“Querido papá, tengo 14 años y los chicos de mi clase ya me han llamado puta”.
Con frases tan impactantes como esta la asociación Noruega Care Norway lanza, en un cortometraje de cinco minutos, su mensaje a los hombres del mundo: sois, podéis y debéis ser un ejemplo que seguir. Si sois violentos, enseñaréis a vuestros hijos a serlo también.
Y es que según ha revelado la OMS las mujeres son uno de los grupos que más violencia sufre. Solo en Inglaterra y Gales, cerca de 85.000 mujeres son violadas cada año. Siendo más concretos, una de cada tres mujeres será víctima de abuso físico o sexual a lo largo de su vida.
Algo con lo que muchos hombres están de acuerdo. Según ha explicado Gry Larsen, Secretario General de Car Norway, “hemos tenido varias campañas para combatir la violencia contra las mujeres, pero nunca hemos experimentado que tantos hombres hayan apoyado y compartido una campaña de este tipo. Los padres son, y deben ser buenos modelos para sus hijos e hijas y tomar una postura activa contra la violencia de género”.
Pero si diciéndolo los organismos la situación no cesa, quizá tengan que hablar sus hijos para que un hombre no levante la mano.
No les levantes la mano, papá
Parece que para Care Norway el desconocimiento es una de las principales razones por las que los abusos siguen sucediéndose. Por ello, el objetivo es informar sobre el alcance que tiene la violencia machista, prestando atención sobre las políticas y prácticas que vuelven más vulnerables a las mujeres. No solo cuentan los golpes, los insultos y humillaciones también duelen.
“Querido papá, cuando tenga 16 años, un par de chicos me habrán intentado meter mano mientras estoy borracha. Para ellos será un juego pero, ¿es gracioso?” “Querido papá, cuando tenga 21 años será normal que me hayan violado más de una vez”. Una cruda realidad traída de dónde más duele a un padre: las palabras de su hija.