El probador virtual ha duplicado su presencia en las tiendas españolas, del 0,55% al 1,3% en el último año. Según un estudio realizado en diciembre 2017, los probadores virtuales están en auge.
Fue aproximadamente en 2012-2013 cuando surgió la idea de los probadores virtuales. Y es que el 61% de las mujeres y el 24% de los hombres afirman no haber comprado online por miedo a equivocarse de talla. Una tendencia que presenta indicios de cambio como consecuencia de la popularización del probador virtual.
Gracias a una interfaz sencilla y a la ausencia de algunos costes para el consumidor, el 65% de la gente está dispuesta a probarse ropa de forma virtual, frente el 59% de 2016 y el 48% de 2015. Además, este hecho se ve consolidado por la implementación de este mecanismo por parte de las tiendas. Teniendo en cuenta el aumento año tras año de esta práctica, un 26% de las mujeres y un 9% de los hombres entrevistados tienen previsto aumentar sus compras online. En este sentido, los sectores que más beneficio y utilidad han sacado de este mecanismo son el de la ropa (85%), el del calzado (70%) y el de la joyería (60%).
El probador virtual va a ayudar tanto a las empresas que lo implementen como a los clientes. Sólo el 55% de los clientes admiten estar completamente satisfechos con el producto que han comprado online, mientras que el 30% lo ha devuelto. Las razones de esta devolución son variadas: el 39% dice que, aunque el producto es de su talla, no está cómodo con el resultado; el 31% de la gente encuestada afirma que la talla es equivocada; el 30% restante se divide en que la prenda es distinta al modelo (9%), se han equivocado de prenda (6%) y otras razones (15%). De todos modos, este hecho también beneficia a las empresas ya que, aunque el valor medio de la compra ha bajado en un 3,5% (+2% en mujeres y -10% en hombres), con la presencia del probador virtual ha aumentado en un 7%.
Según previsiones de este estudio, el probador virtual va a crecer exponencialmente tanto en nuestro país como en el resto del mundo, donde hay lugares como Estados Unidos o el Reino Unido que están más avanzados en este sentido. A pesar de ello, algunas tiendas aún se muestran reacias a su implementación, argumentando razones de costes económicos (43%), costes logísticos (29%), la baja aceptación de los clientes (9%) y problemas técnicos u otros (11%).