El Gobierno español ha presentado el documento España 2050, un plan estratégico con la intención de plantear un modelo de país para dentro de 30 años. Se trata de una hoja de ruta en la que se recogen 50 objetivos con los que aspira a “consolidarse como uno de los países más avanzados de Europa” y que están agrupados en torno a desafíos que versan sobre temas diversos como la mejora de la productividad, la educación, la formación, alcanzar la neutralidad en emisiones y otras actuaciones de sostenibilidad, preparar el estado de bienestar para una población cara vez más envejecida, promover un desarrollo territorial equilibrado o la reducción de la desigualdad.
Para ello, el documento España 2050 recoge medidas como la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, una tasa del paro del 7% (frente al 16% actual), la reducción del consumo de ropa y tecnología, un cambio en el modo de alimentación para "evitar el colapso económico" y otras medidas relacionadas con la sostenibilidad como más impuestos verdes y la supresión de los vuelos cortos en favor de medios de transporte como el tren.
Jornada laboral de 35 horas semanales y reducción del paro
Una de las medidas más destacadas incluidas en el documento España 2050 afecta a la jornada semanal, que el Gobierno pretende rebajar de 40 a 35 horas, equiparándola a otros países del entorno europeo. Para llegar a esta meta, se propone un plan escalonado en periodos de diez años, de tal modo que en 2030 se trabajarían 37 horas semanales, en 2040 el número descendería a las 36 y en 2050 el número se quedaría en las 35 mencionadas.
Igualmente, en materia laboral, otro de los puntos que aborda esta estrategia es la reducción de del paro desde el 16% actual al 7%, poniendo especial foco en el paro juvenil, uno de los problemas más acuciantes de la economía española, con niveles del 40% que España pretende dejar en el 14% en 2050.
Otra de las cuestiones que aborda este plan estratégico es la temporalidad, que el Gobierno plantea rebajar en once puntos, hasta el 15%. Asimismo, el Ejecutivo ha planteado medidas en materia de conciliación de la vida laboral y familiar, con una nueva prestación por crianza de hijos menores de 18 años, que en un primer momento estará pensada para todas aquellas familias que se encuentran en situación de riesgo de pobreza y que después se ampliará al resto de familias del país.
En términos generales, el Gobierno pretende elevar el empleo hasta el 80% frente al 62% actual, llegando a otros territorios y colectivos, poniendo especial énfasis en los jóvenes, mujeres y mayores de 55 años. El Ejecutivo se ha fijado así combatir el efecto negativo del envejecimiento demográfico, que se ve reflejado en la pérdida de 2,5 millones de ocupados.
Reducción del consumo de ropa, tecnología y alimentos
Más allá de las medidas que partirán del propio Gobierno, la hoja de ruta hacia 2050 afecta a cuestiones relacionadas como el consumo, con especial incidencia en la reducción de la ingesta de alimentos animales, la compra de prendas o la renovación de tecnología. “La humanidad ya ha rebasado varios límites biofísicos y se mantiene el curso actual, acabará provocando una catástrofe medioambiental sin precedentes”, recoge el documento.
Todas estas actuaciones tienen el foco puesto en la sostenibilidad, un ámbito de actuación presente en casi todas las propuestas empresariales y estrategias gubernamentales. Particularmente España presta especial atención al problema del agua y ambiciona con conseguir una reducción de su demanda del 15% en las próximas décadas, anticipándose a los problemas de carestía que podría tener nuestro país por el cambio climático. Para reducir el estrés hídrico será importante controlar y moderar la cantidad de agua que se destina a la agricultura, un sector que a día de hoy consume tres cuartes de este recurso.
En la lista de cambios de hábitos del documento España 2050 se recoge un desarrollo que afecta a la reducción del consumo de materias primas relacionadas con la fabricación de apartados tecnológicos de toda índole, que implican la emisión de casi 50 millones de toneladas de CO2 al año. Los encargados de redactar el plan estratégico apuntan que el 55% de la población cambian de móvil cuando el anterior aún funcionaba.
Y lo mismo sucede, a juicio del Gobierno, con el consumo textil, asentado en la fast-fashion y en la adquisición de más ropa con menos durabilidad. Según el análisis que presenta el documento, en la actualidad se compra un 40% más de prendas que en 1996, lo que ha elevado la huella ecológica del sector textil. Además de instar a una mengua de la compra de ropa, en esta hoja estratégica se prevé una traslación del consumo a prendas confeccionadas a partir de fibras recicladas de plástico o materia vegetal.
En cuanto a la alimentación de la España de mitad de este siglo deberá reducir el consumo de cárnicos y, sobre todo, el desperdicio de alimentos, que en nuestro país alcanza los 7,7 millones de toneladas, de las cuales el 42% proviene de los hogares. Cifras que sin embargo se redujeron un 4% durante la pandemia.
El documento critica que la sociedad española consume entre dos y cinco veces más carne de lo que es recomendable, por lo que insta a una rebaja importante en este sentido. Además, el Gobierno español se fija para 2050 conseguir que el 60% de la superficie cultivada del país sea para producción ecológica y que la tasa de reforestación sea de 20.000 hectáreas al año entre los años 2021 y 2050.
Apuesta por el tren frente al avión para los viajes cortos
Por último, el transporte es otro de los sectores que aborda en profundidad el documento estratégico, poniendo especial énfasis en el transporte aéreo. Así, en España 2050 se pone de manifiesto la necesidad de reducir los “viajes muy contaminantes” y se apunta a la introducción de la tasa de viajero frecuente o el establecimiento de impuestos sobre los billetes de avión según la cercanía del destino de cada vuelo.
Expresado en datos y ejemplos concretos, esta limitación afectaría a todos los desplazamientos que pueden realizarse en tren en menos de 2,5 horas. Aunque esto afecta a unas pocas rutas que salen de Madrid hacia otras ciudades españolas. De hecho, esta circunstancia es la que ha señalado la Asociación de Líneas Aéreas en su posicionamiento al respecto de esta medida, que, a su juicio, supondrá un desincentivo para el sector turístico y, por ende, para a la economía española. Así, para esta organización, vetar los vuelos de corto radio apenas tendría impacto par los objetivos de reducción de emisiones y además desincentivaría la innovación.
Más allá de la efectividad de la medida, la reducción del tránsito aéreo vendría acompañado de una mejora de la red ferroviaria es otro de los ejes prioritarios en este plan estratégico y es algo que España pretende conseguir con más trenes de cercanías, mejores líneas de media distancia, más tren nocturno o con el fomento de precios que reflejen el menor impacto ambiental del tren. En este sentido, hay que señalar que el sector ferroviario español acaba de entrar en la era de la liberalización, con el inicio de las actividades del operador francés Ouigo, que ya convive en las vías españolas con Renfe.
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