“Cuenta la leyenda, que el fénix, es un ave única que vive más de 500 años. También cuenta, que al final de su vida prepara un nido con serenidad para poder resurgir de sus cenizas. Lo que quizás no cuenta esa leyenda es lo complejo que resulta renacer”.

Así comienza el texto que ha compartido Kike Sarasola, Fundador de Room Mate Group, para dar a conocer la nueva etapa de la compañía, en la que ejercerá como Presidente Ejecutivo. La cadena hotelera comienza un nuevo camino tras el proceso de concurso voluntario de acreedores iniciado en junio del año pasado, y que ha resultado en la compra de Room Mate por parte del fondo de inversión estadounidense Angelo Gordon y de la gestora hotelera canadiense Westmond Hospitality. 

Los nuevos propietarios han optado por mantener al equipo directivo de la compañía, encabezado por Sarasola y Víctor Fernández, como Consejero Delegado. Y la nueva Room Mate, que actualmente cuenta con 22 hoteles, 11 edificios de apartamentos en seis países y un hostal, planea impulsar su crecimiento -especialmente en Europa-a través de la adquisición de hoteles y de edificios de pisos turísticos con la marca Be Mate. 

Según recoge CincoDías, las perspectivas de Sarasola para Room Mate en 2023 son optimistas, a la luz de lo logrado en 2022. El empresario ha comparado el rendimiento del año pasado al de 2019, cuando la facturación de la compañía ascendió a 110 millones de euros, a pesar de que las pérdidas se situaron en 7,4 millones. Durante el ejercicio recién finalizado, la cadena habría tenido una ocupación menor, pero habría elevado su precio medio un 25%. 

Es por todo ello que Sarasola ha señalado que tanto él como la propia empresa han “resurgido de las cenizas” después de lo que califica como "dos años muy difíciles", a causa de la pandemia que, según ha comentado, rompió sus planes y “quebró también las expectativas de Room Mate”. “La Covid se llevó mucho por delante, y Room Mate, la cadena que fundé en 2001 y en la que tanto tiempo y cariño invertí no fue una excepción”; ha comentado en un post de LinkedIn. 

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El directivo afirma sentirse ahora “orgulloso e ilusionado” de que Angelo Gordon y Westmont Hospitality Group sean los nuevos dueños de la cadena y de haber podido mantener la continuidad del proyecto, además de conservar los empleos y el equipo, gracias al proceso concursal. Cabe recordar que, durante dicha etapa, la compañía ha seguido funcionando. 

“Estos años me han enseñado mucho y como siempre en la vida, el deporte ha sido mi gran aliado y, sin duda, me ha dado grandes lecciones. La que me llevo después de estos dos años y siempre recordaré es que el fracaso sea probablemente la mejor escuela de la vida”; ha comentado, poniendo en valor que se aprende más de los éxitos que de los errores. Y añade, continuando con el símil deportivo: “Siempre hay que levantarse. Hasta Rafa Nadal tiene que empezar desde cero en Wimbledon a pesar de haber ganado Roland Garros”. 

En esta línea, asegura que caerse y levantarse es la fórmula del éxito. Considera que en nuestro país hay una tendencia a burlarse y menospreciar a quienes fracasan. “Pero, al igual que solo falla un penalti el que lo tira, solo fracasa el que lo intenta. Todos deberíamos sentirnos orgullosos de nuestras caídas”, ha apuntado el empresario, poniendo de ejemplo los numerosos intentos de Thomas Edison hasta inventar la bombilla. 

Ha contrapuesto la citada mentalidad española con la presente en Estados Unidos, donde asegura que “donde son muchos los que emprenden proyectos, se caen y se levantan, son los que buscan y consiguen sus sueños. Sin rendirse. Nadie les critica por sus errores”.

Estoy donde quiero estar y estoy feliz, estoy en casa. Como el fénix, he resurgido de las cenizas.

 

Finalmente, ha hecho un alegato a favor de la tolerancia al error y la visión del fracaso como algo positivo. “Empecemos a usar la palabra “fracaso” de manera positiva. Fracaso como sinónimo de intentarlo, de luchar, de renacer, y de creer. Porque la posibilidad de reinventarnos surge de las situaciones más desfavorables, y es, en esos momentos cuando encontramos las fuerzas que necesitamos", concluye. "Es momento de intentarlo, momento de fracasar: solo de las cenizas podremos resurgir”.