“Las relaciones personales son la principal fuente de bienestar y felicidad para el ser humano”.
Con esta conclusión tan potente, Víctor Aguado Martín, Gerente de Investigación y Posicionamiento de Marca en Telefónica, iniciaba la presentación de los datos globales de “La importancia de las conexiones humanas”, un trabajo cualitativo y cuantitativo sobre el modo que tenemos de relacionarnos, desde la esfera más íntima hasta la global, desde los entornos de trabajo hasta los familiares.
“La importancia de las conexiones humanas” es un trabajo cualitativo y cuantitativo
Una completa indagación con un tamaño muestral de 1.500 entrevistas en España; 1.200 en Brasil, Reino Unido y Alemania; y 6.000 en el conjunto de Latinoamérica (1.200 en Argentina, Chile, México, Colombia y Perú). El trabajo de campo segmentado entre las diferentes generaciones permite, por tanto, trazar diferentes perfiles sociodemográficos.
Durante su exposición Aguado se apoyó en el libro “Una buena vida", de Robert Waldinger (Profesor en Harvard) que, a su vez, es el mayor estudio para responder a una de las preguntas más importantes de nuestra existencia: ¿qué nos hace felices? “En 2018 Telefónica reformó su propósito de compañía y llegamos a la conclusión de que el nuestro era buscar un mundo más humano, conectando la vida de las personas, con la variable fundamental que son las relaciones humanas”, aseguraba Aguado.
Las relaciones humanas son fundamentales
“Hay muchas personas que no necesitan estar tanto con los demás. Que incluso no se abren a su pareja e hijos. Pero resulta que no son tan felices. No llegan a tener una vida tan plena de salud como aquellos que sí se abren”, aseguraba el Gerente de Investigación y Posicionamiento de Marca en Telefónica, que en su estudio dibuja un mundo “enormemente complejo”, atravesado por tres graves fenómenos mundiales:
- La pandemia, cuyos efectos hemos vivido en nuestras carnes literal y metafóricamente, y que nos ha condicionado radicalmente la vida cotidiana
- La guerra de Rusia y Ucrania, una grave amenaza que nos lleva a temer por graves consecuencias tanto en nuestra vida, seguridad, economía como abastecimientos
- El cambio climático, que nos ha llevado a verle las orejas al lobo
En este contexto, las relaciones personales se han vuelto más importantes que nunca, porque son uno de los modos más potentes de combatir la incertidumbre. Así, en el estudio elaborado para Telefónica, hasta un 75% manifiestan que las relaciones son fundamentales en su vida. El porcentaje varía según los países, siendo Brasil, de entre todos los encuestados, donde el porcentaje es mayor (85%) frente al extremo contrario de Argentina (69%), mientras que España está por encima de la media con un 81%.
“Todos nos hablan de la pirámide de Maslow sin nombrarla. Nos hablan de necesidades que se cubren gracias a las relaciones personales, que van más allá de las necesidades básicas. Los consumidores nos decían que, cuando estás bien relacionado, tu cuerpo lo nota. En el libro de Waldinger se hace referencia a los procesos químicos que se producen cuando estás bien relacionado. Necesitamos a los demás para transitar en la vida, solo así es posible de salir de los tropiezos”, reflexionaba Aguado.
En la investigación realizada por Telefónica se clasifican las relaciones en base a dos criterios: el nivel de intimidad y tiempo de relación
En la investigación realizada por Telefónica se clasifican las relaciones en base a dos criterios: el nivel de intimidad y tiempo de relación, estando en el lugar más íntimo y permanente la familia de origen, seguida de la pareja e hijos, mientras que en el ámbito social y pasajero se sitúan los vecinos o los padres de colegio. Sin embargo, las relaciones son dinámicas y se transforman en el tiempo moviéndose de un cuadrante a otro.
De este modo, por ejemplo, los Baby Boomers (51-65) tienen lógicamente relaciones más estrechas con su pareja e hijos, mientras que para la Generación Z, el 52% de sus vínculos más importantes están en su familia de origen. Incidiendo todavía más en la estrechez de las relaciones, es una constante que a la hora de crear círculos, la humanidad es muy selectiva. Así lo reconocen un 83% de los participantes en el estudio de Telefónica, que comprueba cómo esta circunstancia se agudiza en Europa, donde el 88% se declaran bastante o muy selectivos, frente al 80% de Latinoamérica.
“Somos seres empáticos que necesitamos querer y que nos quieran. No somos robots. Gracias a las relaciones humanas tenemos cubiertas nuestras necesidades de comunicación y nos construimos. Necesitamos a los demás”, insistía Víctor Aguado, quien en su exposición desarrollaba varios ejemplos concretos de la investigación.
“Un ciudadano en Alemania nos dijo que se había constituido a través de las huellas que le habían dejado diferentes personas. Nos vamos moldeando con las relaciones sociales que forman parte de nuestra vida. Hay diferentes tipos de relaciones y todas suman. Por ejemplo, cuando un cartero te sonríe te proporciona una energía positiva. Todas las relaciones cuentan".
No obstante, “los amigos caben en los dedos de las manos”, de acuerdo al estudio, que en otra de las preguntas lanza una conclusión muy gráfica. A pesar de darle demasiada importancia a las relaciones, tan solo de 3 a 4 son de calidad, según el 38% de los encuestados, siendo “menos de 2” la segunda opción más contestada para una media de 4,09 relaciones de calidad.
Confianza y respeto, claves para relacionarnos
¿Cuáles son los factores que más pesan a la hora de construir una relación de calidad? Pues se trata de la confianza y el respeto, clave para un 67% de los encuestados, seguida de la honestidad, valorada por un 48%. En este sentido, la tecnología ha ayudado mucho a la hora de mantener las relaciones de calidad, según un 70% de los participantes en el estudio, mientras que para el 62% es muy importante el papel de las redes sociales.
Aunque como ocurre en todos los apartados del estudio, los porcentajes varían según el tramo de edad. Mientras que la tecnología es una ayuda importante para el 77% de los representantes de la Generación Z, solo supone un 57% en la escala de los Baby Boomers. Con todo, Aguado acompañaba su exposición de otro testimonio de la investigación que relativiza las diferencias. “Un participante argentino nos decía de un modo muy simple cómo han cambiado los tiempos: antes, había que esperar un mes para que llegara una carta, ahora el cara a cara es directo, lo que a él le resulta fantástico”.
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Esa doble lógica del individuo y el colectivo, donde se mantiene una tensión constante por saber de todo y a la vez tener una esfera de privacidad, es un tira y afloja constante en nuestra personalidad que acaba moldeándose siempre gracias al mayor argumento y core del estudio: la felicidad.
Más info.: La importancia de las conexiones humanas