El contenido de marca de los influencers satura al 42% de los consumidores

  • Pero un 24% prefieren el contenido de marca de los influencers a otros formatos publicitarios
  • Los usuarios comienzan a saturarse por la sobreexposición de branded content
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Los influencers todavía tienen trabajo. Aunque muchos apuntaban a que su cuota de mercado se acabaría algún día, a través de una legislación más endurecida o el propio aburrimiento/saturación de los consumidores, aún hay recorrido para el influencer marketing.

Según una encuesta de Kantar para conocer las actitudes de los consumidores durante 2019 y 2020, el público sigue abierto al contenido de marca que crean los influencers. El estudio de la consultora se ha realizado en Argentina, Brasil, China, Francia, Alemania, España, Reino Unido y Estados Unidos, entre usuarios que tienen al menos 2 dispositivos conectados a Internet.

La audiencia comienza a saturarse

La creación de contenido de marca por parte de los influencers ya se ha asentado en nuestro día a día, a veces tanto que no somos conscientes de que se trata de branded content en lugar de sugerencias “gratutitas”. Además, una cuarta parte (24%) de los consumidores dicen que prefieren este tipo de contenido a otras formas de publicidad en redes sociales.

Sin embargo,  el 42% de los consumidores aseguran que ven demasiado branded content de influencers, lo que sugiere que estos perfiles de difusión podrían comenzar a estar saturando a sus audiencias.

Las marcas deberían apostar por estrategias donde prime la calidad sobre la cantidad

Y, por parte de las marcas, la estrategia a veces falla. A menudo utilizan la fórmula de escoger a muchos influencers que replican el contenido de la marca sin originalidad, en vez de seleccionar a unos pocos que creen un contenido más veraz y genuino.

¿Cuántas veces habremos visto en una red social como Instagram el mismo producto utilizado por diferentes influencers y a todas les da mismo resultado? Ante este contexto de sobreexposición, las marcas deberían apostar por una estrategia en la que prevalezca la calidad sobre la cantidad antes de agotar al público y poner fin a este formato publicitario.