¿Qué puedes hacer en verano para formarte?

  • Leer, ver series y documentales o practicar con juegos de memoria son formas de aprender en verano
  • Los meses de descanso también pueden ser productivos para poner al día nuestros conocimientos
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A estas alturas del verano estarás a punto de irte de vacaciones, si es que no te has ido ya. Sea como fuere, aprovechamos ahora que tienes tiempo libre (y que nos lees desde la tranquilidad de tu refugio estival) para decirte que los meses de calor también son buena época para seguir formándote. Hay muchas cosas que puedes hacer desde la tumbona para empezar el curso en septiembre a pleno rendimiento. Te proponemos estas 5 y un extra, que ya depende del gusto del consumidor...

Leer

Si la excusa de la falta de tiempo no vale para justificar la ausencia del hábito de lectura, en vacaciones con menos razón. Tienes múltiples opciones para elegir: desde rescatar ese libro que lleva meses cogiendo polvo sobre la mesilla de noche, hasta el que te ha recomendado hace tiempo un compañero de trabajo. Pero además, te recomendamos:

  • La Biblioteca de Reason Why. Aquí encontrarás una extensa bibliografía para estar al día sobre los fundamentos y novedades del sector. Desde los títulos imprescindibles de Philip Kotler, hasta Kevin Duncan pasando por Mark Edwards.
  • Si eres más de novela, pero no te decides por ninguna, te damos ideas. Este es el ranking de los libros más vendidos en España este 2017:
  • Aprovecha para releer a los clásicos y las grandes referencias del pensamiento moderno como “Política” de Aristóteles. Entre sus páginas puede estar la respuesta a esa pequeña crisis que dejaste sin resolver cuando cruzaste el umbral de la puerta de la oficina para irte de vacaciones.

Estudiar

Sí, estudiar. Porque también se pueden hincar los codos de una manera entretenida, marcándote tu propio ritmo y sin tener que ir a clase. ¿Cómo?

  • Tirando de portales online como Lynda, una plataforma para usuarios premium de LinkedIn en la que puedes encontrar formación de todo tipo. 
  • Audiobooks: puede ser una buena idea para esos tiempos muertos en la carretera entre playa y playa o para las largas colas esperando a que abran tu puerta de embarque.
  • TED Talks. En estas charlas sobre ciencia, arte, diseño, política, educación, negocios y tecnología, entre otros muchos asuntos, han participado conferenciantes de la talla del expresidente estadounidense Bill Clinton o el fundador de Google, Larry Page. Escucharles hablar desde la comodidad del destino que hayas elegido para estas vacaciones puede ser muy ilustrativo.

Jugar

Aquí es donde entran “en juego” las teorías de aprender jugando. Porque el componente de la diversión siempre dispara la motivación y, en ocasiones, también fomenta el recuerdo. En este bloque podemos citar:

  • Juegos de estrategia y agilidad mental de tablero, como el clásico ajedrez, o de papel, como los sudoku y crucigramas, que además alimentan nuestro vocabulario.
  • Juegos de memoria: desde el mítico de descubrir las cartas iguales hasta la más tradicional de las adivinanzas infantiles.
  • Aplicaciones para entrenar el cerebro como Luminosity, que usan más de 50 millones de personas en todo el mundo. Incluye más de 40 juegos de memoria, atención, velocidad de procesamiento y resolución de problemas.

Ver series

Además de ser uno de los entretenimientos que mejor definen el comportamiento Millennial, ver series en otro idioma puede servirnos como un auténtico aprendizaje. Muchas veces, las tramas y el misterio de algunas historias también fomenta el desarrollo y la rapidez mental y ayuda a mantener nuestro cerebro siempre en forma. Las series más vistas en España son:

Hacer ejercicio

El ejercicio, tanto físico como mental, ayuda a "preparar la tierra" sobre la que luego se siembra el conocimiento. En este sentido, son útiles técnicas de:

  • Mindfulness
  • Meditación
  • Yoga

El extra

Conocer gente, hablar y hasta ligar puede ser la forma perfecta de ampliar horizontes de conocimiento. Y la época de vacaciones puede ser el momento perfecto para ponerlo en práctica. Bien sea viajando, bien hablando con los que vienen de fuera a pasar unos días o incluso tirando de tecnología con aplicaciones tipo Tinder que fomentan las relaciones personales. Un idioma diferente, una cultura exótica o una profesión distinta pueden dar con esa tecla oculta que estaba poniendo palos en las ruedas de un planning para una campaña o que impedía que una creatividad funcionase.

Vistas las posibilidades, ¿quién se atreve a dejar pasar el verano sin intentar aprender un poco más?