Sal, pimienta y emoticonos

Las nuevas tecnologías son parte de nuestras vidas. Si antes la televisión nos aportaba esa imagen necesaria para entender la información, ahora con la llegada de internet y de los servicios de mensajería, los emoticonos se han convertido en un elemento imprescindible del lenguaje y de nuestra forma de comunicarnos.

El término emoticono es una adaptación literal del inglés emoticon, un término formado por la combinación de las palabras emotion e icon (emoción e icono). Hace referencia a un símbolo o a la representación gráfica de una función.

El primero en utilizar este concepto fue el ingeniero informático estadounidense Scott Fahlman en 1982. En el mensaje se incluyó, por primera vez, una carita sonriente y otra triste :-) :-( . En el texto se indicaba cómo “leerlas” (ladeando la cabeza hacia la izquierda) y cuál era el contexto en el que se recomendaba usar estos símbolos.

Uso de los emoticos

El uso de los emoticonos se ha generalizado desde hace mas de una década y lo cierto es que, aunque en distintas versiones de formato, su uso sigue estando muy extendido en la sociedad.

Su desarrollo constituye una apuesta firme para todo tipo de compañías. Recientemente se lanzó un paquete de emojis eróticos para WhatsApp mientras que uno de los diseñadores más importantes a nivel mundial, Karl Lagerfeld, diseñó la nueva colección de iconos de la misma firma. En un episodio del programa Today, de la cadena NBC, también se emitieron subtítulos con emoticonos.

La inversión de las empresas en este tipo de representaciones pictóricas es evidente. El último caso lo tenemos con VegEMOJI, una nueva app de emoticonos desarrollada en exclusiva para un restaurante vegano.

Y es que la decisión de apostar por esta forma de lenguaje parece acertada. Los emoticonos son un elemento clave y necesario para la correcta comunicación humana en cualquiera de sus aspectos.

Los emoticonos  permiten articular sentimientos de manera universal y expresarnos más allá de las limitaciones que toda lengua lleva aparejada, aportando matices. Los investigadores afirman que el cerebro humano registra una actividad cerebral similar a la de cuando observamos un rostro real cuando los empleamos.

Sin embargo, quizá el problema resida en su estandarización. Cada app tiene sus gráficos propios y, en muchas ocasiones, al cambiar de canal de comunicación, una persona puede sentirse incómoda e incluso fuera de lugar a la hora de encontrar su estilo habitual.

Emoticonos según el segmento social

Existen ciertos parámetros inherentes a determinados grupos sociales, al sexo de quien escribe, al contexto en el que se hace… Dicen los expertos que una cuestión tan sencilla como incluir el emoticono de la nariz o no en una conversación, indicaría que el usuario es más o menos conservador, o pertenece a un rango determinado de edad.

Otros estudios indican que las mujeres los utilizan con una frecuencia muy superior a la de los hombres y que los estudiantes participan más en los debates online si se usan. Además, las críticas se aceptan mejor con ellos en el ámbito laboral.

Porque sin los emoticonos, muchas veces lo que es una ironía, una picardía o, simplemente, un juego de palabras, se puede malinterpretar. Los emoticonos son el aderezo de la comunicación digital. ¿De qué otra forma se podrían expresar niveles de un sentimiento? o ¿cómo transmitir con palabras cosas que en la realidad sólo ocurren en el rostro de una persona?


La popularidad de los emoticonos

Los datos de Emojitracker señalan aquellos con mayor popularidad entre los usuarios. La carita de llorar de risa, el as de corazones, el corazón, el rostro enamorado, el escéptico, y los dedos que forman un círculo para indicar perfección encabezan la lista de los más usados en todo el mundo. El proyecto corrobora la teoría del lenguaje universal al analizar el comportamiento en distintos países.

Sin embargo, y a pesar de su popularidad, existe un abismo entre quienes creen que estos dibujos le dan a los mensajes un toque humano y los que consideran que en lugar de contribuir disminuyen la posibilidad de comunicarse eficientemente, puesto que despersonalizan al individuo.

Está claro que no hay que abusar de su uso porque los significados se pueden solapar y dejar de tener sentido.

Saber usar estos símbolos es la clave de una buena comunicación hoy en día. Gracias por leernos Reasonautas wink