Las pinturas rupestres fueron las primeras infografías de la humanidad. Desde aquellas infografías primitivas a las actuales hay toda una historia de transformación y evolución de los procesos comunicativos. Hoy, el auge de las redes sociales augura un futuro revolucionario, en el que las infografías inmersivas ofrecerán una experiencia diferente a los usuarios.

En este sentido, Kantar Media ha creado un vídeo donde muestra, de forma amena, un recorrido desde la primera infografía hasta las nuevas que están por llegar, resaltando la revolución que podrían suponer las infografías inmersivas.

Y es que en una investigación tradicional puedes obtener y procesar cerca de 1.000 encuestas, o el feedback de un grupo de doce personas. Mientras que en Big Data existe una visión global y detallada del mercado en que te mueves, basada en incontables informaciones. Los profesionales del sector necesitan nuevas metodologías para resaltar en el mundo Big Data. 

Para ello, es necesario hacer visualizar las historias. Una historia es llamativa cuando contiene información visual y está elaborada estratégicamente para conseguir unos resultados. Una dosis perfecta de “story-telling” y “story-selling” es la mejor técnica para sobresalir. 

Por otra parte, la comunicación tradicional se basa en palabras. Sin embargo, el auge de las redes sociales ha impulsado la tendencia visual. Los usuarios comparten diariamente miles de imágenes y las infografías han demostrado ser más atractivas para compartir y ser visualizadas que los contenidos únicamente textuales. 

El futuro de las infografías: la inmersión 

Las infografías se desarrollarán hasta equipararse con la tecnología de los smartphones o las apps, llegando incluso a poder usarse en el cuerpo, como los relojes y las gafas inteligentes. Probablemente se desglosen para ser modulares, lo que le daría a la audiencia un mejor entendimiento de la información gracias a que podrían consultar los datos por partes, para después entender el conjunto. 

Las “cinegrafías”, fotos estáticas con un movimiento repetitivo, y los avances de visualización a tiempo real permiten enriquecer el “story-telling” y observar infografías en 3D y con “realidad aumentada”.

Además, cuando se elaboran con un plan estratégico y unos objetivos, las infografías pueden sacar el máximo partido a los hábitos y tendencias del target. La comunicación entre la empresa y el cliente se vería reforzada, de forma que la compañía puede saber sus necesidades, anticipar necesidades futuras e incluso conectar con nuevos consumidores.