Chanquete, Piraña, Tito... Hay nombres y series que trascienden la ficción, su generación y hasta su época para convertirse en iconos culturales de un país. Eso ha conseguido "Verano Azul", la serie que animó las sobremesas veraniegas de los españoles a principios de los 80 y que plataformas como Netflix o Amazon Prime aún ofrecen a día de hoy. Por todo ello, Pescanova ha utilizado la serie para promocionar sus langostinos Rodolfos en este atípico verano 2020, en el que parece que ha vuelto ese turismo nacional tan propio de los años de "Verano Azul".

Miguel Joven es uno los embajadores turísticos de Nerja y quien dio vida a Tito, el benjamín de la pandilla de chicos que protagonizaban la serie.
Casi 40 años después, la campaña de Pescanova le ha hecho reencontrarse con su personaje.

RW. ¿Qué te parece que Pescanova se acuerde de "Verano Azul" para una campaña de publicidad?

M.J. Fenomenal. Pescanova es muy reconocida y Rodolfo Langostino, también. Es una marca tradicional, muy de nuestra época en los 80, y me parece acertado el hecho de ligar dos conceptos que tienen tanta similitud y tanto que ofrecer. Además, el público todavía tiene un recuerdo muy agradable de la serie y pasa lo mismo con los Rodolfos, que también nos llevan acompañando toda la vida.

RW. ¿Cómo valoras haber trabajado para la campaña?

M.J. Creo que aún tengo cintas en VHS en las que hay anuncios antiguos con los Rodolfos... Así que me pareció muy buena idea unir ambos conceptos en un anuncio fresco y con sentido del humor. Entre los fans de la serie ha gustado mucho, y es que han conseguido imitar muy bien las voces, por ejemplo.

RW. Esto escenifica que, 40 años después, "Verano Azul" sigue siendo un símbolo de cultura popular.

M.J. Sí, y es muy curioso porque pocas cosas duran 40 años en una vida. En el mundo de las producciones y las películas solo pasa con los clásicos. "Verano Azul" ha acompañado durante muchos veranos a la gente y eso ha hecho que cada uno tenga un recuerdo propio de la serie, vinculado a sus vacaciones y a su familia. Esto la ha convertido en algo entrañable que además ha pasado de generación en generación.

RW. ¿Ese es el secreto de la serie?

M.J. Verte reflejado, claro. Hay ciertos temas en la serie que son atemporales e, independientemente del paso de los años, siguen teniendo validez. Además, la originalidad de las historias y los personajes hacen que, incluso hoy en día, los más jóvenes se sigan enganchando. Por eso tiene longevidad y una capacidad de perdurar en el tiempo.

RW. Este año el coronavirus ha hecho que el turismo vuelva a ser nacional, lo que era tan habitual en los años 70 y 80. ¿Cómo recuerdas los veranos de tu infancia?

M.J. Los recuerdo en una Nerja con un porcentaje importante de turismo internacional y, de hecho, es una de las cosas que siempre me han gustado de esta localidad, la capacidad de ser multicultural y mezclar en una mesa a cinco o seis nacionalidades compartiendo una paella. Aunque también es verdad que me atrae el cliché del turista español, que es de llevarse todo a la playa para pasar el día. Este año se ven también muchas familias que vienen con carpas, la mesa, la sandía, la tortilla, la radio, la abuela, las cartas, la pala y el rastrillo para los niños... Pasan los años y seguimos teniendo esa forma de disfrutar de la playa.

RW. Tú que te dedicas al turismo en Nerja, ¿cuál crees que es la mejor forma de fomentar el turismo nacional?

M.J. Siendo conscientes de que nuestro destino es muy completo y que si gente de todo el mundo nos escoge, será por algo. Tenemos que darle una oportunidad a todos los rincones de este país, que es tremendamente interesante y variopinto. Ahora nos hemos visto obligados a redescubrir que España es realmente maravillosa, atractiva e interesante a nivel cultural.

RW. ¿Y cómo debería ser la comunicación de los ayuntamientos y gobiernos para atraer al público?

M.J. Debería centrarse en el círculo más cercano. Por desgracia, todo lo que nos está ocurriendo también limita el movimiento y el turismo internacional es un mercado muy grande que echamos en falta esta temporada, pero el nacional puede suplir en gran medida ese calor. Lo que tenemos que hacer ahora es distribuirnos bien y localizar al cliente potencial en mercados locales, provinciales, regionales y, en general, a nivel nacional.
Lo único es que, al haber focalizado todo el esfuerzo en el turismo internacional, nos hemos olvidado de promocionarlo entre nosotros mismos estos años. Así que pediría a aquellas personas que tienen la responsabilidad y la posibilidad de hacerlo, que realmente trabajen con esa mira sobre la posibilidad de atraer al público. Para ello el mensaje tiene que poder llegar fácilmente y dentro de las normas, que están cada vez más restringidas.

Para el turismo, ahora mismo el cliente más cercano es el mejor cliente.

Miguel Joven

RW. Ahora se está viendo una tendencia con influencers o los propios Reyes de España, que están visitando algunas zonas turísticas de España, para promocionar el turismo local. ¿Qué te parece esta estrategia?

M.J. Me parece correcta, y funciona, aunque depende de la figura que represente la promoción... Pero los personajes que tienen influencia, en general, son bastante válidos para estas estrategias. "Verano Azul", por ejemplo, es un reclamo enorme para Nerja. Siempre lo ha sido y, por ahora, lo sigue siendo porque la imagen que proyecta en los medios de comunicación -sobre todo en la televisión- y en las redes sociales, es seguida por mucha gente que termina anhelando aquello que ve.

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RW. ¿Fue "Verano Azul" un impulso para la localidad en aquellos años?

M.J. Dio a conocer un destino que no era muy conocido, sobre todo entre el turismo nacional. Las producciones cinematográficas de la década de los 60, con Fernando Fernán Gómez, Paco Martínez Soria y Alfredo Landa, ambientadas en Torremolinos con las suecas y las alemanas, focalizaron muchísimo que la Costa del Sol se centraba en Málaga, Marbella y Torremolinos. Entonces "Verano Azul" abrió los ojos al otro extremo de la Costa del Sol, mostrando paisajes, calas y un lugar totalmente distinto. La gente quiso venir a conocerlo tras haberlo disfrutado cada domingo en la televisión, así que tuvimos una afluencia muy grande en los dos años siguientes a la serie. "Verano Azul" hace venir a los turistas y Nerja les hace volver.

RW. ¿Crees que un remake o una continuación de la serie ayudaría a revitalizar el turismo en Nerja?

M.J. Evidentemente. Cualquier promoción puede tener la capacidad de impulsar el turismo en la localidad y un remake o continuación de la serie habría que valorarla, porque se trata de una obra muy original, un clásico. Eso sí, rehacer un clásico tendría que cogerse con una pinza muy suave en manos de personas que conocieran muy bien la serie y lo que los fans piensan de ella. Si se consiguiera eso, con la cantidad de plataformas digitales y medios que existen ahora, no lo vería descabellado. Pero es complicado porque hablamos de un clásico que la gente recuerda con mucho cariño y habría que tratarlo con esa misma originalidad. Aunque como promoción para Nerja sería impresionante.

RW. Hablando de plataformas digitales, la serie ha estado en Netflix y ahora ha pasado a Amazon Prime. ¿Tú la sigues viendo?

M.J. Me gusta verla cuando sé que la está viendo todo el mundo; cuando termina el capítulo y se generan mucha interacción en Twitter u otras redes sociales. Además la veo por el trasfondo, por tener 19 horas de metraje con una Nerja de la que ya han pasado 40 años pero puedo reconocer a todos los extras que aparecen.

RW. Pescanova es una empresa histórica en España y no es la primera que hace referencia a "Verano Azul". ¿Qué tiene la serie para atraer tanto a las marcas?

M.J. Es muy fácil ligar el concepto de "Verano Azul" a algo que nos acompaña y que siempre hemos recordado con cariño. Marcas como ColaCao, Pescanova o Danone, que reconocemos perfectamente, nos llevan acompañando toda la vida y eso es algo que el consumidor traduce en confianza.

RW. Ya que mencionas la confianza, tú te metiste en política y Piraña (Miguel Ángel Valero) ha entrado en el Ayuntamiento de Madrid. Sois símbolos de buenos tiempos, diversión, cariño y nostalgia. ¿Cómo crees que vuestra imagen puede ayudar a los políticos?

M.J. Hemos hecho muchas más cosas en nuestra vida que "Verano Azul". Tanto si Miguel Ángel como yo decidimos lanzarnos en algún momento al ruedo político, es porque creíamos que teníamos algo que aportar, no solamente imagen personal. En mi caso, me dedico desde hace muchísimo tiempo al turismo, que es de lo que vive Nerja. Conozco muy bien el mercado, he participado en multitud de ferias de turismo y trabajado directamente en el sector, por lo que tengo mucho que aportar.

Miguel Ángel Valero (Piraña) protagonizó un anuncio para Barceló Hoteles en 2010

RW. En la serie, Piraña tenía sobrepeso y declaraba su amor por la comida, vosotros no parecía que llevarais mucho maquillaje y, sin embargo, llegabais a la gente. ¿Necesita el mundo del espectáculo más autenticidad?

M.J. La magia que Antonio Mercero aportó a los personajes es muy de su marca, su sello. Fue un auténtico maestro a la hora de conseguir que un grupo de chavales se mostrara tan cercano y que se colara en el corazón de las familias a través del televisor. Ahora mismo lo que ofrecen muchas series se basa en unos estudios que siempre son los mismos y unos personajes que tienen unos roles muy parecidos. Hay bastante monotonía.
Por otro lado, "Verano Azul" era realmente impresionante a nivel paisajístico. No solamente te cautivaban las historias, sino dónde ocurrían. Por eso la gente sigue peregrinando hasta Nerja, buscando todos esos rincones. Era una serie muy completa, y a eso también hay que añadirle los guiones. La capacidad de hablar de temas que podían ser tabú en aquella época y que, sin embargo, desde el punto de vista de un grupo de chavales y mediante el humor era suficiente como para que pudieran tratarse en horario de máxima audiencia familiar. El divorcio, las madres solteras, la depresión o el alcoholismo eran temas que tratábamos y, de alguna manera, calaron dentro del seno de la familia y se generó un debate. Para aquella época, era difícil conseguir algo así.