Dove, la marca de productos de belleza y cosmética de Unilever, ha creado una silla de playa que resulta más cómoda y práctica que las habituales para las personas con obesidad o algún tipo de discapacidad.
Dove ha desarrollado el proyecto en Brasil junto a la agencia Soko, de São Paulo.
La idea de crear este asiento playero surge tras la realización de una encuesta por parte de la marca con la que quiso conocer qué problemas e inconvenientes se encuentran las personas discapacitadas y obesas para ir a la playa y disfrutar de ella.
Más del 50% de las personas con discapacidad habían dejado de ir a la playa por falta de una infraestructura adecuada
De acuerdo con los resultados de la investigación, más del 50% de las personas con discapacidad y el 42% de las personas gordas habían dejado de ir a la playa por falta de una infraestructura que les permitiera hacerlo con cierta comodidad. El 20% de las personas obesas apuntaron el problema de que no caben en las sillas habitualmente disponibles y el 50% de los discapacitados, que la inadecuada accesibilidad es para ellos un obstáculo.
La falta de rampas de acceso a la arena y al agua fue señalada como un problema por el 50% de las personas con problemas de movilidad y el 18% de las obesas. En otro orden de cosas, un 69% de los discapacitados y el 45% de los obesos dijeron haber vivido en la playa algún episodio discriminatorio.
Código abierto
La silla con la que Dove tratará de ayudar a estas personas y de subrayar la existencia de esos problemas, es más ancha y segura que las que habitualmente se ponen a disposición de la gente en las playas y se ha presentado con formato de código abierto, de modo que los fabricantes de mobiliario playero pueden reproducirla libremente.
La silla está disponible para su alquiler gratuito en un espacio que Dove ha habilitado en la playa de Leme, en Río de Janeiro, y también se puede encontrar en otras playas de la ciudad como Ipanema, Copacabana y Leblon.
A partir del 7 de marzo, las sillas podrán disfrutarse gratuitamente a lo largo de toda la línea de playa de la capital carioca a través de los vendedores ambulantes.