España se sitúa a la cabeza del comercio mundial de vino, en volumen. Estos datos, recogidos por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), provienen de las aduanas de los principales exportadores.
Las exportaciones de este producto crecieron un 22,3% el pasado año en España. En 2014 la cantidad de litros vendidos llegó a los 2.256 millones, 200 millones más que las exportaciones italianas y más de 800 millones de litros por encima de las francesas.
Este crecimiento se ha visto propiciado por la fuerte cosecha del año anterior y el rápido proceso de internacionalización de las bodegas españolas.
En 2014, en comparación con sus principales competidores, destacó el crecimiento relativo de los vinos envasados españoles, que fue del 3,4%, llegando hasta los 762 millones de litros. Para Italia y Francia, esta cifra disminuyó en un 0,7% y en un 0,2% respectivamente.
En cuanto a los vinos espumosos, Italia destacó con un crecimiento del 18,2% mientras que el crecimiento francés, con un 4,5%, y el español, con un 3,2%, fueron más moderados.
A pesar de los buenos datos, los niveles de facturación españoles presentan una pérdida del 4,6%. Nuestro país facturó un total de 2.511 millones de euros, lejos de la cifras obtenidas por Italia y Francia. Las razones que se contemplan son la alta concentración de España en vinos más económicos, muchos de ellos enviados todavía a granel, y la reducción de los precios medios en un 22%.
El sector vinícola, según el análisis, debe propiciar una mayor presencia internacional de las marcas y los vinos envasados españoles en los principales mercados mundiales. Las herramientas para lograrlo son un conocimiento más detallado de los mercados, los segmentos y los consumidores, así como la creciente capacidad de comercialización.