El fin de una era: Jack Dorsey sale definitivamente de Twitter

  • Dorsey, quien renunciara al cargo de CEO en noviembre de 2021, ha salido también de la Junta Directiva de la compañía
  • La plataforma se adentra en una nueva era rodeada de incertidumbre ante la adquisición por parte de Elon Musk
Jack Dorsey sale de la Junta Directiva de Twitter

Twitter ha puesto fin a una era. Jack Dorsey, fundador de la compañía y CEO de la misma hasta el pasado mes de noviembre, ha salido de la Junta Directiva, tal y como el mismo ha dado a conocer en una reunión de accionistas celebrada ayer, 25 de mayo. Se trata de un movimiento conocido desde que el ejecutivo renunciara a su puesto como máximo responsable de la plataforma hace ya seis meses, cuando se señaló que Dorsey permanecería en el órgano hasta que expire su mandato en la junta de accionistas de 2022.

Actualmente Jack Dorsey ejerce como CEO de la plataforma de pagos digitales Block

Desde el anuncio de su dimisión, Parag Agrawal, quien hasta ahora ejercía como Chief Technology Officer en Twitter, ha asumido las responsabilidades de CEO de la compañía. Por su parte, y como parte de un plan para distanciarse paulatinamente de la red de microblogging que cofundó en 2006 junto a Evan Williams y Biz Stone, Dorsey se ha centrado en sus funciones como CEO de la plataforma de pagos digitales Square, de la que también es fundador y que rebautizó a finales del año pasado como Block. 

La salida de Jack Dorsey supone la desvinculación definitiva de todos los fundadores de la compañía, y marca un cambio de era en la que la compañía continuará operando, una meta para la que él mismo aseguró trabajar. "Se habla mucho sobre la importancia de ser una compañía dirigida por los fundadores. Creo que eso es extremadamente limitante y que puede resultar un punto de error", destacó en sus palabras al dar a conocer su renuncia. "He trabajado duro para asegurarme de que esta empresa pudiera separarse de su fundación y fundadores".

A lo largo de las dos ocasiones en las que ha ocupado el cargo de CEO, Dorsey ha dado forma a las políticas de Twitter, y recientemente ha jugado un papel importante en el respaldo de la oferta de compra de la red por parte de Elon Musk, pues considera que su visión puede llevar la compañía en una dirección sólida. “Elon es la única solución en la que confío. Creo en su misión de extender la luz de la consciencia”, señaló al comunicarse la operación. 

Nuevos giros en la adquisición por parte de Musk

No obstante, la nueva etapa de la plataforma se encuentra rodeada de incertidumbre y a la espera de los posibles cambios y transformaciones que el CEO de Tesla decida aplicar en el funcionamiento de la red. Desde que la Junta Directiva de Twitter aceptara la oferta de Musk para adquirir la organización por 44.000 millones dólares, a un precio de 54,20 dólares la acción, se han sucedido una serie de movimientos que parecen haber distanciado las posturas de ambas partes. 

Pese a que la compañía ha afirmado estar “comprometida a completar la transacción al precio acordado”, el empresario ha manifestado en numerosas ocasiones su desconfianza en torno al volumen de bots, spam y cuentas falsas en la plataforma. Una cuestión que le ha llevado a barajar la posibilidad de rebajar el precio de su oferta e incluso poner en pausa el proceso de adquisición. 

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El último giro de esta impredecible operación ha tenido lugar, precisamente, en la reunión de accionistas en la que Dorsey ha tomado la decisión de desligarse definitivamente de Twitter. La junta de la compañía ha votado en contra de renovar el asiento de Egon Durban, CEO de la firma de capital privado Silver Lake y amigo y aliado de Musk, en la mesa. 

Por otro lado, Musk ha presentado nuevos documentos a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos con revisiones sobre su plan para financiar la operación. Ahora, de los 44.000 millones que ofreció para hacerse con la plataforma, aportará 33.500 millones de su propio bolsillo, mientras que el resto lo cubre con un préstamo garantizado por los activos de la red social. 

En un principio, el empresario tan solo aportaría 21.000 millones de capital propio y el resto con deuda. Esta se dividía en dos partes: hasta 12.500 millones de dólares con un préstamos con garantía en las acciones de Tesla  y otros 13.000 millones con los activos de Twitter. No obstante, la caída del precio de las acciones de la firma automovilística en las últimas semanas le han llevado a reajustar la financiación.