Maridos de instagramers del mundo, no estáis solos.

Cuando, navegando por Instagram, os encontréis con una atractiva mujer con poses “casuales”, ropa a la última moda y la iluminación perfecta... No lo achaquéis a la casualidad.

Cada escena está infinitamente cuidada. Todo está preparado y no olvidéis algo importante: detrás de una gran mujer siempre hay un gran hombre. Y es que alguien tiene que tomar la foto ¿no?

Y quién crea que es solo darle a un botón está muy equivocado. Las exigencias son muchas: “abre el encuadre”, “haz la foto desde más arriba”, “esta no me gusta, repítela” y no olvides que duermes con tu “jefa”...

Además, este trabajador se enfrenta a muchos riesgos en su horario laboral como, por ejemplo, la muerte por inanición. Porque ¿cuántas fotos crees que hay que tomar antes de tocar cada comida? Olvídate de tomarte un café caliente o un plato recién hecho.

Y la cosa sigue fuera del “horario de trabajo”. Cualquier paseo puede acabar siendo interminable, sencillamente porque cualquier escena es susceptible de ser fotografiada para una instagramer. “Mira este paso de cebra, cariño, hagamos una foto”, ¿que perdemos nuestro avión? No pasa nada, en el aeropuerto podemos hacer más fotos”.

Muchos son los que saben de qué estoy hablando. Pero, tranquilos, que os lo vuelvo a decir: Maridos de instagramers del mundo, no estáis solos.

Hay una página para vosotros en la que podéis compartir vuestras experiencias, encontrar consuelo, hacer competiciones de fotografías tomadas en un día y sobre todo, dar con una visión más positiva y divertida. Para ello solo tenéis que inscribiros en Instagram Husband. Te encontrarás con “los tuyos”.

Porque cuando sabes que no estás solo, todo se lleva mejor...