Cuando finalizamos una jornada de trabajo y nos sentimos con las pilas descargadas, solemos volver a casa para tirarnos en el sofá a ver la televisión mientras cenamos algo. Hacemos esto para distraernos, combinándolo con un vistazo rápido por redes sociales como Facebook o Instagram. Pero podríamos aprovechar parte de ese tiempo en hacer algo más productivo.
Tal y como publica Dean Vaksman en Lifehack, hay 4 motivos por los que la primera hora de afterwork es crucial para entrenar la productividad:
Uno: Aprender un nuevo idioma o hacer manualidades. No importa qué actividad sea, la cuestión es que durante la primera hora después del trabajo podemos recuperar la energía si la invertimos en hacer alguna actividad. Y como seremos más felices, trabajaremos mejor al día siguiente.
Dos: Durante la jornada laboral no suele ser posible que aprendamos algo nuevo relacionado con nuestros hobbies. Y si lo intentamos, nos acabaremos distrayendo tanto del trabajo como del propio aprendizaje. En la primera hora después del trabajo somos como nuestro propio jefe: podemos definir nuestras propias reglas y ajustar los tiempos para conseguir las metas que nos propongamos.
Tres: Una hora al día es mucho tiempo a largo plazo. Por ejemplo, si decidimos aprender un idioma y lo practicamos durante 60 minutos al día, a final de año podremos hablarlo con facilidad.
Cuatro: Las empresas nos contratarán por lo que aprendamos en esa primera hora después del trabajo. No será algo determinante, pero si marcará la diferencia. Saber idiomas suele ser un punto diferencial en los procesos de selección.
Aquí van algunas sugerencias sobre actividades que se pueden hacer en la primera hora después del trabajo para mejorar día a día la productividad:
- Leer: una hora al día significa más de un libro al año
- Emprender proyectos personales: hacer voluntariado, desarrollar una página web…
- Conocer gente: es algo fundamental para el desarrollo personal y profesional