Zara se ha planteado una serie de ambiciosos objetivos dentro de su política de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente entre los que destaca, para este año, el que “al menos un 50% del total de nuestros artículos comercializados estén fabricados según los estándares Join Life". Asimismo, y también dentro de sus compromisos para este año, la marca informa de que trabaja para garantizar que la energía que consumen todas sus instalaciones provenga de fuentes renovables.

Estos objetivos se plantean dentro de una serie de compromisos que abarcan hasta el año 2040, cuando la compañía del grupo Inditex quiere alcanzar “la neutralidad climática”. 
El objetivo, según la propia empresa se concreta en llegar a las cero emisiones de gases de efectos invernadero o, en su defecto, que las que se emitan se compensen mediante la transición hacia las energía renovables y el uso más eficiente de los recursos desde el punto de vista ecológico.

Zara explica en su web que trabaja  para reducir del impacto medioambiental de su actividad e integrar la sostenbilidad en la toma de decisiones cotidianas en toda su cadena de valor, lo que incluye programas de reutilización y reciclaje de prendas.
La hoja de ruta diseñada por la compañía para la mejora en la consecución de este fin se ha diseñado “con una visión holística que incorpora tanto los retos centrados en las personas como en los centrados en el planeta”.
Uno de los modos para avanzar ese camino fue la creación en 2010 del estándar Join Life, que identifica a las prendas “producidas con los materiales y procesos más sostenibles”, señala Zara. El estándar se ha establecido tomando como referencia la metodología Life Cycle Analysis, un estándar internacional que permite evaluar los impactos de de un producto “en las diferentes fases de su producción, uso y fin de vida”.

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Otros hitos de la hoja de ruta medioambiental

De cara a 2023, Zara quiere, entre otros objetivos, que el 100% de las fibras que se obtienen a partir de la pulpa de ciertos árboles se produzcan siguiendo los estándares medioambientales más exigentes, dando apoyo así a la iniciativa de la Fundación Changing Markets para promover la fabricación responsable de viscosa y modal. Asimismo, la compañía se plantea, para el mismo plazo, que todo su algodón tenga un origen más sostenible.

En el terreno de los embalajes, la compañía trabaja en el proyecto Green To Pack, que trata de hacerlos más sostenibles reduciendo la cantidad de materias primas usadas en su fabricación, y unificando los materiales para facilitar la reutilización y el reciclaje. 

Dentro del mismo programa, se rediseñando todos los embalajes, sistemas de etiquetado y protección de prendas para garantizar que, según explica la compañía, en 2023 no lleguen plásticos de un solo uso a los clientes. 
Otro objetivo d cara al próximo año es que todo los residuos que generen las oficinas centrales, centros logísticos y tiendas sean reutilizados  o reciclados. 

El calendario medioambiental de Zara también incluye objetivos de cara a 2025: reducción del 25% en el impacto del agua en la cadena de suministro; uso de lino más sostenible y de un 100% de poliéster reciclado; y así reutilización o reciclaje de todos los plásticos usados en su actividad, de acuerdo con el compromiso de la Fundación Ellen McArthur en colaboración con el programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente.