Cómo usar la voz para comunicar mejor

  • En el sector del Marketing y la Comunicación son muchos los profesionales que necesitan cuidar su voz para dar discursos o liderar reuniones
  • Es habitual contar en charlas y conferencias con un guión previamente elaborado, pero lo mejor es interiorizarlo y evitar leerlo
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Cada 16 de abril se celebra el Día de la Voz, en el sentido más puro de este concepto.

Voz: sonido que el aire expelido de los pulmones produce al salir de la laringe, haciendo que vibren las cuerdas vocales.

Pero nuestra voz es mucho más que el sonido que se produce por la vibración de las cuerdas vocales. Es un pequeño milagro del cuerpo humano, el vehículo para expresar nuestras emociones y para exteriorizar nuestros pensamientos. Es el vínculo que une nuestra mente con el resto del mundo.

Y en el sector del Marketing y la Comunicación son muchos los profesionales que necesitan cuidar su voz para dar discursos, mítines, liderar reuniones o mantener conversaciones telefónicas. Para todos ellos, hemos preparado algunos consejos con el objetivo de cuidar y potenciar la voz para comunicar mejor el mensaje.

Es habitual contar en charlas y conferencias con un guión previamente elaborado

Leer o no leer

No leas. No leas. Es más, no leas. Es habitual contar en charlas y conferencias con un guión previamente elaborado y recomendamos que te lo leas unas cuantas (muchas) veces antes. ¿Por qué? Precisamente por eso, para que cuando te coloques frente a un público ese texto esté integrado y no suene leído. Se trata de contar algo interesante. Si te enfocas en leerlo muy bien, en que no se produzcan fallos y en que el volumen sea el adecuado, tu tono automáticamente se volverá más plano y monótono y no conseguirás que los demás se enteren bien de lo que estás contando.n

Aquí un ejemplo de discurso plano:

La emoción en el discurso

Olvídate de si tu voz es lo suficientemente buena o si subes o bajas cuando termina la estrofa. Lo más importante de un discurso es que la información llegue al receptor y eso se consigue dotando a cada frase de la emoción adecuada. Si estás hablando de un incremento de beneficios en tu empresa y estás orgullos@, cuéntalo con alegría y orgullo. Evita hacer el discurso demasiado técnico o correcto.

Aquí el ejemplo perfecto de discurso adulto, coherente, interpretado y dinámico:

Haz pausas

No corras. Otro de los errores más habituales al enfocar un discurso desde la lectura es que acabamos corriendo demasiado y, además de no entenderse bien, podemos atropellarnos. Haz las pausas que consideres oportunas.

Coloca un lápiz o un bolígrafo entre los incisivos y lee algunos párrafos

Calentar

Hacer estiramientos de cuello y unos pequeños saltos te ayudarán a prepararte antes de una presentación pública. Coloca un lápiz o un bolígrafo entre los incisivos y lee algunos párrafos esforzándote en pronunciar lo mejor posible. Mejorará tu dicción automáticamente y te ayudará a hablar de forma continua y con poco esfuerzo. Además, para cuidar la voz se recomienda no carraspear ni estimular artificialmente la producción de saliva con caramelos.

Volumen, ritmo y tono

Aunque antes hemos dicho que os olvidéis de esto, evidentemente es importante (aunque no tanto como parece). Adapta tu discurso a tu público; si es joven apreciará un ritmo ágil, con conceptos claros y exposiciones simples.

Aquí un ejemplo de cómo narrar una misma información de manera plana, monótona vs. una narración interpretada:

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