Reflexiones tras 18 años en Google: crónica personal del deterioro de una cultura corporativa

  • Un extrabajador de la compañía critica en su blog el modo en que Google ha corrompido sus planteamientos originarios
  • El texto achaca muchos de los problemas de la empresa a la falta de visión de su CEO, Sundar Pichai
Google testimonio

“La cultura de Google se erosionó. Se pasó de tomar decisiones en beneficio de los usuarios a hacerlo en beneficio de Google y, finalmente, en beneficio de quien tomaba la decisión”.

Este es uno de los fragmentos más expresivos de “Reflecting on 18 years at Google” ("Reflexionando sobre 18 años en Google"), un post publicado en el blog personal “Hix¡e's Natural Log" en el que al autor hace un repaso nostálgico pero sobre todo crítico de su paso por una compañía a las que se unió en octubre de 2005 y que acaba de abandonar.

El autor hace un repaso nostálgico, pero muy crítico con la situación actual, de sus años en la compañía

Hixie no da detalles sobre su identidad, aunque sí comenta que a lo largo de los últimos nueve años ha trabajado en el equipo de Flutter, la herramienta de código abierto para el desarrollo de aplicaciones móviles de Google. En redes sociales, y en relación con la publicación de su texto, se ha comentado que es uno de los profesionales más relevantes en la creación y desarrollo de la herramienta.

Al principio de su mensaje, el autor expresa que se siente afortunado de haber estado la Google inmediatamente posterior a la OPA de la compañía. Dice que se trataba de una empresa compuesta fundamentalmente por buenas personas en todos los niveles que trataban de hacer realidad su tantas veces ridiculizado lema informal “No seas malvado”.  

Críticas injustificadas

Hixie se queja de que Google era objeto de muchas críticas por iniciativas que se ponían en marcha con un sincero ánimo de beneficiar a la sociedad, como por ejemplo Google Books, y dice que se sentía frustrado al ver cómo los equipos trabajaban “legítima y activamente en ideas que serían beneficiosas para el mundo, pero lo único que recibían era cinismo por parte de la opinión pública”. Señala como injustificadas, por ejemplo, las críticas que la compañía recibió por Chrome y Search, especialmente en relación con el supuesto conflicto de intereses con Ads.


Hixie también comenta elogiosamente de que en aquella época la empresa tenía una visión y cultivaba la transparencia y la sinceridad. Se comentaban los aciertos y los errores y Eric Schmidt, Presidente Ejecutivo, compartía con el equipo los temas que se trataban en las reuniones del consejo. 

Esa actitud, según señala Hixie, se veía reflejada en su propia tarea. Durante sus primeros nueve años en la empresa trabajó en el equipo de HTML y estándares relacionados y lo hacía bajo la idea de que “lo que era bueno para la web en general era bueno para Google”, Aunque, según cuenta, ya en aquellos años empezó a apreciar desviaciones de la cultura general de la compañía: la transparencia general sobre los desarrollos no se aplicó a los equipos que trabajaban en la finalmente fallida red social Google`+ y en el sistema operativo Andoid. Empezaron a aparecer silos, incluso físicos: algunos edificios de la empresa se reservaron exclusivamente para el equipo de Google+. 

La burbuja de Flutter y el deterioro

La segunda mitad de la estancia de Hixie en Google ha transcurrido en el equipo de Flutter y cuenta que algunos de sus mejores recuerdos de estos dieciocho años datan de los primeros tiempos de desarrollo de la herramienta. Esta era parte de la batería de experimentos que Larry Page, uno de los fundadores, puso en marcha antes de la creación del holding Alphabet y que al principio la unidad se regía por los principios que había inspirado a Google en los primeros años de la empresa: transparencia interna, buen equilibrio entre vida personal y profesional y toma de decisiones basada en datos. 

“Hoy en día, no conozco a nadie en Google que pueda explicar cuál es la visión de la compañía”

Pero la burbuja de Flutter vivía, según. Hixie en un ambiente de deterioro de la cultura corporativa. la transparencia fue desapareciendo y los directivos empezaron a dar a los empleados respuestas previsibles y vacuas sobre la evolución de la empresa. "Hoy en día, no conozco a nadie en Google que pueda explicar cuál es la visión de la compañía. La moral está más baja que nunca. Si hablas con los terapeutas de la zona de la Bahía [de San Francisco] te dirán que todos sus clientes de Google están descontentos con Google".

También llegaron los despidos, en un esfuerzo por mantener la cotización bursátil de la compañía, y los efectos perversos que acarrean los mismos: el trabajo ya no se hace para beneficiar al usuario, ni siquiera a la compañía, sino para asegurarse el puesto de trabajo. El conocimiento no se comparte porque se entiende que la única manera de protegerse frente a un eventual despido es convertirse en imprescindible. 

Hixie dice que ahora impera la desconfianza mutua entre directivos y empleados y cree que “muchos de los problemas que tiene Google hoy se deben a la falta de un liderazgo visionario por parte de Sundar Pichai [CEO de la compañía], que no tiene interés en mantener las normas culturales del al Google de los inicios”. Un síntoma de esta realidad es lo que define como “la proliferación de mandos intermedios ineptos”. 

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Hixie termina su texto afirmando que aún hay gente espléndida en la empresa y que no es demasiado tarde para curarla, aunque necesitaría una sacudida fuerte de la cúpula “que moviera el centro de poder del despacho del Director Financiero al de una persona con una visión de largo plazo clara para usar los grandes recursos de Google en beneficio de los usuarios”.

Pero cree que hay que darse prisa en hacer este cambio, porque, si no, “el deterioro de la cultura de Google será eventualmente irreversible, ya que el tipo de personas que necesitas para actuar como una brújula moral son las mismas personas que no querrán unirse a una organización sin una brújula moral”.