El sector de la automoción está viviendo una disrupción, marcada por factores como la electrificación y la digitalización, que han cambiado por completo la visión de los fabricantes, que en muchas ocasiones se refieren a sí mismos como proveedores de movilidad. Esto ha transformado la relación con el consumidor, pero la pandemia ha recuperado ciertos hábitos que parecían en declive. Es el caso de la propiedad de un vehículo, que vuelve a ser una prioridad para muchos conductores que han encontrado en sus coches un refugio frente a la situación sanitaria en detrimento de las nuevas formas de movilidad o del transporte público.
Esta es una de las principales conclusiones del European Automotive Consumer Research 2021, un informe elaborado por el Automotive Innovation Lab, consorcio de reciente creación que reúne a Accenture Interactive, Atresmedia, Automobile Barcelona, Droga5, Google, Grupo Antolin, IESE, RACC, Seat y Shackleton, entidades de sectores diversos que evidencian la pluralidad de actores que convergen en el negocio de la automoción. Esta entidad trabajará en cuatro áreas:
- Research: para profundizar en la realidad social, perceptiva, declarativa, digital y de mercado, buscando una visión del consumidor y su contexto
- Data: para identificar cuáles son los datos que predicen, cuáles son los que confirman y cuáles los que segmentan en un nuevo contexto cokieless
- Insights: para buscar nuevos caminos, puntos de conexión y necesidades a las que dar respuesta
- Inspiration: para escuchar y seguir los nuevos comportamientos y tendencias de consumo y las nuevas iniciativas puestas en marcha en otras industrias
La primera acción del Automotive Innovation Lab ha sido la realización del citado estudio European Automotive Consumer Research 2021 donde se analizan los hábitos de consumo de los conductores antes y después de la pandemia, el papel de la electrificación o cómo ha cambiado el modo de desplazarse en las ciudades y en otros entornos. Para esta investigación, la organización, que ha contado con la colaboración de la consultora Fjord, ha realizado 2.000 entrevistas en Alemania, España, Francia y Reino Unido, a las que han precedido otras 25 cualitativas con las que se ha establecido el foco de un trabajo que Automotive Innovation Lab espera desarrollar cada dos años para comparar los cambios y la evolución de los comportamientos.
"La sensación de fragilidad ha cambiado los hábitos de movilidad de los europeos"
Así, la principal conclusión que se extrae del European Automotive Consumer Research 2021 es el aumento del uso y la dependencia del coche privado durante la pandemia e incluso después de la misma, donde los conductores han encontrado en su vehículo un refugio. “La sensación de fragilidad ha cambiado los hábitos de movilidad de los europeos. El coche se ha convertido en una especie de nido donde la gente se resguarda de las restricciones y problemas de la pandemia. Esta necesidad de autocuidado ha reforzado la relación de la sociedad con sus vehículos”, declaran los autores del informe.
Paralelamente, la pandemia ha hecho aparecer contradicciones ambientales generadas por el aumento del uso del vehículo privado, que su vez ha frenado la reducción de las emisiones contaminantes, aunque esta curva sería fácil de revertir con el incremento del coche eléctrico, que aparece ya en la agenda de compra de los consumidores de los principales mercados europeos.
El coche, un refugio y un elemento liberador
La pandemia ha generado una revolución en los hábitos de movilidad de los ciudadanos europeos hasta el punto de que el 46% reconocen haber cambiado su modo de desplazarse, bien simplificándolo u optando por otros medios, siendo España el país en el que más se han modificado estos hábitos (57%). Y en este contexto se han enfrentado dos lógicas que a su vez derivan de otras tendencias como el teletrabajo, que disminuyó el número de desplazamientos a las empresas, mientras que los que sí tuvieron que hacerlo de modo presencial optaron, siempre que fue posible, por el uso del coche como método seguro de desplazamiento.
Pero todos estos cambios y reflexiones parten de un mismo denominador común como es la salud, cuestion que el Automotive Innovation Lab tiene en cuenta en todo momento, puesto que un 69% de los encuestados afirman ser más conscientes ahora de mantener una buena salud (75% en España): el 49% reconocen que su salud mental sufrió más durante la pandemia y en consecuencia un 70% ganaron tranquilidad en sus viajes usando diariamente el coche, mientras que un 62% reconocieron sentirse menos preocupados por los contagios dentro de sus automóviles. Además, en un entorno de restricciones a la movilidad, el 64% de los participantes en el estudio se han sentido más libres conduciendo, “por lo menos durante un tiempo”, siendo la proporción de hasta el 70% en España, mientras que un 49% admite que conducir les permitió escapar mentalmente de los agobios diarios.
Más allá del uso del vehículo, los encuestados también han reflexionado sobre otros hábitos adquiridos durante la pandemia como andar, algo que hasta un 55% han incorporado a sus rutinas mientras que el 40% han hecho lo propio con la bicicleta por tratarse ambas de opciones de movilidad saludables. Además, mucha gente está considerando una nueva forma de vivir más equilibrada fomentada por el trabajo en remoto, puesto que el 38% de los europeos están pensando en moverse del centro de la ciudad a áreas suburbanas o rurales.
El coche como una extensión del hogar
Todas estas circunstancias sitúan a la automoción en un contexto nuevo, donde “independencia” vuelve a vincularse con fuerza a la idea de tener un coche, un valor que se había ido diluyendo antes de la pandemia con las nuevas formas de movilidad. Así, el 60% de los entrevistados para el European Automotive Consumer Research 2021 valoran más tener el acceso a un coche propio ahora que antes de la pandemia, siendo los británicos los que más han cambiado su percepción al respecto, con un incremento hasta el 65%. Asimismo, un 51% de los europeos consideran a su vehículo como una extensión de su casa, reforzando el carácter de nido y refugio que se evidencia en todas las respuestas del informe.
Lógicamente, todo esto ha provocado que la idea de ser dueño de un coche se haya reforzado y desde el Automotive Innovation Lab se apunta a que esta tendencia se mantendrá en los próximos años con lo que se podría paliar la caída de las matriculaciones que han registrado y aún registran prácticamente todos los grandes mercados europeos. Así, según la investigación, un 47% de los europeos que antes de la pandemia decían que no necesitaban un coche prefieren tenerlo ahora y el 70% no se imaginan su vida actual sin él, lo que demuestra la dependencia que se ha creado en Europa.
Sin embargo, otro de los apartados analizados invita a la reflexión, puesto que pese a que la mayoría prefiere seguir siendo propietario, un 42% han afirmado que estarían interesados en un servicio de suscripción, aunque aquí el precio sería uno de los factores más influyentes. En la actualidad ya existen diferentes compañías que ofrecen la opción de suscribirse a un automóvil mediante una cuota mensual en la que están incluidos todos los gastos de mantenimiento, formula que ha ganado interés como remedio en el actual contexto de incertidumbre y que obliga a los consumidores a reconsiderar una y otra vez la segunda mayor inversión de su vida junto a la vivienda.
El coche eléctrico como solución la disyuntiva medioambiental
Más allá de los beneficios de seguridad y aislamiento que perciben los europeos, el aumento del uso del coche privado también les ha generado un conflicto ecológico. Y es que los vehículos particulares con un solo ocupante son un modelo poco sostenible que ha provocado que en algunos casos suban las emisiones de algunos entornos urbanos, a pesar de haberse reducido la movilidad. Los participantes en el European Automotive Consumer Research son conscientes de ello, y así, un 46% dicen que la pandemia ha aumentado su preocupación por el impacto medioambiental que tienen los coches de combustión.
Como solución a esta disyuntiva, los consumidores apuestan por el coche eléctrico, la mejor opción para reducir el impacto ambiental del transporte según el 52% de los encuestados, 71% en el caso de los españoles, los más favorables a la electrificación después de los franceses, y muy por encima de los alemanes, donde el porcentaje es del 32% que, según los autores de la investigación, se explica “porque son un mercado más maduro, con mayor cantidad de coches eléctricos en el parque y donde se consideran los efectos negativos de la baterías como su cambio cada cinco años, los residuos que generan o la dificultad para extraer los materiales de las que están hechas como el litio”.
En el estudio también se aborda la validez del carsharing como herramienta para combatir la contaminación que genera la automoción. En este sentido, el 60% están de acuerdo con que esta forma de transporte compartido ayuda a limitar el impacto medioambiental, siendo el porcentaje del 68% entre los consumidores españoles.
Con todo, los vehículos cero emisiones se perciben aún como una opción vinculada al “estatus social” y con un “aura de lujo” debido a su precio, una barrera de entrada para algunos consumidores, a pesar de los planes de ayuda que ofrecen los distintos países europeos para financiar su compra. De ahí que los coches 100% eléctricos sean aún una opción minoritaria, aunque al alza. Según los datos de matriculaciones más recientes, la cuota de mercado europea de estos vehículos es del 16% y crecen frente a otras opciones de combustión que han acusado más la crisis de la pandemia.
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Y en este contexto favorable, casi la mitad de la población europea (44%) aspira a tener uno y de ellos el 45% prevén comprarlo en los próximos tres años. Pero seguirán haciéndolo con el consejo de los agentes de los concesionarios u otras personas, porque pese a que el 36% están más abiertos a desarrollar todo el proceso de compra de una coche de modo online, el 66% siguen valorando mucho el consejo humano como factor de confianza.
Más info.: European Automotive Consumer Research