El debate sobre las responsabilidades y la forma de trabajar de los CEOs (Chief Executive Officers) no es nuevo. Ya en la década de los 50 en Estados Unidos un grupo de investigadores quiso descubrir hasta qué punto su actividad influía en el resultado general de una empresa. Se definió así el llamado "efecto CEO".
De esta forma, desde el año 1950 en EEUU se hace un estudio para descubrir el potencial del Efecto CEO y compararlo con el de años anteriores.
Pues bien, según el último informe elaborado por investigadores de la Universidad de Georgia y Penn State, el Efecto CEO en las empresas estadounidenses es más notable que nunca, con un crecimiento del 10% en los últimos 20 años.
El estudio deja al descubierto que en EEUU la importancia atribuida a los líderes es cada vez más intensa y relacionan el Efecto CEO con el nivel de ventas de la empresa, sus activos y su cuota de mercado.
Pero esta evolución en la percepción de la importancia de estos profesionales en las empresas arroja una pregunta muy importante: ¿Realmente el crecimiento del Efecto CEO es notable o es que en 1950 casi no se reconocía su trabajo? Sobre esta cuestión se han pronunciado los autores del estudio:
“En el período entre 1950 y 1969 los factores que influían en el rendimiento de las empresas eran relativamente fáciles de comprender. Pero a partir de 1990 estos factores contextuales no son fácilmente predecibles”.
Una explicación muy sencilla del aumento del Efecto CEO
Mientras que en años anteriores el funcionamiento de una empresa podía predecirse en casi un 39%, ahora sólo puede hacerse en un 3,7%. Según los autores, esto se debe a que la industria es más dinámica y menos predecible. Por eso, es en este contexto en el que el trabajo de los CEOs ha empezado a tener mayor importancia: las empresas necesitan de una mente pensante y estratégica que dirija el negocio hacia la mejor dirección.
Sin embargo, el Efecto CEO no tiene el mismo peso en todas las industrias. Los autores señalan que las industrias de alto crecimiento están menos sujetas a este efecto ya que las oportunidades intrínsecas del sector en cuestión facilitan el trabajo a los CEOs "mediocres".
Por tanto, a medida que las nuevas tecnologías evolucionan, haciendo que la incertidumbre reine más que nunca en las industrias, el Efecto CEO va ganando fuerza. Una pena que esta nueva realidad no se deba en primer lugar al propio trabajo de estos profesionales y dependa tanto de factores externos.