El CEO de Blue Banana denuncia las falsificaciones de la marca en mercadillos y la inacción de las autoridades

  • Hablamos con Juan Fernández-Estrada sobre los problemas que enfrenta la marca con las falsificaciones
  • "Es un daño bestial, porque infravalora la construcción de marca y el valor y la calidad del producto"

Los mercadillos de España están preocupantemente plagados de falsificaciones de Blue Banana y nadie hace nada al respecto”, ha asegurado Juan Fernández-Estrada, Co-Fundador y Co-CEO de la marca de ropa Blue Banana. El directivo ha criticado especialmente la inacción por parte de las autoridades a la hora de proteger a las marcas y sus negocios y de establecer medidas más eficaces para controlar el problema de las falsificaciones. 

Lo ha hecho inicialmente a través de una publicación en la red social LinkedIn, en la que, además de su alegato, ha compartido una serie de fotografías en las que se muestran distintas prendas falsificadas. En ella se aprecia la réplica del nombre y los diseños de la marca. Son imágenes, según nos cuenta Fernández-Estrada en declaraciones a Reason.Why, de mercadillos y tiendas ambulantes de diversos puntos de España. 

Se las han hecho llegar conocidos, amigos o familiares del equipo o, en algunos casos, incluso consumidores. Asegura que algunas de las falsificaciones son cada vez más sofisticadas, pero explica que muchas son reconocibles como tales porque debajo de la X étnica característica de las camisetas de Blue Banana en el pecho figura también el logotipo de la compañía, algo que en las prendas originales no se muestra. 

Blue Banana está registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas y su homóloga europea

El Co-CEO de la marca apunta que las falsificaciones se han hecho especialmente notorias en los dos últimos años, aunque lo han percibido desde que pusieron en marcha la marca en 2016. Tal y como ha podido comprobar Reason.Why, la denominación y elementos figurativos de Blue Banana figura registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas desde 2017 para prendas de vestir, calzado y artículos de sombrerería. También consta de registros en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) que datan de 2020 y 2023. 

Sin embargo esto no ha disuadido a los falsificadores. “Al principio nos hacia gracia, incluso ilusión, porque pensábamos que el hecho de que nos falsificaran, como a otras grandes marcas, significaba que estábamos haciendo bien nuestro trabajo”, comenta Juan Fernández-Estrada a este medio. “Pero después, pensándolo bien y analizándolo, es una tremenda injusticia para todos nosotros por lo que hemos luchado”. 

No se refiere sólo a los esfuerzos de los fundadores, sino también a los que día a día realizan los equipos de la compañía, así como a los movimientos llevados a cabo, por ejemplo, en materia de sostenibilidad. Se lamenta que frente a los empeños realizados por reducir la huella de su actividad, se vendan este tipo de artículos falsos a precios mucho más reducidos, fomentando el consumismo. 

Defensa de la marca

Para frenarlo ha estado trabajando de la mano de su despacho de abogados, Lerroux, y activando distintos mecanismos a su disposición. Los representantes legales de la marca señalan a este medio que ya se han personado en procesos de incautación de material por parte de la Guardia Civil; que tienen en marcha investigaciones privadas; y y que mantienen actualizados los activos de la marca en los portales de aduanas. Estas acciones, señala Fernández-Estrada, surten más efecto en el entorno online, donde resulta más sencillo identificar el sitio infractor, pero su aplicación es más compleja cuando se trata de mercadillos repartidos por toda España. 

A este respecto, se muestra especialmente crítico con los ayuntamientos, que son los que conceden las licencias a los puestos para la venta en mercadillos y obtienen una cuota por ello. “No entendemos por qué no están haciendo nada o están mirando para otro lado cuando es evidente que se están falsificando marcas como Adidas, Nike, Scalpers o Silbon”, expone en declaraciones a Reason.Why. “No hay que ser un entendido de la moda para ver que son productos falsificados y creo que no sería tan difícil que los cuerpos de seguridad tuvieran las marcas referenciadas cuando comprueban las licencias”. 

Es consciente, no obstante, de que se trata de un tema de enorme complejidad que, en muchas ocasiones, implica mafias y redes de blanqueo; y cuyo impacto no reside únicamente en la venta de los productos falsificados, sino en los puntos de fabricación de las falsificaciones. Han identificado que estos, en su caso, se encuentran en Portugal. 

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En Blue Banana son conocedores de que desde entidades como la EUIPO están impulsando campañas y actividades de pedagogía y concienciación, pero consideran que no es justo que el grueso de la responsabilidad recaiga sobre el consumidor. 
Cabe destacar que, según datos de 2022 de EUIPO, el 37% de los jóvenes europeos adquirieron uno o varios productos falsificados deliberadamente, un aumento significativo en comparación con el 14% en 2019. Además, el 31% de los ciudadanos del territorio comunitario considera aceptable comprar productos falsificados cuando el precio del original es elevado, una cifra que asciende hasta el 50% entre los consumidores de entre 15 y 24 años. 

Desde la marca critican también la falta de ayuda por parte de las autoridades, especialmente considerando las contribuciones de las marcas a la economía. “Más allá de la concienciación, que por supuesto es súper positiva, pedimos que pongan en marcha los mecanismos para condenar estos delitos y nos ayuden”, señala a Reason.Why. “Hemos empezado aquí desde cero, nadie nos ha ayudado a nada, y hemos generado riqueza y empleo en este país, pagando escrupulosamente los impuestos; y la sensación es que cuando lo necesitamos, no encontramos esa ayuda que nos parecer básica tener”

Preguntado por el impacto que las falsificaciones están teniendo en el negocio de Blue Banana, Juan Fernández-Estrada asegura que algo muy complejo de medir. “Diría que es algo casi imposible de cuantificar, porque realmente no sabemos si el cliente de mercadillo puede ser nuestro cliente en tienda”, nos explica. “A nivel de marca es un daño bestial, porque infravalora la construcción de marca y el valor y la calidad del producto que ofrecemos, que están irremediablemente unidos a esos diseños que se falsifican”. 

"Queremos que sean ellos los que nos propongan de qué manera nos van a ayudar"

Una reclamación de ayuda

El Co-CEO de la marca asegura que no se atreve a plantear soluciones, pero a lo largo de la conversación se desprende un llamamiento al endurecimiento de la vigilancia por parte de las autoridades competentes y a la revisión de los procesos y las políticas. Pide, en definitiva, que no sean cómplices. “Queremos que sean ellos los que nos propongan de qué manera nos van a ayudar y qué mecanismos están activando para denunciar estos delitos, independientemente de que nosotros tengamos que invertir dinero, recursos u ofrecer facilidades". 

Su publicación en LinkedIn ha captado la atención de los responsables de otras marcas, como Silbon o Scalpers, y Juan Fernández-Estrada no descarta que juntos puedan iniciar algún tipo de acción o movimiento conjunto para poder entablar diálogo con organismos competentes e impulsar medidas. 

Desde la consultora de propiedad intelectual Pons IP consideran el caso como un ejemplo de la importancia no sólo de registrar la marca, sino de ejercer la vigilancia activa.Vigilar es el segundo paso absolutamente necesario para hacerla crecer y crear una marca fuerte que lance un mensaje inequívoco al mercado: que su titular no va a tolerar usos no autorizados ni en el entorno físico ni en el online y esto, en mi opinión se debe hacer cuanto antes”, asegura Carmen González Candela, Directora de Marcas y Brand Intelligence de Pons IP, en declaraciones a Reason.Why.

A este respecto, recomienda acciones como la oposición a solicitudes de marcas idénticas o similares, vigilar el entorno online utilizando tecnología de big data y machine learning, informar a las autoridades aduaneras de los registros existentes o utilizar herramientas como el Enforcement Data Base y/o poner en marcha sistemas de vigilancia en el entorno físico. También apunta a la ayuda de las autoridades, plataformas, y demás operadores económicos, así como la concienciación de los consumidores. "Pero el titular de la marca tiene que ser proactivo desde el inicio y ser constante, no rendirse”, comenta. 

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