El cambio de identidad corporativa que acaba de anunciar Endesa no ha sido el único que la compañía ha vivido desde que dio sus primeros pasos. Desde 1944 su imagen ha cambiado, y mucho, hasta en seis ocasiones. Eso sí, desde 2001 el cambio se ha movido bajo el mismo paraguas de valores. Hasta ahora...
En 1940 la demanda eléctrica iba en aumento. Por ello el INI, Instituto Nacional de Industria, puso en marcha la Empresa Nacional de Electricidad.
Una institución que satisfacía esa demanda gracias al carbón nacional y que construyó la primera central en Ponferrada, aprovechando las cuencas mineras de León.
Siguiendo los cánones de la época, el logo de Endesa lucía una tipografía en cursiva sin ningún símbolo.
Este diseño era frecuente entre las compañías públicas del Estado por aquella fecha.
Con la década de los años 70, llegó también el gran momento de crecimiento de Endesa.
Un momento que se vivió especialmente gracias a la integración de activos de otras compañías.
Así como a la construcción de grandes complejos minero-eléctricos como Puentes de García Rodríguez (en A Coruña) y Andorra (en Teruel).
Aquí vemos el primer logotipo propiamente dicho de Endesa.
Para su creación se sirven del acrónimo de la denominación original añadiéndole una estética propia de aquellos años de desarrollo industrial en España.
Poco después de que la década de los 80 diera sus primeros coletazos, Endesa consiguió convertirse en la primera productora de energía eléctrica del país.
Y, tras la adquisición de varios activos de diferentes compañías de distribución, se crea el Grupo Endesa.
Sin embargo, en 1988 llegó uno de los principales cambios: se privatizó parte de la empresa mientras que, por otro lado, se lanzaba la primera Oferta Pública de Venta de Acciones en las Bolsas españolas y en la de Nueva York.
El nuevo logotipo que lució la compañía en ese momento presentó una forma cuadrada, elegida por su facilidad de percepción, dividida en tres partes. A la izquierda, puede apreciarse una zona compacta de color gris oscuro que simboliza la ausencia de luz y energía.
En el centro, un rayo aporta la fuerza y luz. Y, a la derecha, un tercer bloque recoge una “E” mayúscula. “Tres espacios que simbolizan el dominio constructivo y ordenado de la oscuridad”, según explicaba Cruz Novillo, su diseñador.
Con su participación en el holding Enersis, Endesa adquiere participaciones en diferentes compañías eléctricas latinoamericanas. Datos que la convierten en el primer grupo eléctrico de toda Iberoamérica.
Y es que los primeros años del siglo XXI estuvieron marcados precisamente por la internacionalización de la empresa. Además de por la diversificación en otros negocios como el sector de las telecomunicaciones y la liberalización del mercado eléctrico español.
Con hechos como estos, se creó una nueva imagen corporativa, necesaria para reflejar un nuevo paradigma: mostrar lo que es Endesa y lo que se propone ser. Pero ese no era el único objetivo. También era necesario reforzar su posición en los mercados financieros, transmitiendo seguridas a sus empleados y confianza a sus clientes.
2010. Actitud también azul
De cara a la nueva década de 2010, la compañía definió su posicionamiento en la expresión creativa: “Actitud Azul”.
Un concepto que implica, según han afirmado desde Endesa, “hacer las cosas de forma distinta e inteligente. Es la manera de ser y de actuar de la compañía que se basa en el talento y en la experiencia de las personas, en su orientación hacia el cliente y en la capacidad de escuchar para impulsar el progreso a través de la energía. En definitiva, es hacer que las cosas sean posibles”.
Para demostrar que esa actitud les aocmpañaba en cada momento, decidieron añadir un “pay off” al logo de entonces: “luz, gas, personas”.
La medida se toma con el objetivo de conseguir el reforzamiento y el reposicionamiento de la marca dejando bien claros los valores hacia los que se orienta.
Después de verse envuelta en un largo proceso de OPAs que vió sus inicios en 2005, Endesa pasó a formar parte del Grupo Enel en 2007.
Desde ese momento, el logotipo de Endesa empieza a dejarse ver junto al de su “hermano mayor”, Enel, para dejar clara su pertenencia.
Sin embargo, uno de los momentos clave de la evolución de la compañía llegó en 2014.
En ese año, los activos de las empresas en Latinoamérica de Endesa pasaron al Holding. Por lo que la compañía decidió centrar su negocio en la Península Ibérica.
Actualmente, la compañía se enfrenta a un nuevo paradigma energético en el que las formas de producir, distribuir y hacer uso de la energía ya no son las mismas.
El modelo es cada vez más decentralizado y participativo. Más abierto a las personas.
Y precisamente hacia ese paradigma pretende enfocar la compañía. Un enfoque que elabora con su nueva imagen en la que Enel y Endesa quieren ser la expresión de ese posicionamiento estraétigo: Open Power.
En él, también se bada el nuevo diseño del logo que, partiendo del filamento de una bombilla, se muestra un cursor como punto de partida de la energía. Punto que da vida a los elementos del logo, al movimiento y a los colores que lo componen y que marcará un nuevo camino para la compañía.