Hace unas semanas la revista Time nombraba persona del año 2017 a "The Silence Breakers", todas esas mujeres que en el último año han salido a la luz y denunciado públicamente el acoso y abuso sexual sufrido en el entorno laboral. El escándalo explotó en octubre con el productor cinematográfico Harvey Weinstein. Desde ese momento se ha producido un efecto dominó que ha terminado destapando a multitud de nombres en todo tipo de sectores, desde Hollywood hasta el mundo de la política, pasando por la cultura o el deporte.
El movimiento de #metoo crecía precisamente el mismo año que Donald Trump se convertía en Presidente de Estados Unidos (quien, por cierto, también fue persona del año según Time en 2016). Y Trump también ha estado inmerso en la polémica tras ser acusado de abusos sexuales por varias mujeres en las últimas semanas. Acusaciones que han ganado peso con la famosa grabación que salió la luz durante su campaña electoral. En la cinta, el que es ahora Presidente de Estados Unidos decía que “cuando eres famoso, te dejan hacerles de todo” (refiriéndose a las mujeres), entre otras lindezas.
Por eso no es casualidad que en el último año haya aumentado el número de negocios dirigidos única y exclusivamente a mujeres. Reductos en los que los hombres no tienen permitido el paso. Espacios sólo para ellas.
Espacios de coworking sólo para mujeres
Los espacios de coworking han crecido exponencialmente en los últimos años impulsados por la movilidad y la flexibilidad laboral. La posibilidad de trabajar fuera de la oficina y en cualquier parte es una opción cada vez más extendida. Y dentro de este mercado hay un nicho que en el último año ha demostrado ser especialmente rentable: los espacios de coworking sólo para mujeres.
Uno de los más conocidos es The Wing, que cuenta con dos localizaciones en Nueva York (aunque ya tiene planes para abrir una tercera en la misma ciudad y una cuarta en Washington). El éxito de la iniciativa es evidente si miramos los números: la lista de espera para nuevos miembros se situaba alrededor de 8.000 peticiones a finales del pasado noviembre según Business Insider. Además sus fundadoras han conseguido recientemente 32 millones de dólares de financiación. Buena parte de este dinero (20 millones) proviene precisamente de uno de sus principales competidores, el gigante del coworking WeWork.
Uno de los secretos del éxito, según su cofundadora Audrey Gelman, es que “los miembros dicen que son mucho más productivos, y sienten menos presión en un ambiente sin hombres”.
The Wing ha conseguido acaparar muchos titulares recientemente, pero no es el único espacio de coworking para ellas que existe en el mercado. También está Shecosystem en Toronto, Paper Dolls en Los Ángeles, Rise Collaborative Workspace en St. Louis o Hera Hub en San Diego, Washington e incluso Suecia. Y es que los espacios de coworking para mujeres no son una tendencia americana, sino que ya han cruzado el Atlántico y han llegado hasta Londres con The Allbright, que se define como un club para mujeres trabajadoras.
¿En qué se diferencian estos espacios de los negocios tradicionales de coworking? No sólo recurren a una decoración más femenina, sino que se han convertido en algo más. Son asociaciones que, además del coworking, ofrecen diversas actividades y programas que los convierten en clubes más exclusivos. Sus miembros tienen además acceso a charlas, seminarios, programas de financiación para emprendedores, programas de mentoring o incluso de voluntariado.
Soluciones de transporte sólo para mujeres
Los negocios para mujeres también han encontrado un nicho dentro del sector transporte. En estos casos la seguridad es el principal motivo por el que comenzaron a crearse este tipo de empresas, así como su principal reclamo a la hora de atraer clientes.
SheTaxis, conocido como SheRhides en Nueva York, fue fundado en 2014 por Stella Mateo como una solución distinta en la industria del taxi, tradicionalmente dominada por hombres. Y hay sevicios similares en numerosos países: Pink Ladies en En Reino Unido, Shebah en Australia, o Laudrive en México. Son servicios de taxis para mujeres y conducidos por mujeres. También en España existe un servicio de este tipo con la plataforma DonaTaxi en Valencia.
El transporte público también se ha adaptado ofreciendo espacios sólo para mujeres. Muchas grandes ciudades cuentan con vagones de metro que sólo pueden ser usados por ellas, especialmente a ciertas horas del día (normalmente, hora punta). Tokio fue una de las primeras en habilitarlo, pero también hay vagones para mujeres en Río de Janeiro o México.
El último país en introducir una medida similar ha sido Alemania. En 2016 MRB, una compañía alemana de trenes, anunció que habilitaría vagones sólo para mujeres en el estado de Sajonia. La medida se introdujo tras las agresiones sexuales que sucedieron durante la Nochevieja de 2015 en Colonia, aunque la compañía aclaró que no tenían nada que ver con agresiones sexuales.
Gimnasios
Y si hay un sector que lleva años dirigiéndose única y exclusivamente a mujeres, ese es el de los gimnasios. Uno de los más famosos a nivel internacional es Curves, una multinacional dirigida sólo a mujeres que cuenta con más de 4.000 establecimientos abiertos en todo el mundo (70 de ellos en España). Pero no es el único en nuestro país, donde encontramos otros establecimientos exclusivamente para el público femenino como Estilizate en Madrid o Be You Woman en Barcelona.
Una de las principales razones que han propiciado la creación de estos establecimientos es, una vez más, crear un entorno amable y libre de prejuicios en el que las mujeres puedan sentirse libres para entrenar. Y es que pasar vergüenza en el gimnasio (por un motivo u otro) ha llegado a convertirse en un fenómeno real conocido en inglés como Gymtimidation.
Redes sociales
Y si hablamos de redes sociales para mujeres, hay que empezar con Bumble. Aunque no es totalmente exclusiva para ellas, si es la única en la que la mujer debe dar el primer paso para establecer una conversación con otro usuario. Tal ha sido el éxito de la plataforma, que ha expandido su alcance con Bumble Bizz (red de contactos profesionales tipo LinkedIn) y Bumble BFF (red social dirigida a crear y mantener relaciones de amistad).
Bumble se ha llevado buena parte del reconocimiento, pero hay otras redes sociales exclusivas para mujeres como Marilyn’s Secret o Women.com (aunque la página es accesible para todo el mundo, su comunidad es exclusiva para mujeres y sólo puede accederse a través de invitación).
¿Qué podría ir mal?
Cada vez son más los negocios que se dirigen única y exclusivamente a mujeres. Ya sea por razones de seguridad, exclusividad o #WomenPower, cada vez hay más establecimientos y servicios sólo para ellas.
Esto me ha llevado adoptar la posición de abogado del diablo y preguntarme, ¿estaremos haciendo lo correcto? No existe ninguna duda de que la motivación detrás de la creación de este tipo de establecimientos y servicios es admirable. Y soy la primera persona que quiere que toda mujer, en cualquier parte del mundo, pueda sentirse segura subiéndose a un taxi o entrando en una oficina.
Pero, ¿es la creación de espacios sólo para mujeres la respuesta a esta situación? Si lo que queremos alcanzar es una igualdad de género entre hombres y mujeres, ¿no promueven estas iniciativas justo lo contrario?