La digitalización de la economía española alcanzó el 22% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2020, lo que supone tres puntos porcentuales más que en 2019. La adopción del teletrabajo en numerosos sectores, el uso de canales digitales para establecer relaciones con clientes y el incremento de la adopción digital por parte de los usuarios son los tres vectores que han impulsado esta aceleración.
Así se desprende de la segunda edición del informe “Economía Digital en España”, elaborado por la Asociación Española de Economía Digital (Adigital) y Boston Consulting Group (BCG). El documento analiza el impacto del coronavirus en el nivel de digitalización de la economía española y estudia la evolución de la digitalización en pequeñas y medianas empresas, así como la del talento digital.
El informe apunta a una reducción de las inversiones estructurales en digitalización
Evaluación del impacto de la economía digital
A pesar de que la aportación de la digitalización en la economía representara el 22% del PIB en 2020, el efecto positivo se ha visto parcialmente contrarrestado por una reducción de las inversiones estructurales en digitalización, especialmente en las pequeñas empresas. Estas se han visto obligadas a limitar su gasto para proteger la liquidez y garantizar la supervivencia del negocio.
Con todo, el impacto directo -el valor generado en el PIB por las empresas y administraciones en las actividades económicas- de la economía digital en el PIB fue del 10,9%, casi dos puntos por encima del previo a la pandemia. La cifra supone una nueva aceleración de la digitalización, ya que entre 2013 y 2019 el crecimiento medio del impacto directo fue de 0,8% al año, en 2019 se duplicó, alcanzando 1,6%, y en
2020 fue de 1,9%.
Por otro lado, el impacto indirecto -la creación de valor aportada por los sectores productores de consumos intermedios- de la economía digital en 202 se sitúo en el 10,5% del PIB, lo que significa 1,4 puntos más que en 2019. Asimismo, el valor del impacto inducido se ha mantenido constante respecto al del año 2019, con un valor del 0,6% del Producto Interior Bruto.
La digitalización de las pymes
Teniendo en cuenta que una de las principales características de la economía española es el peso de las pequeñas y medianas empresas, el informe apunta que la digitalización de estas es un factor clave para aumentar la contribución digital en la economía española. Sin embargo, el documento elaborado por Adigital y BCG apunta a diferentes grados de madurez en las cuatro etapas de la digitalización que ha analizado en este tipo de compañías:
- Acceso al canal digital: el 73% tiene página web, el 50% cuenta con presencia en redes sociales y el 15% vende online, unos resultados que apuntan a que las pymes empiezan su proceso de transformación digital ampliando los canales de interacción con los clientes.
- Transformación digital de los procesos internos: un 38% de pequeñas empresas utiliza ERP, frente al 82% de las grandes; un 30% utiliza CRM, frente a un 60% de las grandes; y solamente el 22% utiliza servicios en la nube, frente al 64% de las grandes. Este retraso resulta preocupante, ya que es clave para mejorar la productividad y los márgenes, así como impulsar la escalabilidad.
- Análisis de datos: solamente el 8% de las pequeñas empresas realiza análisis con big data, y tan solo el 5% los ha llevado a cabo con especialistas digitales internos, frente a casi un tercio de las grandes empresas que sí hace análisis con big data. Este área es clave para la ventaja competitiva y la capacidad de hacer frente a una demanda hiperpersonalizada.
- Capacidades digitales: apenas el 12% de las pequeñas empresas tiene especialistas TIC en plantilla, y tan solo el 16% ha invertido en formación digital para la plantilla actual, unos datos que se cuadruplican entre las grandes empresas.
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Tal y como indica el estudio, los dos obstáculos principales que encuentran las pymes a la hora de emprender su digitalización son la infradotación de recursos para la transformación digital y la falta de capacidades digitales. “Resulta imprescindible que los pequeños y medianos empresarios tengan un mejor entendimiento del retorno de la inversión en digitalización, tanto en el aumento de las ventas como en la mejora de los márgenes”, explica. Y añade: “la falta de perfiles especializados en TIC también contribuye a ralentizar la inversión digital. Sin estos perfiles, no es posible implantar la digitalización de las operaciones internas o el análisis de datos ni, en general, cambiar la cultura corporativa hacia una basada en los datos”.
El talento digital en España
Los avances tecnológicos y la progresiva digitalización han generado cambios en el mercado laboral que han generado nuevas demandas en materia de habilidades y perfiles profesionales. No obstante, también han introducido nuevas modalidades de trabajo, lo que ha dado lugar a un desajuste entre las capacidades de los trabajadores y las necesidades del mercado.
Según el informe, esto afecta a 1.300 millones de personas en todo el mundo y al 43% de la población activa española. Es decir, casi una de cada dos personas está infra o sobrecualificada para el trabajo que desempeña. Además, dicho desajuste tiene un impacto significativo sobre la productividad laboral, que se estima se ha reducido un 6% a nivel global.
En 2035 el 12% de los empleos actuales estarán automatizados
Con todo, apoyándose en distintos estudios globales, el informe indica que se espera que en 2035 el 30% de los empleos sean de nueva creación. Dichos nuevos trabajos estarán ligados a las nuevas tecnologías, incluyendo puestos como operadores de robots médicos o controladores de drones, e-recruitment managers y growth hacking managers, entre otros. También crecerá la necesidad de perfiles humanistas y de ciencias sociales que reflexionen y regulen la nueva realidad, como expertos en robótica empática o especialistas en ética para resolver las interacciones hombre-tecnología.
En esta línea, se estima que en 2035 el 12% de los empleos actuales estarán automatizados. Este proceso afectará especialmente a empleos rutinarios y repetitivos, independientemente de su cualificación. Por industrias, el transporte y la logística son los que mayor riesgos de automatización corren, seguido por la manufacturación y el comercio minorista.
Sin embargo, el mayor impacto de la tecnología será la transformación de los trabajos actuales. En 2035, el 58% de los empleos seguirá existiendo, pero requerirán capacidades distintas a las actuales. En este sentido, el documento apunta que la aceleración tecnológica no solamente redefine las habilidades requeridas por el mercado laboral, sino que también reduce su vida útil.
El análisis de Adigital y BCG señala que a día de hoy, España cuenta con 727.000 especialistas TIC, esto es, un 3,8% del total del empleo. Se trata de una cifra superior a la de 2019, pero inferior a la de la media de la Unión Europea (4,8%). “No hay suficientes profesionales formados para atender las demandas del mercado laboral, lo que refleja la necesidad de adaptar los currículos académicos”, explica el informe. “Al igual que en la educación primaria y secundaria, la formación digital no puede ser un compartimento estanco o reservado a determinadas titulaciones, sino una competencia transversal a todas las ramas del conocimiento”.
Hacia un PIB más digitalizado
El informe señala una tendencia continuista del crecimiento de la economía digital que debería alcanzar el 40% del PIB en los próximos años. De esta forma, apunta el texto, se podrá construir una sociedad más próspera y con mayores oportunidades y garantizar, al mismo tiempo, un modelo productivo competitivo y resiliente capaz de adaptarse al ritmo constante de la innovación.
Para ello, desde Adigital apuntan a la necesidad de acciones de impacto a corto plazo en los dos grandes ejes analizados. Por un lado, el asentamiento de la digitalización de las pymes sobre un cambio cultural definitivo e inspirado en la capacidad de innovar y escalar de las start-ups; y por otro, el impulso del talento digital, tanto mediante nuevos modelos educativos como a través del desarrollo de programas de upskilling y reskilling en las empresas.
“Tenemos la gran oportunidad, como país, de iniciar un cambio cultural, asimilando la digitalización como una herramienta para el empoderamiento social y empresarial y no como una imposición”, concluye la asociación al término del informe. “Es necesario recordar la importancia de no dejar a nadie atrás en el proceso, la digitalización debe adecuarse al ritmo de las empresas más pequeñas y acompañarlas con la formación necesaria para generar una nueva cultura empresarial. La digitalización debe generar una mayor igualdad, y debe ser humana y sostenible”.
Más info.: Informe Economía Digital en España