La semana pasada Primark estaba en el centro de la polémica por una serie de etiquetas que, supuestamente, llevaban un mensaje de auxilio: “Forced to work exhausting hours” (Obligados a trabajar horas agotadoras).
Rebecca Gallagher, una joven inglesa de 25 años, denunció que se había encontrado este mensaje de ayuda en un vestido de 10 libras comprado en Primark.
Desde la marca pidieron a la joven que devolviera el vestido para investigar los orígenes de la etiqueta.
Y es que Primark se toma muy en serio las condiciones laborales de sus trabajadores. Inspeccionan cada fábrica para garantizar el cumplimiento del Código de Conducta en el que se establece que las personas que realizan las prendas sean tratadas decentemente y reciban un salario justo.
Unos días después Primark ha emitido un comunicado oficial en el que aseguran que los mensajes de explotación en las etiquetas de su ropa son un montaje.
“La investigación realizada por Primark sobre las etiquetas cosidas en dos artículos comprados en diferentes momentos en nuestra tienda de Swansea (Reino Unido) en 2013, lleva a la conclusión de que es más que probable que responden a un montaje llevado a cabo en el Reino Unido”.