Coca-Cola Freestyle ha desarrollado un sistema contacless para adaptar sus máquinas de refill a la nueva normalidad tras la crisis del coronavirus. A través del smartphone, los usuarios pueden seleccionar el producto que desean que la máquina vierta sobre el vaso.
Se trata de una forma innovadora de adaptar el servicio y la industria de la alimentación a las nuevas preocupaciones de los consumidores. “En estos tiempos inciertos, la gente puede preferir una experiencia de servicio sin contacto”, ha reconocido en un comunicado Chris Hellmann, Vicepresidente y Director General de Coca-Cola Freestyle.
La solución permite que los consumidores obtengan la bebida sin necesidad de llevar a cabo ningún registro ni descargar una aplicación. Una experiencia web móvil que ya se ha puesto a prueba en Atlanta, a principios de este verano, en restaurantes donde prima un público generalmente joven, como Wendy’s, Five Guys y Firehouse Subs.
Esta estrategia también está pensada para reforzar a la marca en su relación con la hostelería, una rama esencial de su actividad comercial: "Nuestros socios están haciendo todo lo posible por mantener un ambiente seguro e higiénico, y nosotros trabajamos para garantizar que puedan seguir sirviendo las bebidas que quieren sus clientes desde una plataforma que les encanta".
El equipo de desarollo sabía desde el principio que la experiencia debía ser lo más fluida posible. "Diseñamos esto intencionadamente para que cualquier persona con un dispositivo inteligente pueda servirse una bebida", explica Michael Connor, Chief Arquitect de Coca-Cola Freestyle. El sistema consiste en escanear un código QR con la cámara del móvil y que abre la interfaz donde se pueden seleccionar los productos. “La idea es ser seguro, fluido y divertido”, asegura Connor.
El software se implementará en más de 10.000 dispensadores de Coca-Cola Freestyle durante el verano de 2020. Aunque la idea de la compañía es que todos los dispensadores Freestyle sean contactless a finales de este año.
Mantener la mentalidad innovadora
Antes de poner en marcha el sistema, Coca-Cola consultó un estudio de Civic Science, donde se defendía que el 60% de los clientes de un restaurante prefieren servirse su propia bebida antes que lo haga un camarero. Además, el 40% de los encuestados dicen que se sienten más seguros cuando controlan sus bebidas.
Pero la idea de Coca-Cola es llegar mucho más lejos. Según defiende la propia multinacional, en un futuro se podría implantar una solución óptica. Las palancas con sensor detectarán la presencia de un vaso debajo de la boquilla y verterán la bebida. Cuando se retire el vaso, el dispensador se detendrá automáticamente.
"Estamos entusiasmados por llevar estos desarrollos al mercado, ver cómo los consumidores interactúan y realizar ajustes en consecuencia con ello”, declara Hellmann. Para el Vicepresidente de Coca-Cola Freestyle una de las claves del éxito de la compañía es su identidad innovadora: "Las inversiones en tecnología y recursos que hemos realizado nos han permitido ser ágiles e innovar de manera rápida, proactiva y con escala”.