Las reivindicaciones de los afectados por el ERE de Coca-Cola han llegado hasta el Parlamento Europeo. Una decena de trabajadores y agentes sindicales de la planta de Fuenlabrada se concentraron ayer en Bruselas para dar visibilidad al conflicto que desde el pasado año sacude a la compañía.
Tras varios meses inmersos en procedimientos legales, los empleados denuncian que, pese a que la Audiencia Nacional anuló el polémico ERE, los afectados aún no han sido readmitidos y la multinacional tampoco se ha puesto al corriente de los pagos. Una reclamación de la que se han hecho eco Paloma López y Pablo Iglesias, eurodiputados de Podemos e Izquierda Unida, respectivamente.
El líder de Podemos ha espetado al gobierno que “podría haber usado su peso para ayudar a los trabajadores”. Y, por el contrario, “ha decidido enviar a la fuerza pública contra ellos”.
En estos términos se ha expresado el eurodiputado, que ha incidido en la idea de que “ un país decente necesita respetar los derechos de los trabajadores”.
Coca-Cola no tiene un plan B
A pesar del cierre de filas que Pablo Iglesias ha demostrado en torno a los trabajadores de Coca-Cola, la multinacional defendió el pasado diciembre que seguirá operando en España si la formación de Iglesias gana las elecciones.
El vicepresidente de The Coca-Cola Company, Marcos de Quinto, aseguró que “hay un interés muy grande en encontrar algo grande contra Podemos” y agradeció al dirigente que haya “movido a los partidos tradicionales que no se han movido en la vida”.
En este sentido, el número dos de la factoría aclaró que no existe “ningún plan B” de cara a los próximos comicios y se mostró convencido de que “si gana Podemos, la gente va a seguir bebiendo Coca-Cola”.