La Transformación Digital
Michael Porter comenzaba aclarando que la estrategia no es lo que cambia con el paso del tiempo. Lo que cambia es el contexto en el que se aplica esa estrategia: ahora existen nuevas opciones y oportunidades. Y uno de los mayores factores de cambio en los últimos tiempos ha sido precisamente eso, la transformación digital.
La Transformación Digital
según Michael Porter
La aplicación de la tecnología está cambiando las reglas del juego. Ha hecho que la productividad sea más alta y que la capacidad de los procesos mejore. Pero es un proceso que transmite tanta emoción como preocupación al mismo tiempo, principalmente por como afectará a las personas, en particular a los trabajadores.
Aunque esta transformación no es una idea nueva. Comenzó antes de la era digital, cuando los productos eran mecánicos o eléctricos. “¿Y cómo recolectábamos la información? De manera analógica: escribiéndolo en un papel. Así funcionó durante muchos años”.
Cuando la información comienza a digitalizarse es cuando comienza a apilarse. Y representa esa primera fase de transformación digital: un momento a partir del cual puedes analizar esos datos de forma global, encontrando puntos en común y tendencias. Y haciéndolo más rápido y barato que cuando era analógico.
La segunda ola llega con Internet y la conectividad, dos herramientas que permiten la coordinación y la integración. “Internet ha cambiado muchas industrias... Y también ha creado otras nuevas”. Aunque en un primer momento parecía que lo iba a cambiar todo, solo supuso el nacimiento de nuevos escenarios y oportunidades.
Y llegamos hasta la tercera ola, en la que estamos ahora mismo. Es lo que llamamos 'Smart Connecting', el Internet de las Cosas. “Una expresión en la que lo importante no es Internet, sino las cosas. Las cosas que ahora no son solo mecánicas, sino que están conectadas entre ellas a través de la nube”.
Lo importante del Internet de las Cosas no es internet, sino las cosas. Unos aparatos que ahora no son solo mecánicos, sino que están hablando entre ellos - Michael Porter
Esto nos permite monitorizar esos productos, saber qué está pasando con ellos y hacer diagnosis para saber si está funcionando correctamente. Y añade un factor más a la competencia, porque permite cosas como la personalización. Una capacidad que antes era mucho más cara porque se basaba en lo mecánico, pero que ahora puede desarrollarse más fácilmente.
Personalización y automatización, porque esos nuevos productos inteligentes han dado pie a la automatización de procesos. “Llevamos unos cuantos años trabajando en ello, desarrollando todo tipo de productos autónomos. Lo siguiente será… ¿podemos automatizar incluso el proceso de creación de esos productos?”. Y eso sí que sería un game changer en términos de productividad y competitividad entre empresas.
Noticias Relacionadas
La tecnología y la mente humana deben avanzar de la mano
{ "id":"7746", "titular":"La tecnología y la mente humana deben avanzar de la mano", "prefijo":"actualidad/tecnologia", "slug":"la-tecnologia-y-la-mente-humana-deben-avanzar-de-la-mano-2017-11-28", "image":"/media/cache/intertext/phd-tecnologia-reasonwhy.es_.png", "path":"/actualidad/tecnologia/la-tecnologia-y-la-mente-humana-deben-avanzar-de-la-mano-2017-11-28" }Un sistema de sistemas sin industrias definidas
Estos productos inteligentes también han hecho que las barreras de las industrias se eliminen y difuminen, que la separación entre áreas sea más borrosa. “Antes estabas en un sector definido. Ahora tu producto de pronto habla con otros. Eso ha hecho que las barreras se distorsionen”.
Así se ha creado todo un sistema de sistemas, una red de productos interconectados unos con otros. “Y eso vuelve a cambiar las reglas del juego una vez más. ¿Vas a ser solo un elemento que se conecta a ese sistema? ¿O vas a ser el elemento que ponga orden dentro del sistema?"
La transformación hacia la que nos dirigimos
Todo esto ha creado el siguiente problema: la interfaz. “Antes la interfaz con los productos era física, en 3D. Ahora ya no. Con las interfaces digitales, lo que estás tocando es una pantalla que muchas veces no sabes ni cómo usar. Por eso es difícil conectar con ello”.
Para sobreponer esa barrera debemos pensar en cómo los humanos accedemos a la información. Y la respuesta está en una de las lecciones más básicas de nuestra infancia: los cinco sentidos.
“Los humanos utilizamos los sentidos para relacionarnos con esta información: gusto, olfato, tacto, oído y vista”. Pero no todos son iguales. Los dos primeros son limitados y complicados de gestionar desde el punto de vista del marketing. El tacto mejora, tiene más capacidades para transmitir información. Pero, al igual que el oído, es limitado hasta un cierto punto. No podemos recibir más de un número concreto de estímulos.
¿La clave real? La vista. Es lo más potente. “Cuando entramos en una habitación, de forma automática recibimos todo tipo de información en un instante. Entre el 80% y el 90% de toda la información que los humanos recibimos procede de la vista”. Así llegamos al siguiente punto: la disonancia cognitiva y la imposibilidad de conectar realmente con la interfaz digital. Ese puente (salvable) entre lo digital y lo físico.
¿Cómo conectamos el mundo digital y el mundo real?
Así, surge el siguiente reto, ¿cómo resolvemos esa distancia entre lo digital y lo físico? ¿Cómo reconciliamos al 2D con el 3D? La respuesta está en la Realidad Aumentada.
Porque la Realidad Aumentada entrega esa información digital a los usuarios de un modo que permite la conexión con el mundo real.
Un buen ejemplo es el GPS que se utiliza en los coches. Una aplicación que ya ha recurrido a la Realidad Aumentada para mostrar un display como debería ser: obvio e intuitivo.
Y así estamos pasando de pantallas a gafas de realidad virtual, a wearables. Toda una legión de aparatos que cada vez mejoraran más la relación entre el mundo digital y el físico. Y permitirán imponer ese mundo digital dentro del físico, así que será en ese momento cuando realmente se explotará la información digital que tenemos a día de hoy en la red.
¿Cómo impactará la Realidad Aumentada en la competición?
Si la realidad aumentada nos lleva a un punto sin pantallas, la diferenciación de productos cambiará. Y, al mismo tiempo, mejorará la productividad dentro de la cadena de valor desde un puto de vista logístico, de marketing y ventas, o de training, entre muchos otros ámbitos.
Esto creará sin duda problemas y oportunidades estratégicas. ¿Cuáles de estas oportunidades debo desarrollar? ¿Cuáles son las más importantes?
“La Realidad Aumentada es una nueva forma de comunicarse con el mundo. Comenzaremos a comunicarnos con nuestros stakeholders de una forma diferente. Y tendremos que averiguar cómo hacerlo mejor”.
¿Por qué nos asusta tanto la automatización?
Hasta aquí hemos visto la parte más optimista y positiva de la transformación digital. Pero como Michael Porter reconocía al principio de su intervención, también existe un punto oscuro que nos pone nerviosos. ¿A qué se debe?
“Las máquinas, que ahora además están conectadas, han avanzado de forma importante en los últimos años. Mientras nosotros somos los mismos que solíamos ser.
A menos que estés muy metido en el mundo de la tecnología, probablemente sigas en el mismo punto más o menos. Y eso es lo que aterroriza”.
Sin embargo el final no es tan inminente. “Un robot necesita ser programado, nosotros no. Somos flexibles, algo que la automatización no puede lograr. Los humanos tienen la habilidad de cambiar de pensamiento casi instantáneamente, y la Inteligencia Artificial aún no tiene sus propias ideas. De momento, los humanos somos los creativos que podemos encontrar soluciones a los problemas”.