El packaging es la carta de presentación de un producto. Por eso, cada vez más anunciantes ponen toda su creatividad al servicio del envase para poder despuntar en el punto de venta. Una estrategia que no escatima en costes y que convierte el embalaje en una obra de arte.

Así, por ejemplo, las botellas hacen de la curva su línea maestra e improvisan formas poco habituales que terminan por llamar la atención del consumidor. El color, la textura y, por supuesto, los materiales están supeditados a la estética y crean productos que llaman la atención por fuera y enfrentan el reto de convencer también por dentro.

Los colores neutros, el recurso a lo antiguo y los materiales sostenibles son sólo algunas de las tendencias que se impondrán en el packaging de este año y que obligarán a más de una empresa a demostrar la valía de sus productos desde el envase.