Carlos Murillo _ Strategy & Innovation en Soulsight
La cultura de una compañía es trabajo de todos. Es un mensaje que repetimos constantemente. Pero hoy en día, aún no existe en las organizaciones un “Departamento de Cultura” como tal. En muchos casos, desde Recursos Humanos se activan, gestionan y canalizan las iniciativas en torno a la cultura de las compañías, pero esto conlleva algunas limitaciones. Por mucho que este departamento siempre tenga una gran disposición, orientación a las personas y equilibre los intereses de la compañía y empleados, en términos de cultura necesitamos algo más. En la actualidad, la cultura en muchas compañías sigue siendo una gran desconocida que pocos empleados reconocen como algo vivo que les identifique.
El pasado 1 de marzo, se celebró en las oficinas de Soulsight el primer Curious 10 de 2019. Curious 10 es un espacio donde generar conversación y crear un ecosistema de conocimiento y pensamiento colectivo, que facilite una perspectiva radical y cuestionadora de la realidad. Para favorecer este tipo de reflexión, se utilizan durante la conversación escenarios como el de “La actitud del décimo hombre/mujer”, que plantea que en un grupo de 10 personas, si 9 de ellas piensan de una manera, el décimo tiene la obligación de pensar algo radicalmente diferente y disruptivo para extremar ese pensamiento y llevar más allá la curiosidad del resto del grupo.
En esta ocasión, el tema elegido para trabajar fue el marketing. Tuvimos la oportunidad de compartir con 10 líderes de departamentos de marketing de diferentes compañías algunas reflexiones sobre la situación actual del sector y pudimos definir algunos retos de cara al futuro de los departamentos de marketing en las compañías. Uno de los retos que se plantearon fue el de definir el rol del departamento de marketing y comunicación en la cultura de una compañía. En el encuentro se sacó la siguiente conclusión:
“El departamento debe ser inspiración para todos y sus miembros convertirse en embajadores proactivos dentro y fuera de la compañía de una cultura con visión global. Embajadores de una cultura donde los datos son enriquecidos por talento valiente y la relación con los consumidores se convierte en un objetivo principal”.
Ser algo más grande que uno mismo
La cultura, en mayor medida, es abstracta e intangible. La cultura de una compañía habla de conexiones humanas, relaciones, valores, comportamientos, formas de pensar, lenguaje que se utiliza... Una cultura fuerte en una compañía significa ser algo más grande que uno mismo, significa apreciar a los demás por lo que son y no solo por lo que hacen.
No es lo mismo un propósito común que un propósito compartido. La cultura ha de transmitir autenticidad, tiene que contar quiénes y cómo son las personas que están detrás de la marca haciendo que las cosas sucedan. La cultura debe ser amable, humilde y no arrogante, buscar nuevas oportunidades tanto de talento como de negocio y, sobre todo, ser fresca, atractiva y divertida.
Es algo difícil de registrar y aterrizar pero, sin embargo, es algo que todo el mundo vive y siente en su día a día y, sobre todo, es algo que se transmite y extiende tanto dentro de la compañía como al exterior.
La cultura necesita expertos
Una vez que una empresa consigue definir y establecer su cultura, el siguiente paso es contarlo y predicar con el ejemplo. Contarle al mundo cómo eres, tanto dentro como fuera de la organización. Una vez se construyen las bases, hay que ser constantes en transmitir el mensaje y “brandear” esa cultura. Para ello la clave es el marketing y la comunicación.
La presentación de la verdad es tan importante como la verdad misma.- Tony Hiseh
La cultura necesita su propio marketing y comunicación. Necesita su propio branding. La cultura necesita expertos en contenido, que sepan comunicar la esencia de esa cultura como si de un cuento se tratase. Crear el storytelling de lo que es la cultura, lo que significa para las personas que la viven y encontrar la mejor manera de hacerlo llegar. La cultura necesita expertos que se involucren con el objetivo de diseñar una experiencia y un viaje emocional a las personas que forman parte de la organización y a todas las personas que interactúan con la marca. Porque, ¿qué es la cultura, sino un viaje emocional constante? Por mucho que una cultura se viva en el día a día, si no se cuenta, se corrompe o se muere, pasa desapercibida.
Invertir en cultura
¿Qué pasa cuando el producto o el servicio falla y no es suficiente? ¿Qué pasa cuando no hay negocio? Todas las empresas pasan por momentos complicados, crisis de productos o crisis de mercado. Las ventas bajan, los proyectos no salen y, en ocasiones, las razones no están muy claras.
En estos momentos, invertir en la cultura de tu compañía es una gran elección. En los momentos más difíciles, trabajar e involucrar a todos, reforzar las conexiones entre las personas, puede ser el factor diferencial que te haga sobreponerte a estas dificultades. Sobre todo porque, cuando hay poco negocio, lo mejor que puedes hacer es invertir tu tiempo en contarle al mundo quién y cómo eres para volver a generar negocio. Compartir tu cultura siempre es una buena opción en este caso y muchas de las mejores start-ups de la actualidad invierten muchos recursos en ello. Contar tu cultura te permitirá construir un canal de comunicación permanente con proveedores y clientes que hará que te tengan siempre en mente. El valor añadido de hacerlo a través de la cultura es que conseguirás crear asociaciones emocionales sólidas con los clientes. Te ayuda a construir compromiso y confianza, relaciones fuertes, positivas, abiertas y honestas.
Al final del día, lo importante no es lo que dices que haces, sino, cómo haces que la gente se sienta importante. Es una gran oportunidad de negocio contarle al mundo como eres.
Tu cultura es tu marca
La cultura de la empresa y la marca de una empresa son dos caras de la misma moneda. La imagen de marca debe servir también como revestimiento de la cultura de una empresa y evolucionar desde el producto o el servicio. Por este motivo, tener a los departamentos de recursos humanos, marketing y comunicación involucrados en la cultura, es crucial, no solo para que la cultura sea una realidad, sino también para que la cultura sea un valor estratégico para las compañías.