Gowex quiere dejar de ser Gowex. Parece ser que esta es la razón por la que la compañía tecnológica, en un intento por transformarse, ha cambiado su nombre por WifiActiva. Una estrategia con la que intentan alejarse de la mala imagen que acuñó la firma tras revelarse el pasado verano que su creador y por aquel entonces presidente, Jenaro García, llevaba años falseando las cuentas de la empresa.
Un escándalo que le costó a la compañía el Premio Nacional de Marketing que le había entregado la Asociación de Marketing de España unos meses antes.
La nueva identidad del grupo, WifiActiva, se integró en Gowex en 2010 con el objetivo de desarrollar la plataforma de publicidad y de contenidos de la empresa. Aunque todo hace indicar que la sociedad especializada en la promoción, creación, desarrollo y explotación de plataformas en Internet tendrá ahora una posición más privilegiada dentro del Grupo. De hecho, WifiActiva ya da la bienvenida cuando se llama al teléfono de la compañía.
Carlos Lluna, el nuevo consejero delegado de la empresa, y Javier Solsona, el administrador judicial, son los responsables de este lavado de imagen. Aunque fuentes internas de Gowex han señalado que Lluna es el elegido para llevar las riendas del cambio, según recoge El Confidencial.
Además, Carlos Lluna figura como apoderado en Inter Go Technologies 21h SL, una empresa de promoción inmobiliaria que comparte el mismo domicilio social que Gowex y de la que Solsona también es administrador judicial.
Nuevos despidos en Gowex
La transformación de la imagen trae consigo un cambio de empleados en la compañía. Y es que según han afirmado esas mismas fuentes, “de lo que era Gowex quedan aproximadamente diez personas”. Una idea que se deriva de las nuevas contrataciones y despidos que están teniendo lugar en la empresa.
De vuelta a las cotizaciones
El objetivo de la compañía, según han afirmado las fuentes internas, es mantener la actividad. Para ello, la compañía pretende enfrentarse a nuevos cambios. Entre ellos, se encuentra el intento de encontrar nuevos inversores y la intención de volver a cotizar. Pero, de momento, desde la compañía intentan tranquilizar a sus trabajadores “nos aseguran que la empresa no se encuentra en concurso de acreedores ni en preconcurso”.
Gowex está a la espera de saber si la compañía es viable desde el 3 de julio, momento en el que su cotización fue congelada por el Mercado Alternativo Bursátil en 7,92€. Si le dan el visto bueno, podrá volver a cotizar. Si la respuesta es negativa tendrá que prepararse para la liquidación.
Sin embargo, en EEUU, con las posiciones bajistas existentes, la situación es diferente. Allí dichas posiciones, que entre mediados de mayo y finales de junio se dispararon de 45.248 a 273.769 acciones, se han reducido hasta los 110.769 títulos a mediados de abril. Todo ello según los datos recogidos por el OTC Bulletin Board, que recopila los datos de las compañías que cotizan fuera de los mercados oficiales, tal y como ocurría con Gowex en el país americano.
A la espera de novedades judiciales
Este incremento, que se produjo antes de que estallara el escándalo de Gowex el 1 de julio, no resultó casual. En ese momento, Gotham City Research había difundido un informe en el que denunciaba a la compañía por falsificar sus cuentas y alertaba de que no valía nada.
Tras negarlo en varias ocasiones, Jenaro García confesó que las cuentas “no reflejan su imagen fiel” y anunció que el Consejo había aceptado su dimisión. Más tarde, Solsona era designado como administrador judicial, una polémica decisión que volvió a teñir la reputaciónn de la entidad puestoque Solsona formaba parte del Consejo de la compañía desde 2006.
Desde su designación, él es el encargado de descubrir la red de sociedades creada por el antiguo consejero delegado y de determinar la viabilidad de la empresa.
Por ahora, sólo José Antonio Díaz Villanueva ha ingresado en prisión mientras que el caso cuenta con once imputados: Jenaro García, su mujer Florencia Maté; el director financiero, Francisco Martínez Marugán; la directora de marketing, Tania Roel; el auditor Díaz Villanueva; el inversor Michel Yvon René Ramioul; y los testaferros Antonia Antúnez, Javier Martín, Guadalupe Esmeralda Almeida, Juan Cañamero y Antonio Salmerón.