Así son las oficinas de BBDO en Nueva York

En vez de abandonar su rascacielos al lado del Rockefeller Center, donde llevan desde los años 80, BBDO Nueva York ha optado por renovar sus oficinas. El resultado es una mezcla de hormigón, madera rústica y ventanas de suelo a techo. ¿Echamos un vistazo?

La agencia BBDO Nueva York lleva desde los años 80 situada en un icónico rascacielos del centro de Manhattan, en el número 1.285 de la Avenue of the Americas (la Sexta Avenida), muy cerca del mítico Rockefeller Center


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Ante la necesidad de una renovación, la agencia ha optado por remodelar por completo sus oficinas, con tal de no abandonar su localización actual. 


"En resumen, el obejetivo es que el Presidente de AT&T tiene que pensar al entrar que este es un espacio fresco, pero también tiene que verlo así el Director de Arte de 26 años que viene en su moto", explicó el Director Creativo de la división de América del Norte de la red, David Lubars, en un informe para el estudio de arquitectura HLW, encargado de la remodelación.  

 

El rediseño comenzó hace más de un añoEn ese momento a BBDO New York le quedaban siete años de contrato de alquiler y llegó a considerar mudarse al Downtown (zona sur de Manhattan). Pero descartaron la posibilidad puesto que no estarían tan "a mano" de los visitantes extranjeros y además se habrían alejado demasiado de la historia de la compañía. 


A pesar de descartar la mudanza, eran conscientes de que sus oficinas necesitaban un cambio inmediato. "No era sólo una cuestión de estética", explica Lubars, "el espacio se había convertido en elitista porque alguna gente tenía ventanas y otros se habían quedado casi sumidos en la oscuridadMuchos de nuestros clientes no podían creer que nuestro trabajo saliera de esa oficina. Había que democratizar el espacio". 


La extensión se ha reducido de cuatro plantas a tres, pero hay más espacio por persona gracias a la eliminación de despachos, pasillos y separaciones


El bar de la oficina está en la séptima planta y sigue denominándose "Archivo Central". El nombre viene de los años 40, cuando los empleados llamaban a sus mujeres explicándoles que llegarían tarde a casa con la excusa de que tenían trabajo en el "archivo central". Nadie ha querido cambiar el nombre del bar, por no perder la tradición. 


Ahora terminada, la oficina de planta abierta es una mezcla de hormigón, paneles de madera rústica y ventanas de suelo a techo. Hay zonas de desconexión con cómodos sofás y sillas con formas modernas. Las paredes tienen mensajes inspiradores con letras brillantes. Una "fábrica creativa", la describe Lubars.


La negativa a mudarse de barrio demuestra la filosofía de Lubars de conservar el patrimonio. Según cuenta, una vez un "cliente inteligente" le dijo que "una marca es la suma de todo lo que ha sido"