No está siendo un verano cualquiera el de 2022, marcado por la recuperación del turismo. Las cifras de consumo en el sector se han disparado tras dos periodos estivales de cuentas en rojo, debido a la pandemia, que han hecho mella en un conjunto de actividades que representan el 12,4% del PIB español. Después de esa etapa oscura, la ciudadanía ha vuelto a salir y lo ha hecho en masa en un fenómeno que se ha dado en bautizar como ‘turismo de venganza’, por su brutal renacimiento.
Este concepto, como explica el Washington Post, no es nuevo, puesto que surgió en la década de los 80 en China. La Revolución Cultural trajo al pueblo del país una época de carestía, con episodios de hambruna. Superada esta fase, en los 80, el consumo resurgió y lo hizo a lo grande. El pueblo chino podía volver a comprar y lo hacía empleando el capital en artículos de lujo. Tal y como indica la publicación americana, en abril de 1980, una sola tienda de Hermès recaudó 2,7 millones de dólares durante el Día Nacional de la República Popular China.
Una bolsa de ahorro acumulada en la pandemia
En 2022 se está produciendo un fenómeno similar que alcanza todos los niveles. Con los datos del verano aún por consolidar, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informaba que en mayo España había recibido a siete millones de turistas internacionales, con un gasto total de 8.023 millones de euros, similar a los niveles prepandemia, que son los que toda industria busca alcanzar para llegar a una situación de relativa normalidad. Además, el gasto por viajero fue de 1.152 euros frente a los 1.028 del mismo mes de 2019, lo que representa un aumento del 12,1% en términos nominales.
Se entiende el turismo de venganza como una reacción a la imposibilidad de tomar vacaciones con normalidad
El turismo de venganza que se está produciendo es la confirmación de una intención que se veía venir desde hace meses. Según datos de Kayak.es, agregador de tarifas y metabuscador de viajes en línea, las búsquedas de vuelos para este verano se incrementaron alrededor de un 102% en comparación con los niveles previos a la pandemia. “El turismo de venganza es una reacción a la imposibilidad de tomar vacaciones con normalidad. Responde a la condición humana y es habitual después de una crisis como la vivida”, explica Francesc González, profesor de los Estudios de Economía y Empresa y director del grado de Turismo en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
De acuerdo a este experto, se está demostrando que, después de periodos críticos como la guerra, la natalidad se acelera debido a lo que se da en llamar como nacimientos “retardados”. “Y en el turismo se produce un fenómeno similar”, añade González. Sin embargo, a pesar de que la denominación sirve para definir un momento concreto, el concepto no ha calado demasiado en Europa. Los americanos lo emplean para describir sus viajes en las redes sociales, a modo de hashtag, post de Instagram o vídeo de TikTok bajo el nombre ‘my revenge travel 2022’, con el que muestran sus vacaciones.
En España podría definirse el turismo de venganza como el turismo de desquite, aunque la subida de la inflación ha menguado su efecto. En junio, las familias españolas marcaban récord de ahorro y los depósitos estaban a punto de rozar el billón de euros. Según datos del Banco de España, los hogares sumaron en abril más de 982.000 millones de euros en depósitos, un 0,77% más que un mes antes. Pero esta bolsa se ha ido reduciendo conforme han ido subiendo los precios, hasta dispararse al doble dígito (10,2%) en junio. No se producía una escalada igual desde los años 80, cuando la crisis del petróleo.
Huelgas de personal y ‘overbooking’, problemas del auge
A esto hay que sumar que el sector del turismo no está siendo capaz de atrapar todo el auge de la demanda que se está produciendo. Y que estos niveles desmesurados de consumo dentro del turismo de venganza tienen consecuencias como el overbooking en los aeropuertos. “Es evidente que el incremento de visitantes derive en una mayor saturación de los aeropuertos, pero esta no es la única causa del overbooking”, corrobora Gónzalez.
Bajo su opinión, este fenómeno se ha visto agravado por “las huelgas del personal de las compañías low-cost y también de los controladores aéreos en otras regiones”, subraya el profesor de la UOC. A modo de ejemplo, González cuenta que en la ciudad francesa de Marsella los controladores han interrumpido su actividad y, “en un mundo interconectado y con una red de transporte aéreo global, una incidencia en una zona determinada puede afectar al resto”.
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En cuanto a los destinos preferidos en el auge del turismo de venganza, Caribe y Latinoamérica lideran la lista de los destinos más visitados, según el informe de Perspectivas del turismo mundial que ForwardKeys presentó en la Cumbre Global del WTTC (Consejo Mundial de Viajes y Turismo). El informe revela cómo algunos países recuperarán las cifras prepandemia. Del Caribe, encabeza la lista Costa Rica, cuyas reservas para el próximo periodo estival superan en un 30% las registradas en las mismas fechas del año 2019; al que siguen Aruba (+23 %), República Dominicana (+16 %), Jamaica (+15 %) y México (+14 %). En quinta posición se sitúa Pakistán, con un alza del 14 %.
Turismo de cercanía y protagonizado por los jóvenes
En los flujos de los viajeros influyen y seguirán haciéndolo cuestiones como el cambio de divisas. Con la debilidad del Euro frente al Dólar -que llegó a cotizar por encima de la moneda europea-, al viajero norteamericano le resulta más fácil viajar al Viejo Continente, pero los factores sociopolíticos derivados de la invasión rusa de Ucrania aparecen como condicionante. “Preferían ir a Europa antes de que en el Caribe, pero este año la decisión final depende de las facilidades de acceso debido al Covid o la Guerra de Ucrania, especialmente si la OTAN se ve más involucrada, un hecho que puede ser percibido como un riesgo importante por los viajeros americanos”, incide Gónzalez.
La mayoría de visitantes optan por el turismo interno y de cercanía
Por su parte, España se encuentra en el puesto 19 en este mismo listado de destinos más resilientes de ForwardKeys. Dentro de la península ibérica, los más frecuentados, según este estudio son las Islas Baleares, especialmente Ibiza, la ciudad de Valencia y Málaga. Además del volumen, el turismo de venganza se estructura en diferentes bases. En una primera, la mayoría de visitantes optan por el turismo cercano, de ahí que este año haya aumentado el turismo interno. Según un informe de la consultora McKinsey & Company, los jóvenes son los primeros que dan el paso en esta forma de viajes y los destinos al aire libre o en plena naturaleza son los primeros que ganan adeptos.
En definitiva, el turismo de venganza es una reacción natural, que se produce en un momento muy concreto, después de crisis agudas. Una tendencia que irrumpe con fuerza, pero que tiene un efecto rebote, tanto en los servicios que se prestan -depauperados por el auge de la demanda- como en las corrientes de consumo posteriores. Un modo humano de expresar un deseo tras una fase de bloqueo que dinamiza la economía, aunque no de forma equitativa y continua.