¿Por qué nunca se ha visto a Tim Cook con las Vision Pro?
Los años de expectativa, filtraciones, rumores, aplazamientos y noticias en torno al esperado lanzamiento de las gafas de realidad mixta de Apple han contado con un elemento de intriga añadido: Tim Cook, CEO de la compañía, no había aparecido nunca con ellas puestas y tampoco se había publicado en los medios una imagen suya con el dispositivo en su cabeza. Hasta ahora.
Las Vision Pro llegan este 2 de febrero finalmente al mercado y, al mismo tiempo, se puede ver a Tom Cook con ellas en una portada digital de la revista Vanity Fair que la famosa publicación de Condé Nast ha publicado en redes sociales.
La imagen, que seguramente forma parte de una estrategia de lanzamiento diseñada desde hace tiempo, anuncia un reportaje de Nick Bilton en el que este periodista, especializado en tecnología, recoge declaraciones de Cook y narra su propia experiencia con el dispositivo, así como algunos de los pasos que han llevado a su creación.
El reportaje empieza contando cómo hace unos seis o siete años, no se precisa la fecha, Cook visitó uno de los laboratorios secretos de Apple y los ingenieros le hicieron probar un prototipo de las gafas: una especie de enorme caja con múltiples pantallas y dispositivos añadidos, y una conexión a un un ordenador potentísimo.
La instalación difícilmente podía estar más lejos del compacto aparato similar a unas gafas de buceo que ahora se pone a la venta, pero según le cuenta Cook a Bilton, desde ese momento tuvo claro que estaban en el camino de conseguir algo especial: “He sabido durante años que llegaríamos a este punto. No sabía cuándo, pero estaba seguro de que lo alcanzaríamos”.
Cook probó por primera vez el prototipo de las Vision Pro hace seis o siete años, según cuenta la revista
Bilton narra después la fascinación que le producen las posibilidades del aparato cuando finalmente lo prueba: entre otras, la enorme calidad de las imágenes que proyecta, la facilidad con que se accede a las aplicaciones y contenidos, el hecho de que los ojos actúen como el ratón del ordenador y la virtud de no resultar claustrofóbico, pues el mundo real no desaparece cuando uno se las pone.
Cita asimismo a cineastas famosos como James Cameron y Jon Favreau hablando con admiración de las revolucionarias capacidades del dispositivo, pero no se olvida de los problemas e inconvenientes. El primero, el precio: 3.499 dólares, lo que coloca a las Vision Pro, al menos en principio, en el rango de productos para fanáticos absolutos de Apple y para los proverbiales early adopters de cualquier tecnología novedosa. Después está el peso, algo más de medio kilo, lo que no las hace muy confortables, o el hecho de que a través de ellas no se puede, al menos todavía, acceder a plataformas tan populares como Netflix o YouTube.
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Sin embargo, para Bilton el principal inconveniente es de orden mental: la calidad y la definición de las imágenes que ofrecen las Vision Pro es tan alta y atractiva y las posibilidades del dispositivo son tales que, una vez que uno se lo quita, el resto de aparatos informáticos que usa, e incluso el mundo real, parecen demasiado prosaicos y planos.
El periodista cree que, en ese sentido, las gafas pueden resultar peligrosamente adictivas. Cuenta que no le preguntó a Cook sobre esto, pues tuvo esta percepción después de haber hablado con él, pero sí le plantea el tema de si la tecnología no está avanzado demasiado rápido y nuestra dependencia de ella no es excesiva, y le preguntó también sobre cuál será el futuro de todo esto.
Cook contesta que es difícil de predecir exactamente y añade: “Lo que hacemos es emocionarnos verdaderamente con algo y empezar a tirar del hilo para ver hasta dónde nos puede llevar. Y tenemos, sin duda, una hoja de ruta para determinados proyectos y una idea de por dónde avanzar y, sin duda también, tenemos un punto de vista. Pero hay mucho de exploración y de ir haciéndose ideas sobre la marcha”.
Y concluye: “Algunas ves los puntos se conectan. Y te llevan a sitios donde no esperabas estar”.