La creación de contenidos es la piedra angular de los profesionales de la comunicación. Y en su mano reside el bienestar de muchos lectores.
Así lo ha concluido un estudio llevado a cabo por la Universidad de Florida, que evidencia que el 83% del contenido web no es apto para su consumo. Y es que Internet ha modificado radicalmente el consumo de contenidos y ha amplificado su alcance a niveles extraordinarios.
Sin embargo, que haya mucho contenido disponible para cualquier usuario tampoco es lo deseable, sino que es preferible hacer llegar el contenido óptimo a la audiencia adecuada. Esta fue sólo una de las conclusiones de las Content Conversations, organizadas por Outbrain, y uno de los ejes del estudio estadounidense.
La investigadora Jenny Pridham afirma que “gran parte del contenido de estos medios es tóxico”. Y prueba de ello es que tras la exposición a estas páginas “el bienestar de los usuarios se vio comprometido”.
En sus mediciones, Pridham recoge que “los encuestados mostraron irritación, malestar intenso e incluso náuseas ante la exposición a ciertos contenidos online”. Y estos efectos se agravan en el caso de los niños.
Según se desprende de su investigación, “ningún contenido de Internet es adecuado para los menores, ya que podría acarrear defectos cognitivos a largo plazo”.
