Chia, la criptomoneda ecológica que podría incrementar los precios de los discos duros

  • Esta divisa digital utiliza un método más sostenible que otras divisas y utiliza discos duros para su almacenamiento
  • Chia defiende que cuenta con una empresa por detrás que la ampara y ambiciona con un entorno sin especulaciones
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Las criptomonedas continúan con su imparable crecimiento en 2021 y lo hacen en todos los sentidos, tanto en volumen de negocio como en número de divisas en un entorno que se ha visto favorecido por el aumento del precio del Bitcoin, que supera los 48.600 euros, así como el reciente debut en Bolsa de Coinbase con una valoración de 100.000 millones de dólares y un valor por acción de 381 dólares.

Las principales críticas a las divisas digitales son sobre su consumo de energía

Pero este contexto de alcista también incrementa las críticas de los detractores de la criptoeconomía, que ponen el foco en la cantidad de recursos que son necesarios para su acuñación o aluden al carácter volátil de su cotización, cuestionando la inexistencia de un soporte empresarial o un agente confiable que las respalde.

Con el objetivo de combatir estas corrientes de opinión trabaja Chia, una criptomoneda detrás de la que está Bram Cohen, uno de los creadores del protocolo BitTorrent, y que promete un proceso de minteo (acuñación) más respetuoso con el medio ambiente, aunque el propio proceso puede generar la escasez de otro recurso como son los discos duros, necesarios para el minado de esta criptodivisa.

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Cabe decir que Chia lleva trabajando desde 2017 en este proyecto, aunque ha cobrado interés mediático por la promesa de salir a Bolsa y tras dar a conocer su protocolo. En la actualidad, la mayoría de las criptomonedas se crean por medio de la “Proof of work”, un proceso que consume ingentes cantidades de energías en enormes servidores informáticos que se vuelven más voraces a medida que crece la demanda. Así, cuanto más material se extrae, más recursos hay que emplear en una lógica semejante al proceso de extracción de otras materias primas.

A esto hay que unirle el consumo que provocan los NFT, activos digitales únicos que han fortalecido más si cabe el valor de la cripteconomía. Precisamente, el principal legitimador en los procesos de NFT, Ethereum, ultima un cambio de proceso en la acuñación para introducir la "Proof of Stake", con la que la probabilidad de conseguir el objetivo es proporcional a la cantidad de monedas acumuladas.

Y en estas circunstancias, Chia promete un protocolo para el que se ha apoyado en empresas de minteo de criptodivisas como iMD Companies, que ha anunciado públicamente su acuerdo con Chia Network, compañía detrás de la que está la nueva moneda digital. “Consideramos que Chia está aquí para quedarse y que será utilizada a nivel financiero en todo el mundo”, ha explicado Rick Wilson, Director Ejecutivo de iMD, en una declaración de intenciones sobre las aspiraciones de Chia, que confía al protocolo su capacidad de éxito en un entorno saturado de criptomonedas, de las que existen ya más de 8.400 ejemplos diferentes.

La ambición de un proceso de acuñación más verde y democrático

En el nuevo modelo de Chia son fundamentales los discos duros o unidades SSD con un software que coloca números criptográficos en parcelas específicas. Cada una de estas tiene bloques en función del porcentaje del espacio total que tiene el acuñador. Un servidor verifica cada bloque y permite que la cadena funcione y otorga el valor a cada una de las criptomonedas.

En este proceso se eliminan los GPU o unidades de procesamiento gráfico y el valor se centra en el espacio: cuanto más se dedique al almacenamiento de las transacciones, más ganará el encargado del minado de las criptodivisas frente a los cálculos matemáticos y potentes servidores que consumen enormes cantidades de energía en los procesos más comunes de la criptoeconomía como los que utiliza Bitcoin.

El crecimiento más fuerte de la demanda de discos duros está en los mercados asiáticos

Así, en medio de esta promesa de cambio, algunos han querido posicionarse comprando discos duros para anticiparse a la demanda que puede generar Chia, lo que ha provocado el aumento del precio de estos dispositivos, sobre todo en los mercados asiáticos. De hecho, esta criptomoneda ya ocupa 1,2 millones de terabytes en discos duros y SSD, muestra del interés que ha generado a pesar de que no está monitorizadla aún en webs como CoinMarketCap, que actualizan al instante el valor de todas las divisas digitales.

Precisamente, en la descripción de Chia en el portal de trading se describe el lenguaje de programación propio que emplea esta moneda digital: el Chialisp, que la compañía define como un sistema que “combina los mejores aspectos del modelo UTXO de Bitcoin y la solidez de Ethereum para una funcionalidad más segura y que consuma menos energía”. Además, la nueva moneda digital apuesta por un modelo de inflación continuo y predecible para evitar la volatilidad y las excesivas fluctuaciones, aportando un punto extra de confiabilidad. Igualmente, en su argumentario Chia destaca que existe una empresa detrás, algo que en la mayoría de las divisas digitales no existe, e incluso ambiciona con salir a Bolsa.

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Igualmente, Chia quiere preservar el carácter democrático con el que nacieron algunas de las criptomonedas más conocidas, que podían ser acuñadas en casa, algo impensable con los requerimientos energéticos de los procesos actuales. Con su protocolo, la compañía pretende establecer una competencia entre todo tipo de usuarios para el minteo de las monedas y promete una experiencia de uso simple para la que “solo será necesario descargar un programa en Mac o Windows y hacer doble clic”, señala Gene Hoffman, Director Ejecutivo y Presidente de Chia Network, quien se muestra convencido de “que será la criptomoneda más fácil de usar para la gente normal”.