar los procesos de toma de decisiones o llevar a desacuerdos sobre el rumbo del proyecto. Además, si la relación entre las empresas no está bien definida desde el principio, existe el riesgo de que surjan problemas de confianza o competencia interna.