Las franjas publicitarias durante el partido final de la Super Bowl son las más caras de la televisión en Estados Unidos.
En la edición de este año el precio por 30 segundos de publicidad casi alcanza los 4 millones de dólares.
El precio fijado para estos espacios no ha dejado de crecer desde la década de los 80.
El anuncio del lanzamiento del Macintosh en 1984, de 60 segundos de duración, costó a Apple 500.000 dólares.
A ese precio, hoy día sólo conseguiría 3 segundos de emisión.
El spot de Apple, bautizado como “1984”, marcó el inicio de una tendencia al alza en las tarifas publicitarias durante la final de fútbol americano.
Así lo demuestra la siguiente gráfica de Businessweek. En ella se recoge la evolución del precio de 30 segundos de publicidad en la Super Bowl desde su primera retransmisión en 1967.
Según muestra la gráfica, en el año 1999, un comercial de la Super Bowl costaba en torno a 1,6 millones de dólares.
Esto significa que en 15 años el coste por 30 segundos de emisión publicitaria en el evento deportivo ha crecido un 150%.
Según los expertos, de mantenerse este nivel de crecimiento, un solo spot de medio minuto podría alcanzar los 6 millones de dólares en 2020, 8 millones de dólares en 2030 y hasta 10 millones de dólares en el año 2040.
Elincremento de las tarifas publicitarias podría producirse de forma directamente proporcional al crecimiento de la audiencia. Y es que el número de espectadores se ha triplicado desde la primera emisión de la Super Bowl en 1967.
El récord lo ostenta la edición de 2012, con 111,3 millones de espectadores. A ésta le siguen la de 2010 con 111 millones y la del año pasado con 108 millones.
En la siguiente gráfica podemos ver cómo ambos datos van en paralelo, aunque a diferente ritmo. La audiencia experimenta un aumento más lento y progresivo (en negro) frente al acusado crecimiento de las tarifas publicitarias en los últimos años (en verde).
En comparación con otros eventos deportivos de EEUU, la Super Bowl es la que posee la franja publicitaria más cara.
Ni siquiera dos de los deportes más seguidos por los estadounidenses, el béisbol (en negro) o el baloncesto (puntos), consiguen mantener los precios de la gran final del fútbol americano (en verde).