El lápiz de Francisco Ibáñez también dibujó para las marcas y sus personajes más populares, los archiconocidos detectives Mortadelo y Filemón, aparecieron en numerosas campañas publicitarias desde su aparición en los años cincuenta hasta los tiempos actuales. El dibujante barcelonés, fallecido en su ciudad natal el pasado sábado 15 de julio a los 87 años de edad, deja una obra muy abundante e influyente en la que aparte de los detectives de la T.I.A, la más famosa y longeva de sus creaciones, hay personajes tan populares como el botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos y los inquilinos de 13, rue del Percebe.
La infancia, y no tan infancia, de varias generaciones de españoles ha estado marcada por las creaciones de Ibáñez y aunque, en medio de su enorme producción -más de 50.000 páginas, según ha destacado la editorial Penguin Random House con motivo del fallecimiento del creador- la publicidad jugó un papel relativamente pequeño, este pude ser el momento de recordarlo. Por otra parte, cabe recordar que Ibáñez vio reconocido el conjunto de su obra por el sector publicitario cuando en 2019 la Associació Empresarial de Publicitat (Gremi) le otorgó el Premio Nacional de Creatividad José María Ricarte.
En 2019, Francisco Ibáñez recibió el Premio de Creatividad José María Ricarte de la Associació Empresarial de Publicitat
Las creaciones de Ibáñez para las marcas, fuera a través de Mortadelo y Filemón o de historietas específicas para ellas -en lo que constituía un claro ejemplo de contenido de marca- se desarrolló fundamentalmente en los años 60 del pasado siglo, como detalla el muy documentado sitio web La Página No Oficial de Mortadelo y Filemón, que nos ha servido de referencia básica para la redacción de este artículo.
Un precedente a estas trabajos fueron las viñetas de Mortadelo y Filemón publicadas en 1958 en las que se mencionaba el chicle Duglas, a las que siguió, tres años más tarde, una viñeta repleta de personajes, muy en el estilo de Ibáñez, para empresa vizcaína fabricante de balones Ceplástic- Ariz, aparecida en Tio Vivo, una de las populares revistas infantiles que publicaba Editorial Bruguera, a la que Ibáñez se había incorporado en 1957 y que tenía tambiñen títulos tan famosos como Pulgarcito y DDT. Para la misma compañía, el dibujante firmó al año siguiente la serie “Balín y balón” y un conjunto de chistes individuales, una y otros con el fútbol como hilo argumental.
Ese el año 1962, Ibáñez firmó para la marca de chocolate Nogueroles los dos primeros episodios de una historieta titulada “Kitín, el amigo de los niños", que luego fue continuada por Vázquez, otro gran dibujante.
Viñeta con mención publicitaria del chicle Duglas publicada en 1958 y recogida en el sitio web La Página No Oficial de Mortadelo y Filemón.
Uhu, la agencia Nueva Línea y Don Pedrito
Una vida mucho más larga en manos de Francisco Ibáñez, dos años, tuvo otra historieta publicitaria. Se empezó a publicar en el año 1964, llevaba por título “Uhu y el niño Prudencio” y promocionaba la marca alemana de pegamento Uhu, cuyo adhesivo era de uso muy habitual en las tareas escolares. El encargo vino a través de Nueva Línea, una agencia de publicidad que había creado Bruguera.
La vinculación del autor con el proyecto terminó cuando los responsables editoriales de Bruguera consideraron que la realización de la historieta para Uhu era una interferencia en el trabajo de Ibáñez que le hacía retrasarse en la entrega de sus historietas, y el encargo pasó a otros creadores.
En el año 1964, Ibáñez empezó a dibujar la serie de historietas “Don Pedrito, que está como nunca”, un proyecto que tenía origen publicitario, pero que a la postre no anunciaba nada. Don Pedrito era un señorín de cabeza desproporcionadamente grande que lucía bigote y llevaba sombrero. Lo ideó José Gardoqui, director general de la agencia Alas, para promocionar el brandy Fundador, marca propiedad de las bodegas Pedro Domecq (de ahí el nombre del personaje. Las ilustraciones las hizo José Luis Moro y su hermano Santiago las convirtió en spots de animación en los legendarios estudios de producción publicitaria que los ambos dirigían en aquella época.
Se decidió entonces usar las revistas de Bruguera para dar más visibilidad al personaje a través de historietas dibujadas. Pero Don Pedrito nunca bebió Fundador en las páginas de Tio Vivo, donde se publicaron las historietas que primero Ibáñez y luego otros dibujantes crearon con él. La razón es que Bruguera había comprado los derechos del personaje y, simplemente, lo convirtió en uno más de su elenco.
Niños y bebidas alcohólicas
No deja de resultar curiosa, desde nuestra perspectiva, la aparente naturalidad con que una revista infantil llevó a sus páginas. un personaje creado para anunciar ujna bebida alcohólica, aunque más increíble todavía resulta que en aquella época se anunciaran con naturalidad y profusión, como saludable reconstituyente para los niños, las quinas o vinos quinados, bebidas que tenían entre 13 y 15 grados de alcohol y cuyo consumo se recomendaba con entera naturalidad.
Uno de esos productos, la Kina San Clemente, fue el anunciante de una de las dos últimas series publicitarias notables que realizó Ibáñez, según la Página No Oficial de Mortadelo y Filemón. . La protagonizaba un personaje infantil llamado Kinito y apareció entre finales de 1966 y principios de 1967 en números alternos de la revista Pulgarcito. Kinito, otra creación de los hermanos Moro que Ibáñez llevó al papel,, resolvía problemas con la fuerza que le daba la Kina San Clemente.
La otra serie publicitaria notable de esta época, y que pone fin a este recuento, es la que protagonizó otro chico con superpoderes: se llamaba Pepsi Man, se transformaba en superhéroe al gritar “Pepsi Cola” y se enfrentaba a las dificultades con una pistola que tenía la forma de botella del refresco.
Mortadelo y Filemón en los anuncios
El trabajo publicitario de cierta relevancia realizado por Ibáñez vivió en paralelo a la frecuente presencia en anuncios de sus personajes más populares, Mortadelo y Filemón, que han seguido apareciendo en muy numerosos campañas publicitarias y acciones promocionales a lo largo de sus seis décadas de vida, si bien es verdad que ninguna particularmente memorable y con cada vez menos frecuencia conforme pasaba el tiempo. Por otra parte, los personajes no siempre eran dibujados por el propio Ibáñez.
Al margen delas muchas veces en que, lógicamente, los agentes de la T.I.A. apareceiron en las campañas que promocionaban sus propios álbumes, en los primeros tiempos, y a aquellas pioneras viñetas para Duglas, siguieron, en los años 60, apariciones en anuncios y material publicitario de los chocolates Nogueroles, tambiñen citados y los blocs de dibujo Ingres.
En la década siguiente, llegaron campañas para los populares chicles Dunkin, un proyector de juguete llamado Jomakin, los pasteles Phoskitos y la marca de refrescos Mirinda, que hizo con ellos una serie de spots animados.
Má adelante, en los 80, llegaron, por ejemplo, Pastelitos Ortiz, Tulicrem, una promoción ligada al programa “Un, dos tres, responda otra vez” y dos trabajos interesantes. una historia del dinero en cómic encargada por Bankunión y un proyecto para las plumas Parker en el que Mortadelo y Filemón se convertían en Don Quijote y Sancho Panza; ambos fueron realizados personalmente por Ibáñez.
En los 90 hubo las habituales campañas para marcas infantiles o muy orientadas a ese público como las galletas Tostarrica, los helados Frigo, o la crema de chocolate Nutella, pero también otras que supusieron un a cambio de registro notable, como un poster para la FAD, una campaña para Catalana Occidente o el hecho de que Mortadelo y Filemón fueran contratados en 1994 por la Agencia Tributaria para protagonizar una serie de spots -producidos por los estudios de animación BRB Internacional- en los que se recordaba a los ciudadanos determinadas obligaciones fiscales. En 1995, el organismo estatal volvió a contar con los dos personajes, que esta vez protagonizaron una campaña gráfica.
Ya en este siglo, en el que las campañas con los personajes han sido menos numerosos, se pueden citar originales de El Corte inglés, Vila Viniteca, Grupo Zeta y UranoVet (empresa veterinaria para la que Ibáñez dibujó un poster en edición limitada de reconocimiento del trabajo de los veterinarios durante la pandemia) y la que quizá fuese la más notoria, la campaña de la empresa de ofimática Brother, compuesta por varios spots en animación 3D y que se estrenó en 2007.