Las estrategias de responsabilidad social de las marcas conseguirán, en el largo plazo, mayores niveles de engagement y fidelización por parte de los consumidores hacia aquellas compañías que están colaborando en la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus.

El 36% de los consumidores a nivel mundial aseguran que vivir un estilo de vida menos complicado es muy importante para ellos, según se desprende de la encuesta de GlobalData realizada durante el tercer trimestre de 2019.

En este sentido, y teniendo en cuenta la situación provocada por el coronavirus, Ramsey Baghdadi, Analista de la compañía, sostiene que “las predicciones apuntan a que los consumidores encontrarán ese aspecto vital más importante debido a que realizar la compra se ha convertido en un proceso complicado y estresante a raíz del COVID-19”.

Dejar a un lado la competencia

Para facilitar la elección de los consumidores, los distintos gobiernos están comenzando a introducir políticas para que los supermercados funcionen como colectivos durante la cuarentena. Así, el Reino Unido ha pedido a las cadenas de supermercados que intercambien información sobre los precios y suspendan temporalmente su competencia para mantenerse al tanto de la disponibilidad de personal e inventario con el objetivo de ofrecer un mejor servicio al público.

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El compromiso social colectivo juega un papel determinante en una crisis como la actual. Anteponer el interés general en lugar de centrarse en la competición es necesario para alinearse con las necesidades de los consumidores y lograr un estilo de vida menos complicado.

Por su parte, las marcas que lleven esto a cabo se verán recompensadas en el largo plazo con una mayor fidelidad por parte de los consumidores, según este estudio.