Un ramo de boda hecho de talas: Greenpeace protesta contra la destrucción de arbolado urbano de Almeida en Madrid

  • Denuncian la “política arboricida” del alcalde con motivo de su boda, que tendrá lugar el 6 de abril
  • La acción ha estado impulsada por Greenpeace y el movimiento vecinal No a la Tala

Este sábado día 6 de abril el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, celebrará su boda con Teresa Urquijo, una ocasión que la organización activista Greenpeace y el movimiento vecinal No a la Tala no han querido desaprovechar para denunciar las podas y las talas de árboles que se han producido durante los últimos meses impulsadas por el Ayuntamiento de Madrid

Lo han hecho, aludiendo al compromiso, colocando un enorme ramo de boda en la céntrica Plaza de Cibeles, donde se encuentra la sede del consistorio. Con cuatro metros de largo y dos y medio de ancho, el ramo está formado, tal y como dicen, por fragmentos de árboles talados y desde las entidades consideran que supone “un regalo simbólico que refleja el compromiso que parece tener Almeida con la desaparición de la vegetación urbana”.

 

 

 

Según señalan desde Greenpeace aludiendo a datos del propio Ayuntamiento, desde que diera comienzo el mandato de Almeida en 2019, hasta ahora, se han perdido cerca de 55.000 árboles adultos de las calles de Madrid. Esto supone el 15 % de su arbolado adulto. A esas cifras, además, habria que añadir 500 ejemplares talados por las obras de ampliación de la línea 11 de metro desde diciembre de 2023. 

Las organizaciones apuntan que la tala de estos árboles tiene una consecuencia directa en la vulnerabilidad de la ciudadanía ante inclemencias climáticas, y que proteger el arbolado y el patrimonio natural de la ciudad es clave para combatir la emergencia medioambiental. “Queremos ciudades habitables y resilientes para toda la población, y para eso es fundamental la cobertura verde y los espacios verdes urbanos”; explican lo activistas en un comunicado. "Pero el Ayuntamiento va en la dirección contraria, eliminando el patrimonio natural de la ciudad, que es un elemento esencial para la adaptación al cambio climático y la salud de la población”.

Además de la acción de street marketing llevada a cabo, Greenpeace ha creado una pieza que está difundiendo en sus canales sociales. En ella, en tono desenfadado, explica la iniciativa y denuncia la “política arboricida” del Ayuntamiento, instando a Almeida a cesar la poda y tala de árboles. 

Desde las organizaciones activistas advierten también de que Madrid es una ciudad sometida a intensos periodos de estrés térmicos, llegando a percibirse una diferencia de 8 ºC entre el centro y las zonas menos urbanizadas de la periferia. También apuntan que se alcanzan los 40 ºC durante las olas de calor del verano, lo que supone graves riesgos para la salud de la población. 

En este sentido, recuerdan que, según los estudios, aumentar un 30% la cobertura arbórea en las ciudades puede reducir la temperatura en 1,3 ºC; y que la presencia de vegetación contribuye a mejorar la calidad del aire y eliminar la contaminación. Proponen, también, adecuarse a la regla 3-30-300, recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta establece que toda persona debería ver tres árboles desde su domicilio, tener un 30% de cobertura vegetal en su barrio y vivir a 300 metros en línea recta de un espacio verde de al menos 1 hectárea. 

Ante el calor extremo en Madrid, la solución no es pedirle a la ciudadanía que se quede en casa con el aire acondicionado y beba agua", explican desde las organizaciones. “Las soluciones pasan por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el cambio climático y también por adaptarnos a los cambios que ya son irreversibles”.