La Unión Europea ha salido en defensa de la Economía Colaborativa. Y es que, a su juicio, los gobiernos de los países miembros no deberían prohibir servicios como los ofertados por Aibnb o Uber, salvo como último recurso. De hecho, según ha afirmado la Comisión Europea, las restricciones a estos servicios deben ser justificadas y proporcionadas al interés público en juego.
En el caso de los sitios de alquiler de habitaciones, como Airbnb, la Comisión afirma que la prohibición “parece difícil de justificar”. Sin embargo, una restricción en el número máximo de días que los apartamentos se pueden alquilar sería más apropiado. Frente a las prohibiciones totales a las que se han enfrentado Airbnb o Uber, unas nuevas directrices serían acogidas con los brazos abiertos.
Ambas compañías se han convertido en objetivo de los funcionarios locales y de los grupos comerciales rivales en Europa, que les acusan de competencia desleal. En el consumo colaborativo, los clientes se sirven de Internet para contratar los servicios, lo que reduce la demanda en sus competidores. Aunque, tal y como apunta la Comisión, “estos servicios pueden encontrarse dentro de varios sectores, cayendo por tanto bajo la carga regulatoria de todos ellos”.