El Tribunal General de Justicia de la Unión Europea toma medidas sobre branding. Ha decidido anular la marca “La Mafia se sienta a la mesa” usada por más de 40 restaurantes en toda España.
La suspensión de la marca
El tribunal argumenta que la marca "remite a una organización criminal que recurre, entre otras cosas, a la intimidación, la violencia física y al asesinato a fin de ejercer sus actividades, que incluyen el tráfico ilegal de drogas y de armas, el blanqueo de dinero y la corrupción".
Y dado que el "elemento denominativo 'la mafia' evoca manifiestamente en el público el nombre de una organización criminal responsable de atentados particularmente graves contra el orden público”, ha tomado la decisión de suspenderla y desestimar el recurso interpuesto por la sociedad La Mafia Franchises. La medida hace referencia únicamente al registro como marca de la Unión Europea. Sin embargo, no tiene efectos para los restaurantes en España que no estarán obligados a cambiar de nombre. Es decir, la sentencia no prohíbe a los locales usar el nombre, sino que simplemente constata que no se puede registrar a nivel europeo. Determinar si es lícito o no usarlo en los restaurantes de España le corresponde a una autoridad nacional.
Una historia cargada de polémica
La sentencia del Tribunal General de Justicia de la Unión Europea se remonta a una polémica que surgió en 2006 cuando La Honorable Hermandad (empresa a la que sucedió la actual La Mafia Franchises) pidió a la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) el registro de la marca en la Unión Europea para usarla en servicios de restauración.
Sin embargo, en 2015 Italia exigió la nulidad "por ser contraria al orden público y a las buenas costumbres". La EUIPO admitió por una parte que la marca La Mafia se sienta a la mesa "promovía manifiestamente la organización criminal conocida con el nombre de Mafia y, por otra, que el conjunto de los elementos denominativos de dicha marca transmitía un mensaje de banalización de 'la mafia', deformando de este modo la gravedad que implica el término. La empresa recurrió esta decisión argumentando que el nombre y la estética de la marca pretende "evocar la saga cinematográfica El Padrino, y no tiene intención de provocar u ofender”. Sin embargo, la Justicia Europa lo desestima y ahora le da la razón a la EUIPO.
