El miedo a un futuro en el que las máquinas dominen a los humanos ya es mainstream. Por eso, desde Europa se están sentando las bases para que la Inteligencia Artificial sea de confianza en el mismo momento de su conceptualización.
En diciembre de 2018 se publicó un borrador con las directrices éticas para la Inteligencia Artificial en Europa. Ahora, el grupo de expertos independientes encargados de esta normativa ha dado a conocer algunos puntos más concretos que se deberán seguir y aplicar.
Y es que una Inteligencia Artificial de confianza deberá respetar todas las leyes y regulaciones que se le apliquen, así como una serie de requisitos entre los que se encuentran:
- Permitir sociedades equitativas en las que los derechos fundamentales de los humanos no se vean disminuidos o limitados; es decir, la Inteligencia Artificial no podrá desviar la autonomía humana
- Algoritmos lo suficientemente seguros y sólidos como para hacer frente a errores durante todas las fases del ciclo de vida de los sistemas de Inteligencia Artificial
- Privacidad y control de los datos: los ciudadanos deben tener control total sobre sus propios datos y estar seguros de que no se usarán en su perjuicio o discriminación
- Transparencia: se debe garantizar la trazabilidad de los sistemas de Inteligencia Artificial
- Diversidad y equidad: los sistemas de Inteligencia Artificial deben considerar toda la gama de habilidades y requisitos humanos así como garantizar la accesibilidad, sin discriminación
- Bienestar social y ambiental: la Inteligencia Artificial debe usarse para mejorar la responsabilidad ecológica y fomentar cambios sociales positivos
- Responsabilidad: tanto los sistemas de Inteligencia Artificial como sus resultados deben estar dotados de mecanismos para garantizar su responsabilidad
En el verano de este 2019, la Comisión Europea lanzará un piloto de su Alianza de Inteligencia Artificial, a la que las empresas y administraciones públicas ya pueden unirse para recibir una notificacióin cuando arranquen las pruebas.
En 2020 el grupo de expertos revisará los requisitos clave, basándose en los comentarios recibidos. Sobre esta revisión, la Comisión Europea evaluará el resultado y propondrá los próximos pasos a seguir en materia de ética aplicada a la Inteligencia Artificial.