“¡Compañeros!".
De tú a tú, y con contundencia. Así se dirige Ángel Gaitán en sus vídeos a sus alrededor 3,5 millones de seguidores en redes sociales, bien para explicarles cómo solucionar una avería en un vehículo, destacar fallos de fabricación en los modelos o para recordarles que presten atención a los resultados de las reparaciones que encargan a los talleres.
Las redes sociales han ayudado a Ángel Gaitán a impulsar las oportunidades de su negocio
Es una forma de comunicar que le ha servido para labrarse una comunidad online sólida y fiel y para impulsar la notoriedad y oportunidades comerciales de su negocio, pero que también le ha acarreado críticas por parte de algunos usuarios y de profesionales del sector. Una comunicación, con todo, particular y distinguida que le ha hecho ganarse el título de “mecánico de TikTok”.
La popularidad que ha obtenido en los últimos dos años ha empujado la multiplicación de las líneas de su negocio que ahora, además del taller GT Automoción, incluyen el proyecto de formación TrainingTech Academy o el medio de comunicación especializado Chasis Cero. Hablamos con él sobre todo esto, de su relación con las marcas, de transparencia o de los objetivos de electrificación.
RW. Muchos te conocen por tu proceso judicial con Tesla, pero tu recorrido en las redes no comenzó ahí, ¿no?
La gente se ha quedado con esto porque es la parte más llamativa que he vivido, que fue denunciar a Tesla y ganar. Pero yo empecé con mi redes sociales cuando tuve un accidente laboral en el que me hice daño en el codo y el hombro. Estuve mucho tiempo de baja y aburrido, y mi hijo me planteó hacerme TikTok y contar a qué me dedicaba y cómo lo hacía. Hice un vídeo explicando simplemente cómo se preparaba un determinado componente, en ese caso, una válvula de suspensión de un Mercedes, y al día siguiente el vídeo tuvo una repercusión brutal. Luego hice otro, y otro y otro, hasta los casi 3.000 vídeos que llevo a día de hoy.
RW. Has logrado muchos seguidores en un periodo de tiempo muy corto…
Casi 4 millones de seguidores en algo más de un año y medio en TikTok, Facebook, Instagram y YouTube. Este último tiene más mérito, porque son suscriptores al canal, gente que quiere ver tu contenido de manera explícita y concreta, que se comen los anuncios, pero no les importa. También estoy en Twitch y el año pasado empecé en Twitter. Hay muchos seguidores de un amplio abanico porque toco muchas cosas. Hay gente a la que le gusta solo la mecánica y otros a los que le gusta mi filosofía de vida o mi forma de emprender, de crecer ante las adversidades o de luchar contra los gigantes del sector.
RW. Pues cabría suponer que la mayoría de tus seguidores serían aficionados al automovilismo. Si no es así, ¿qué consideras que atrae a la gente a tu contenido?
Para nada. La mayoría son usuarios como tú y como cualquier otra persona que no sepa, pero que tienen un coche y que están hartos de que les engañen en el taller, de que les cuenten historias, de que no les digan nunca la verdad o de no saber realmente porqué pagan 2.000 euros en una factura. Ese es el tipo de cliente o de seguidor que realmente se conecta, que cada vez sabe más y que cuando va a un taller está mejor informado y pide más respuestas. Ese es el principal perfil.
RW. ¿Cómo han impactado las redes sociales en tu negocio?
Han ayudado muchísimo. No solo estar en TikTok, sino estar en todas las redes sociales, y también la presencia mediática en televisiones y medios. Esto ha pasado de ser una empresa a seis, porque he tenido que ir montando distintas líneas de negocio en función de las necesidades, desde venta de producto o merchandising, a una academia de formación, un centro de peritaje, o un medio de comunicación. Todo esto se ha ido generando en función de la demanda de nuestros usuarios.
Había un nicho de mercado que había que trabajar y lo que hemos hecho ha sido ir aprovechando esas oportunidades y ampliando.
En el taller, por ejemplo, siempre hemos tenido en lista de espera, pero ahora las citas se llenan el mismo día que las abrimos. Para que te hagas una idea, nuestras citas se pagan por anticipado y supone una inversión mínima de 390€ para poder venir al taller. Tiene mucho mérito llenar un mes entero en cuestión de minutos teniendo esos precios, pero el servicio que se ofrece es premium y el cliente está dispuesto a pagarlo. No es siempre gente con un poder adquisitivo alto, sino gente a la que a lo mejor que le ha costado reunir el dinero, pero lo que quieren es que se les cuenta la verdad, que se les informe si han sido engañados en una anterior reparación.
RW. Tu contenido es principalmente divulgativo, pero también denuncias la mala praxis en el sector y la desinformación. ¿Crees que esto ha ayudado a construir tu comunidad?
A mis seguidores les llama la atención que cuente historias personales, casos reales con nombres y apellidos de talleres o de empresas que han cometido un error o de una marca que lleva años con un fallo de producto y no lo asumen.
Al final lo que valoran es la transparencia y que no me vendo a ninguna marca. Y eso que he tenido grandes ofertas. En la última una gran marca que se dedica a comprar y vender coches me ofreció 150.000 euros para ser su imagen, pero como es una marca con la que no comulgo y no me gusta, la rechacé. A los diez días subieron la oferta y les dije que si me volvían a llamar iba a decir en redes sociales quiénes eran, porque evidentemente era tentadora, a nadie le sobra el dinero, pero va en contra de mis principios y de mi forma actuar.
RW. ¿Cómo es entonces tu relación con las marcas?
La relación con las marcas es entre buena y mala, y te diría que más bien mala. Porque no les gusta lo que hago. De hecho, me limitan en muchas de las actuaciones. Por ejemplo, en el medio que tenemos nos limitan la asistencia a presentaciones de vehículos o nuevos productos por el miedo a que se hable mal de ellos. Esto hace que la marca de la que yo hablo, a la que puedo representar o con la que puedo colaborar, tiene que tener muy claro que si yo hablo de ella en ese momento es porque me gusta su producto, pero que si mañana saca otro producto que no me gusta, también lo voy a decir. Eso es algo que las marcas no llevan bien porque quieren tener siempre el control.
Mis colaboraciones están relacionadas con cosas que yo pueda usar, probar, que me gusten y de las que pueda hablar, como hago yo en mis vídeos, de forma tranquila y que no parezca un anuncio publicitario. La única premisa que pongo es que me guste. Si no me gusta o no me lo creo, ya me puedes pagar todo el dinero del mundo, que lo llevas jodido conmigo.
RW. Pero, por ejemplo, si te llamase ahora Carrefour…
Depende de para qué fuese. Si considero la colaboración interesante para los usuarios de mi canal o para el público en general, pues no tengo ningún problema. Te pongo un ejemplo: una marca de zapatillas de trabajo para el taller, como las que llevo puestas ahora mismo, es una colaboración con Abarth. Es una marca de coches que ha hecho zapatillas. A mí me gustan y las uso. Me dijeron si podía hacer un storie hablando de ellas y que me mandaban más pares. No tuve problema.
RW. Lo preguntamos porque a veces hay comentarios escépticos de tus seguidores respecto a las menciones que haces de algunas marcas de coches…
A veces lo hago aposta. Me gusta generar intriga. Hace poco puse en TikTok que había hecho una colaboración de pago con Tesla, que es algo que puedes hacer con un clic y nadie lo verifica. Pero no era así. Muchos de los seguidores que no me conocen de verdad, o que llevan menos tiempo en mis redes, y que no saben que yo he denunciado a Tesla, pensaban que me había vendido a la marca. Lo hago por generar un poquito más de cachondeo, porque me va la marcha.
RW. ¿A qué se debe lo de los guantes verdes? Se ha convertido casi en una de tus señas de identidad.
El verde es el único color que yo no he visto en un guante de automoción en España. Los había naranja en imitación a los del mecánico inglés Edd China, que tiene un canal de televisión. El guante negro no me gusta porque no se ve la suciedad. Yo no quería copiar a nadie y vi que nadie se había hecho con el verde y es un color que me gusta mucho. Es más, algunos de los productos que vendemos tienen que ver con el verde de los guantes.
RW. El sector automovilístico es uno de los que más invierte en medios y publicidad en nuestro país. ¿Cómo ves su comunicación?
Creo que apuestan por divulgar sus noticias o sus nuevos modelos en los medios tradicionales y gran parte de ellos trabajan con contenido patrocinado o pagado por la marca. Entonces no pueden decir lo que piensan. No puedo hablar con total libertad. No pueden decir que un modelo no les gusta o que un vehículo ha salido mal. Lo que pasa entonces es que los mismos siempre cuentan todo de manera maravillosa.
RW. También te has mostrado crítico con las ambiciones europeas de electrificación. ¿Consideras que se alcanzarán los objetivos para 2035?
La meta no se va a cumplir, falta una barbaridad para que eso ocurra. Y sigo sin ver viable la red y la infraestructura que tenemos en España, así como las autonomías de los coches eléctricos. Creo que faltan muchos años todavía para que todo esto se haga realidad, y es algo que la sociedad tiene que ir viendo poco a poco. No lo puedes imponer, sobre todo porque el vehículo eléctrico es muy caro, tanto de comprar como de generar esa infraestructura que necesita alrededor.
“El vehículo eléctrico no emite cuando está funcionando, pero sí cuando se fabrica o destruye”
Yo llevo 13 años utilizando vehículo eléctrico y se pagaban poco por cargarlo, ahora se paga entre 45 y 50 euros. La diferencia con el coche diésel es muy pequeña. Hemos intentado vender que la ecología va de la mano del vehículo eléctrico, pero no es del todo verdad. Es cierto que el vehículo eléctrico no emite cuando está funcionando, pero sí cuando se fabrica y cuando se destruye.
Por ejemplo, yo he estado probando un nuevo modelo y hablando con el director comercial de la marca le he dicho que el coche está muy bien, con acabados buenos y bien insonorizado. Pero no es viable porque necesita dos días enteros para una carga completa de la batería. Si una persona necesita todos los días hacer 300 kilómetros de autonomía, no puede usarlo porque no le da tiempo a cargarlo de un día para otro. Tendría que ir a un punto de carga ultrarrápida, que es carísima y que probablemente no tenga en su ciudad.
RW. ¿Crees entonces que hay desalineación entre la realidad y la comunicación?
Si el fabricante de repente decide que su nueva línea de producción es 100% eléctrica o híbrida y los medios que utilizas para contarlo es a los que pagas con publicidad, van a contar exactamente lo que tú quieras. Ahora mismo hay una ola en la que todo el mundo piensa que todo tiene que ser eléctrico, verde. Yo estoy muy a favor del vehículo eléctrico, pero no por imposición y no en el periodo del plazo que han puesto. Es una tecnología que todavía tiene que desarrollarse y que debe de convivir con los motores de combustión.