Todos nos hemos encontrado alguna vez un formulario como este:
Es un captcha, mejor dicho, un re-captcha. Los captchas son imágenes en las que el ojo humano puede leer un texto, pero un ordenador no es capaz de reconocer. Se utilizan para evitar que programas informáticos hagan actividad online de forma masiva. Por ejemplo, sin el captcha un software podría comprar en un segundo todas las entradas de un concierto, podría crear millones de perfiles en redes sociales o llenar de comentarios maliciosos un blog.
Aprovechando la cantidad de captchas que rellenamos en Internet, se ha lanzado el proyecto re-captcha. En lugar de una sola palabra, se nos muestran dos. Una para comprobar que no somos robots y la otra para contribuir a digitalizar millones de libros antiguos.
Dos palabras totalmente aleatorias que de vez en cuando producen coincidencias absurdas, divertidas o insultantes.
Por ejemplo, este captcha que apareció en una web cristiana: “malos cristianos”.
O este: “sé anorexica”.
Las coincidencias en los captchas han despertado una nueva tendencia en Internet, el Captcha Art. Consiste en encontrar un captcha curioso y buscar una foto o dibujo para ilustrarlo. El Tumblr Captchart recoge algunos de los mejores ejemplos.
Una parodia de “Rehab”, de Amy Winehouse:
Café Hamster:
Un taco imitando la serie Death Note:
O la geometría extrema sobre el teorema de Pitágoras:
Está claro que un buen artista puede encontrar inspiración en cualquier lado.