El precio de los productos y el impacto de la inflación en el poder adquisitivo de los consumidores está acaparando la agenda en el sector del gran consumo y la distribución. Factores como la crisis energética, la guerra de Ucrania o el constante incremento de la inflación están provocando unos efectos que las compañías pretenden evitar repercutir en los compradores, y para los cuáles se está tratando de buscar medidas tanto desde la industria, como desde el Gobierno. 

En este contexto, Kantar ha analizado el estado del gran consumo en los primeros siete meses del año, y realizado pronósticos sobre lo que depara al sector en la recta final de 2022. La consultora ha establecido la tasa de inflación del último trimestre en el 13,7% a mediados de julio, una cifra que los expertos de Kantar consideran “alta, aunque caracterizada por una elevada volatilidad”, puesto que gran parte de los distribuidores y fabricantes han conseguido que determinados productos y categorías no trasladen todo el efecto de la inflación al consumidor.

Además, también la investigación de la compañía atribuye la mutabilidad de la inflación a que algunas categorías muestran incrementos muy significativos respecto a otras, y una alta variabilidad en función del segmento y el distribuidor. Concretamente, un 80% de las categorías de gran consumo han aumentado el precio medio por debajo del nivel del IPC -un 60% en el caso de los productos- y solo el 20% de las categorías han crecido por encima del IPC. Por otro lado, tan solo el 4% han mantenido o reducido sus precios frente al año anterior.

Impacto en el comportamiento del consumidor

El contexto inflacionista está alterando el comportamiento de los compradores que, en términos generales, están primando el ahorro. Según la consultora, una de las tendencias más destacadas es la reducción del desperdicio, que ha descendido en un -12,3% en comparación con el año pasado; junto al número de comidas con un único plato, las cuales al cierre del primer semestre representaban el 52,4% de las ocasiones. 

También apunta a la búsqueda de alternativas más económicas, o downtrading, como otro cambio importante en los hábitos de los consumidores. Este fenómeno se ha incrementado 4,1 puntos con respecto a tiempos prepandemia y a finales del mes de julio 2 de cada 5 hogares españoles ya contraían su gasto medio en un 10% versus un año atrás. Según Kantar, el lugar de compra y el mix de categorías serían los aspectos más discriminantes de los hogares con downtrading.

La consultora ha cuantificado en un -5,7% la reducción del volumen de compra por hogar respecto a 2021, una cifra que no sería atribuible a la situación actual. "Viene explicada por el final de la pandemia y el regreso a la estabilidad en el gran consumo, ya que está apalancada en el incremento del consumo fuera del hogar, principalmente”, ha explicado Maria Josep Martínez, Head of Clients & Analytics en Kantar, división Worldpanel. “Además, ya nos estamos acercando a los niveles de gasto de 2019”. 

En comparación con el año anterior, la compañía apunta a que la percepción del momento es más negativa, ya que a un 78% de los encuestados les preocupa la situación económica del país. Además, indica que se ha incrementado el número de hogares vulnerables -aquellos en los que la coyuntura tendrá impacto negativo en sus ingresos y que prevén cambios en sus compras-, hasta llegar al 40%. 

Perspectivas para el resto del año

A pesar del incremento de los precios y del contexto de incertidumbre, desde Kantar ofrecen previsiones optimistas respecto al cierre del año para el gran consumo. Así, la consultora estima que el consumo de los hogares alcanzará los 80.539 millones de euros, una cifra que se sitúa un -0,2% por debajo de la de 2021. 

No obstante, la compañía asegura que continuar apostando por las promociones, la innovación, y la publicidad para seguir atrayendo y manteniendo al consumidor serán factores clave para que fabricantes y distribuidores surquen las aguas actuales del mercado.