2020 ha sido un año que pasará a la historia, no solo por la pandemia, el confinamiento y la llamada “nueva normalidad” que ahora nos acontece, sino por la forma en la que los españoles nos hemos entretenido. Como siempre, una de esas fuentes de entretenimiento ha sido la televisión. Mientras que en 2019 los medios tradicionales tambaleaban antes el auge las plataformas digitales y los dispositivos móviles, la pandemia provocó que los españoles pasaran sentados ante el televisor una media de 3,9 horas diarias, un 6,7% más que en 2019.
Los españoles han pasado sentados ante el televisor una media de 237 minutos al día en el último año
Así lo ha confirmado el estudio “¿Qué echaron en 2020? La vida de los españoles vista desde la televisión” de Kantar, ilustrado por los datos recogidos en el Anuario de Audiencias de TV 2020 de Kantar, presentado este jueves por Gustavo Nuñez, Director General para el Sur de Europa; y Eduardo Nafría, Director de Insights y Desarrollo de Negocio de la consultora.
Este año, el Anuario- que cambia de formato a uno más dinámico e interactivo- registra datos de audiencias de un panel de 5.720 hogares en toda España, un 17% más que en 2019. Además, el análisis también abarca los impactos publicitarios, teniendo en cuenta los sectores y las empresas anunciantes.
A rasgos generales, el estudio muestra que de media, los españoles pasaron un total de 237 minutos al día consumiendo TV, muy cerca del récord logrado en 2012 (246 minutos), cuando la población se encontraba en plena crisis económica, con menos salidas y recursos.
Abril de 2020, el mes con mayor audiencia de la historia
Cuando el 14 de marzo de 2020, el Presidente del Gobierno anunció el decreto del Estado de Alarma y confinó a la mayoría de la población española, “la audiencia televisiva durante los próximos días alcanzó récords históricos”, apuntaba durante la presentación del Anuario Eduardo Nafría, Director de Insights y Desarrollo de Negocio de Kantar. “Los informativos duplicaron sus espectadores”, ha añadido Nafría.
Ante la incertidumbre de la situación que provocaba el coronavirus, el seguimiento informativo se convertía, en cierta manera, de vital importancia, al ser uno los canales de comunicación principales entre los órganos de gobierno y la población. Por eso, no es de extrañar que abril haya roto el histórico con más de 300 minutos de consumo de media, un total de más de 5 horas dedicadas a ver televisión por parte de los españoles.
De esta manera, Kantar define así a la televisión como “el termómetro social y económico de los españoles”, al acentuarse el consumo de este medio en épocas de crisis, tal y como ocurrió con el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.
Por otra parte, el Anuario también muestra la fotografía de los ciudadanos ante la pequeña pantalla por comunidad autónoma, destacando Asturias y Castilla-La Mancha como los más “teleadictos” (259 minutos de media cada una). En cambio, las comunidades mediterráneas de Cataluña y Baleares fueron donde menos televisión se consumió el año pasado (219 y 213 minutos, respectivamente).
Un año poco convencional, también televisivamente hablando
No cabe duda de que el pasado 2020 fue un año totalmente atípico en todos los sentidos. En el ámbito televisivo, el tener que pasar tanto tiempo en los hogares provocó que nuestros hábitos cambiasen y las fronteras entre los días laborales y los fines de semana se diluyeran. Así, se explica que apenas se haya registrado una diferencia de 13 minutos diarios más de consumo televisivo en sábado y domingo, cuando antes de la pandemia estos dos días eran más abonados al ocio y al entretenimiento.
Las segundas residencias "ganaron audiencia" con la pandemia
También ha sido poco convencional la media hora diaria en promedio dedicada a otros usos de la televisión como gaming, la radio o internet. Abril y mayo los meses más destacados con 45 y 36 minutos, respectivamente, en comparación con los 29 minutos en promedio de todo el año y los más jóvenes, entre 4 y 12 años de edad, fueron los que más encendieron la televisión para ver algo distinto a los programas y canales convencionales.
Asimismo, otro de los fenómenos de la pandemia fue el mayor protagonismo de la segunda residencia para muchos ciudadanos, especialmente de la tercera edad, que después del primer confinamiento, decidieron acudir a sus segundas residencias como alternativa al hotel o los viajes.
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De hecho, durante los meses de vacaciones de verano se produjo un mayor consumo televisivo en las segundas residencias. Agosto fue el mes que experimentó un mayor consumo televisivo en las segundas residencias, especialmente los mayores de 65 años y el 5% de sus minutos ante la pequeña pantalla fueron en la vivienda alternativa y junio y septiembre tampoco se quedaron atrás para los más mayores que registraron 4,4% de sus minutos en su segunda residencia.
El dato promedio de este año en segundas residencias ha aumentado en un +1,2%, pero, tal y como ha explicado Nafría en la presentación oficial, “ese 1,2% se concentra en poca gente, que hace mucho uso porque la gran mayoría no hemos podido movilizarnos hacia esas segundas residencias”.
La paradoja de tanta televisión y menos publicidad
A pesar de que los consumidores hemos dedicado muchos minutos a ver la televisión durante el año pasado, “por primera vez el aumento de consumo televisivo no se ha acompañado de un aumento de la publicidad”, ha explicado Eduardo Nafría. Todo lo contrario. El confinamiento ha provocado que las compañías no invirtiesen en publicidad, por lo que abril y mayo fueron los más duros para el sector y el volumen publicitario cayó de manera más notable, un 43,5% y un 37%, respectivamente.
En este contexto, los anunciantes y marcas prefirieron centrarse en lo conveniente para ese momento que en la calidad. Por eso, los sectores que más inserciones publicitarias tuvieron alimentación (18,9% de GRPs), belleza e higiene (10,9%), distribución y restauración (9,9%)- sobre todo, distribución, ya que el sector de la restauración ha sido uno de los grandes perjudicados de la pandemia-, salud (8,8%) y deportes y tiempo libre (6,2%), en detrimento de otros sectores como la automoción.
Esta publicidad fue, en definitiva, un resumen de las vidas de los consumidores con el coronavirus, ya que nos ceñimos a comprar comida y bebida, alimentarnos, cuidarnos y estar, en mayor o menor medida, entretenidos.